— ¿Te refieres, a lo que sucedió cuando era pequeña? — musite.

— Sí. Está allí.

Mala, eres mala. Eres una niña mala, no hables no digas nada.

Espacios oscuros. Maravillosas cicatrices de dolor y abandono. ¿Quién me había descrito de esa forma?

— Pensamos que cuando hayas visto lo que hay detrás de todas tus puertas, encontrarás más sencillo cerrarlas hacia otros, impedir que la gente te lea tan fácilmente. A cambio, debería darte control sobre recuerdos más recientes, como ir descubriendo las piezas claves de un rompecabezas. — Prosigue Liam. Eso era definitivamente algo que quería, sin importar cuán asustada estuviera del proceso.

— Bien, descífrenme. — El sr. Benedict corrió las cortinas mientras Mark encendía velas alrededor de la habitación con un chaquear de sus dedos, este era el chico que podía hacer que las cosas exploten, recordé. Estava aliviada de ver la evidencia de que tenía su don bajo control. Las velas olían a vainilla y canela. La casa estaba muy tranquila. Podíamos escuchar los sonidos a la distancia de la gente disfrutando de las pendientes, el ruido del teleférico pasando por los distintos puntos, el sonido de los árboles crujiendo, pero en esta habitación, en este cielo, todo era paz.

Podía sentir los diferentes dones de
cada Benedict rozándome, como gentiles caricias, nada para alarmarse. Nathan mantuvo sus brazos alrededor mío, relajado, despreocupado.

Mark, quien tenía la habilidad de curar, fue el primero en hablar. — Grace, no hay nada médicamente malo contigo, no veo signos de ninguna enfermedad mental, aunque puedo sentir tus preocupaciones.

Nathan me frotó la nuca. — No estás loca después de todo.

— No puedo leer el futuro con claridad. — admitió Karla — Hay muchos caminos posibles partiendo de este momento.

— Pero sé dónde ha estado recientemente. — dijo Jude — Ha estado en una habitación en un hotel de primera categoría, sábanas de satén, muchos cristales, tocaste algo hecho en cuero blanco y una alfombramullida. Es seguro afirmar que estuviste cautiva en alguna parte antes de que terminaras en el almacén. Si conseguimos la ropa que estabas vistiendo, probablemente pueda decirte más.

— La amenaza no se ha ido. — dijo Saul, usando su don para sentir a los
predadores que estaban tras nosotros.

Mark asintió. — Presiento a más de una persona en tu búsqueda, Grace.

Me giré hacia Nathan. — ¿Tú también recibes todo eso?

— Aja. — asiente — También recibo que los dos del almacén fueron los dos que nos dispararon en el bosque aquél día. O’Halloran era un Savant, extraordinariamente bueno con los escudos. Me pregunto si fue por eso que podía sentir una capa en tu mente, algo extraño. ¿Viste eso Liam?

Liam me tocó la rodilla para reconfortarme. — Sí, y creo que sé qué es, aún si no sé cómo es que llegó allí. Grace, ¿Tus padres son empresarios, cierto?

Asentí.

— ¿Sabes lo que en ocasiones le sucede a los Viejos Maestros es como a los que son veteranos en los negocios del arte? ¿Alguien los toma y pinta sobre la superficie y tú tienes que remover esa capa para retornar al original? Bueno, alguien ha hecho algo similar con tus recuerdos.

Eso se sentía correcto. — ¿Entonces qué es el original y qué agregado?

— Ahí es donde necesitamos llevarte de regreso a las bases.

— ¿Lo verán todos?

Ya era bastante malo traer mi pasado ante mis ojos; no quería una audiencia para ello.

Hija De NarcotraficantesWhere stories live. Discover now