Del polvo provenimos y al polvo volveremos

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Zed caminaba a paso lento por los pasillos de su templo, su caminar transpiraba inquietud, llego hasta su cocina y noto como en ella necro comía un emparedado

-Hola- saludo Zed, la voz del hombre asusto a necro el cual giro su cabeza aun con un trozo del emparedado en la boca y observo a su maestro, una sonrisa yacía en el rostro de Zed, Necro trago los restos de comida que aún estaban en su boca y sonrió

-Buenos días maestro- saludo formalmente Necro haciendo una reverencia, Zed lo obligo a enderezarse y le sacudió las migajas que yacían en sus ropajes, este se sonrojo por el acto de su maestro, Zed dejó escapar una pequeña risilla y siguió su camino hasta el refrigerador

-Benditos inventos de los invocadores- susurro Zed para sí mismo al ver una botella de leche fría, la tomo con su mano derecha y la saco del refrigerador, tomo un vaso y se sirvió un poco de aquel liquido

Dos tragos fuero suficientes para que Zed dejara a un lado un vaso vacío, guardo de nueva cuenta la leche y observo los alrededores, aparte de él y necro nadie más estaba despierto o bueno eso parecía

Zed abandono la cocina y se dirigió al árbol que comenzó con sus inseguridades, lo observo mientras caminaba hacia él, era raro a su vista, había algo en el que parecía molestarlo

Un gruñido escapo de la garganta del maestro de las sombras, el ruido del viento cortándose causado por un rápido movimiento, un corte se presentó en el tronco del árbol, Zed sudaba, parecía alterado, quería destruir ese estúpido árbol, quemarlo, cortarlo

-Espera un poco más- hablo la voz de sus sueños, en un milisegundo Zed giro su rostro para ver detrás de el... pero nada –Ya no falta mucho- nuevamente escucho la voz e igualmente Zed giro su rostro buscando al dueño de la voz

Un par de pies se asomaban del otro lado del tronco, alguien estaba recostado en el árbol, ni siquiera lo pensó, de un salto llego hasta el otro lado del árbol, lanzo sus shurikens esperando lastimar a quien fuera que lo estuviera molestando, lo shurikens impactaron en el árbol, no había rastro alguno de vida

-Ya ha empezado- esta vez Zed sintió una mano recorrer su mejilla hasta llegar a la parte inferior de su nuca, el graznido de las aves alerto al maestro de las sombras, dirigió su vista al cielo notando como centenares de pájaros volaban alejándose de algo

Recordó su sueño, la luz, una horrible luz blanca que consumía todo, con miedo volteo su vista, una pared gigantesca blanca yacía frente a él, brinco del susto y cayó al suelo

Acerco su mano hacia aquel muro blanco en contra de todos sus instintos, antes de siquiera poder tocarlo un soldado joniano atravesó el muro desde el otro lado, sus gritos eran de pánico y dolor

Su piel se derretía junto a su armadura y ropa, dirigió su mirada hasta el maestro de las sombras, camino hasta el, estiro su brazo tratando de alcanzarlo

Zed se aterro ante la imagen, el pobre hombre se volvía cada vez más algo inexistente, cuando estuvo a punto de tocar al ninja su brazo se despegó de su cuerpo, una de sus piernas se quebró y cayó al suelo, los gritos no cesaron se arrastró hasta el ninja pero acabo de volverse nada más que polvo blanco en el piso, arrastrado por el aire volvió al muro del que llego

El maestro de las sombras entro en pánico, volvió su vista al templo, la mitad de este había sido consumido por el muro, corrió tan rápido como pudo, docenas de sus alumnos corrieron la misma suerte que aquel hombre, un sinfín de gritos de dolor se escuchaban por el templo, Zed comenzó a perder su cordura, ignoro a sus discípulos moribundos, corrió hasta llegar a su alcoba, el muro se había tragado la mitad de la puerta

Zed paso saliva con dificultad, abrió la puerta de una patada evitando tocar el muro, Sejuani, la peliblanca estaba sollozando, gritaba en agonía, Ryoko estaba en una esquina llorando, tapaba sus oídos con fuerza, se notaba que estaba apretando los dientes, zed pudo verlo, akali, ella no corrió con la suerte de su parte, algunos de sus huesos ya eran fácilmente visibles, Zed sin importarle su accionar se acercó a su amada que yacía en el suelo, lagrimas recorrieron sus mejillas, tomo la cabeza de su amada entre llantos y la acurruco en su pecho, akali paro de gritar, Zed bajo la mirada, noto una sonrisa, la sonrisa más bella que jamás observo y la última que vería

-No quiero que te vayas- dejo escapar en un susurro, la mujer cerro sus ojos

-No lo hare...- Zed acerco sus labios a los de ella, un tierno beso, un último beso, la despedida se dio entre ambos, zed abrió sus ojos pero lo que quedaba no eran más que huesos volviéndose polvo, un grito

Un horrible alarido al aire

Zed volteo hacia el muro, lanzo sus shurikens con furia y los observo desintegrarse, desenvaino sus cuchillas y ataco con ferocidad, al igual que sus anteriores ataques esto fue inútil, con nada más que sus armas yéndose a la nada, Zed preparo su puño para golpear el muro pero fue detenido por Sejuani, sus ojos se veían vacíos

-Lo siento- se escapó entre los labios de zed, los tres sobrevivientes abandonaron la habitación y salieron al patio, vieras por donde lo vieras el resultado fue el mismo, todo se volvía polvo

-Del polvo venimos y al polvo volveremos- la voz ahí estaba de nuevo zed lo observo en el centro del patio, un joven alto de cabellera negra, ojos vacíos y morados, acompañado de una joven de cabellera blanca un bronceada piel –Lo siento hermano, tiene que hacerse- hablo el hombre

-Bastardo- Zed arremetió con furia pero fue dominado por la muchacha de blanca cabellera, la joven sometió a zed y lo dejo tumbado contra el piso, Sejuani trato de intervenir pero fue detenida por una señal del hombre

-Visho... así me conocen- hablo tranquilo el sujeto ahora conocido como visho –Ella es Ohsiv por cierto-

-Te matare-

-No puedes... soy dios y hago lo que quiero, no eres más que el producto de mi arrogancia- Ohsiv asintió a lo dicho por el pelinegro –Todo puede acabar si te unes a ella- Visho señalo el muro

-¡Te matare!- Grito con furia

-Está bien como quieras- Visho levanto una de sus manos, zed giro su vista hacia Sejuani y Ryoko, ambas flotaban en el aire, el auto proclamado dios movió su mano hacia la derecha haciendo flotar a ambas jóvenes hasta el muro, ambas entraron en contacto con él y al igual que akali comenzaron a volverse polvo

-¡BASTARDO!- con ira trato de soltarse del agarre de la mujer pero esta no cedía, Visho sonrió y le hizo una seña a su otra mitad, Ohsiv obedeció dejando ir al ninja, el corrió con toda su energía hacia el dios, invoco su sombra detrás de él, trato de atacar con sus shuriken pero estos ya eran polvo, gruño, cambio de lugar con su sombra golpeando la nuca de la deidad pero esta ni se inmuto, Zed sintió el dolor en su puño como si hubiese golpeado una montaña

El dios se giró y tomo del cuello al ninja

-Ve-

Enamorado de la alumna de mi peor enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora