Capítulo 4

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Cuando terminaron de comer la pizza y limpiar el desastre del vaso roto, Sam se fue de la casa de Camila, diciéndole que posiblemente mañana pasaría por allí. La castaña fue a dejarla a la puerta, despidiéndose con un tierno beso en los labios.

Camila entró a la casa y fue al salón para ordenar un poco. Lavó el vaso en buen estado y lo dejó en el mueble, yendo luego a la cama.

"¿Por qué me está ocurriendo esto?"  Se preguntó, manteniendo la mirada en el techo. Primero fue lo del ataque de Jason, luego el cementerio y ahora la repartidora. Si había algo seguro, era que las dos últimas fueron visitas de la tal Lauren, pero... ¿Qué había de la primera?, ¿y por qué nadie más la había visto? Según Sofi, fue por la anestesia, y según Sam, era un chico y no una chica. Sin embargo, ¿qué le haya pasado dos veces lo mismo? Había algo en el fondo de esto, sin duda alguna. 

Cansada ya de pensar y sin obtener respuestas a sus preguntas, Camila se levantó y fue al ropero para tomar su pijama. Se lo puso cuidadosamente y luego se fue a dormir. Si había otra cosa rara, era que su herida iba sanando más rápido de lo normal. Pero, a fin de cuentas, mañana tendría que ir a un control al hospital para que le cambiaran el parche y aprovecharía el viaje para pedir una hora al psicólogo. 

Había un pasillo largo, con paredes blancas y suelo del mismo color. Estaba corriendo de algo, pero no sabía de qué. A medida que continuaba con las grandes y rápidas zancadas, varias puertas comenzaron a verse por las paredes. Al final del pasillo había una silueta. Aquella que le era muy familiar y que conocía perfectamente, pero de la nada, el camino se cortó, y el "monstruo" la alcanzó. Cuando se volvió para ver la cara del animal... 

Bip, bip, bip.

Camila se levantó de golpe al escuchar la alarma, con un sudor frío recorriendo su rostro. Hoy era el día. El gran día. Salió de la cama dando un pequeño saltito, dirigiéndose al baño. Miró un momento su reflejo, negando al ver el desastre de su cabello y luego se encaminó a la ducha, dando el agua y comenzando a bañarse. Cerró sus ojos, disfrutando de la sensación de las gotas cayendo sobre su rostro y el resto de su cuerpo. 

Cuando terminó y secó su cabello y su cuerpo completamente, fue hacia el armario, tomando de él unos pantalones blancos, una blusa rosa y su abrigo celeste claro, acompañado de un gorrito blanco. Se vistió, bajando las escaleras cuidadosamente con el abrigo y el gorro en su mano, dirigiéndose hacia la cocina. Se preparó un café muy cargado, sabiendo que hoy tendría que mantenerse despierta  por todo el día.

Cuando terminó, lavó la taza y tomó su abrigo una vez más, poniéndoselo, junto a su gorro. Fue hacia la mesita de la sala para tomar sus llaves y su bolso, y luego caminó hacia la puerta, volviendo la mirada para revisar que todo estuviera en orden. Cerró la puerta rápidamente y con prisa, corrió hacia el coche, encerrándose en este. Había un poco de viento y las hojas de los árboles estaban amontonadas en el suelo. Girando la llave, encendió el coche y comenzó a recorrer la solitaria carretera.

laklskdlas Mi querida gente, PERDONEN A ESTA INGRATA QUE LAS DEJÓ ASÍ COMO ASÍ. Comenzaré a actualizar más, lo prometo.

Perdón si el cap. es muy corto u-ú.

Ángel Guardián (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora