Capítulo 5

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Camila detuvo el coche en el estacionamiento del hospital con algo de dificultad, pues este se encontraba increíblemente lleno. Bajó de él, sintiendo el golpe de una fría brisa chocar contra su rostro y casi trotando, llegó hasta las puertas del hospital, entrando rápidamente en él.

Siguiendo las señales de los letreros, llegó hasta la recepción, informándole a una de las secretarías que venía por una cita con el doctor Raymond. La secretaria escribió su nombre en la computadora y luego le dijo que se sentara a esperar. Camila lo hizo y comenzó a observar el lugar. Era completamente blanco. Las paredes, el suelo, las puertas, casi como el lugar de su sueño. Sus ojos se posaron en una pequeña con bata blanca que estaba frente a ella, mirándola con sus cálidos ojos azules. La castaña le regaló una pequeña sonrisa, a la cual la nenita correspondió, acercándose a ella.

"Hola cariño, ¿cómo te llamas?" - Dijo Camila, observando a la pequeña aún con la sonrisa en sus labios.

"Tu amiga es muy linda" - Al escuchar la dulce voz de la pequeña, Camila sonrió aún más, pero su sonrisa se borró al procesar lo que la niña dijo - "Mi nombre es Emily"

"Es un lindo nombre, Emily. ¿Cuál amiga dices?" - Preguntó la castaña, frunciendo levemente el ceño y observando alrededor -

"La que es-" -Antes de que la pequeña pudiera responder, se abrió una de las puertas, dejando a la vista a un doctor que salió para ir hacia ellas, obteniendo la atención de ambas.

"Emily, ¿cómo saliste? Eres una pequeña muy traviesa. Disculpe, señorita" - Dijo el doctor finalmente, dirigiéndose a Camila mientras tomaba a la pequeña entre sus brazos.

La castaña sólo asintió, aún confundida por las palabras de Emily y una vez más, con inseguridad, recorrió el lugar con la mirada, en busca se dicha "amiga".

"Karla Cabello, el doctorla está esperando" - Dijo una de las recepcionistas, dirigiéndose a Camila. Soltando un pequeño suspiro frustrado al escuchar su primer nombre, se levantó para ir hacia la puerta indicada por la recepcionista.

Tomando el pomo de la puerta, giró esta, adentrándose en la blanca habitación. "¿Qué tienen estas personas con el color blanco?"  Se preguntó Camila, soltando otro suspiro.

"Adelante, señorita Cabello." - La castaña siguió el sonido de la voz. El doctor le sonrió cálidamente, indicándole que tomara asiento en la camilla que estaba frente a ella. Aprovechando que él no se encontraba mirando, Camila lo examinó rápidamente con sus ojos. Era un hombre calvo, acabado por los años, con la típica bata blanca y unos lentes negros, de aproximadamente 55 años. Sus ojos eran cafés, casi negros, pero tenían un pequeño brillo de calidez.

"Bien, partamos con lo básico. ¿Ha sentido alguna molestia?" - El Dr. Raymond se levantó de su silla, mientras que Camila se inclinaba levemente hacia adelante, comenzando a levantar un poco el inicio del pantalón en su pierna derecha, hasta su rodilla. Sus cejas se alzaron un poco al ver que sólo quedaba una cicatriz.

"Bueno... Al parecer, se ha estado cuidando muy bien." - Dijo el doctor, tan sorprendido como Camila.

"¿Es normal que sane así de rápido? Por que yo creo que no..." - Llevó su mirada hacia el doctor, algo confundida al notar la sonrisa en el rostro de este.

Ángel Guardián (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora