Capítulo 1: El que mucho abarca, poco aprieta

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Jongdae despertó al día siguiente sin retrasar la alarma, sacó la cabeza de debajo de las frazadas y se desperezó. Le tomó unos segundos acostumbrarse a la luz que invadía la habitación pero de repente, lo sintió. ¡¿Qué le estaba pasando?!

Una extraña sensación lo invadía desde el interior, su cuerpo se sentía liviano y parecía que estaba apoyado sobre gelatina; veía y oía con nitidez. Jongdae no podía creerlo, seguro se estaba muriendo. Sí, algo malo le estaba pasando; tenía que tranquilizarse como el adulto que era y-

-¡Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaá!

La señora Kim llegó corriendo e ingresó dando un portazo.

-¡Jongdae! ¿Qué te sucede, mi vida? -se acercó aun con la cuchara de madera en la mano y tomó asiento al lado de su hijo-.

-Mamá -se abrazó a la señora-, creo que me sucede algo grave. ¡Voy a morir! ¡Tienes que ayudarme, soy tu hijo!

Su madre apoyó sus manos en su cara para ver si tenía fiebre pero al encontrarlo normal no pudo evitar preguntarle qué sentía. Cuando Jongdae terminó de explicar su malestar, la Señora Kim empezó a golpearlo con la cuchara en los brazos.

-¡Es que eres imbécil! -nuevo golpe- Una acá preocupada por ti y tú te burlas de tu madre. ¿Quieres morir? Ahora vas a saber que es la muerte -dos golpes más -¿Te quedan ganas de seguir bromeando?

Jongdae la miró haciendo un puchero y sobándose los golpes.

-¡Andweeeee, mujer! Uno acá que te busca en serio por todo ese cuento de “siempre te cuidaré “ pero la señora quiere chanclear a su hijo.

-Cuidadito con la boquita, mocoso, mira que compre tu cajita de cereal con los juguetes de BT21.

-¿Quién la quiere a usted, eh? ¿Cuándo se puso usted tan bella, Sra. Kim? -apoyó su cabeza en el hombro de la mujer-

-Aigooo, pequeño adulador. Pero ¿estabas hablando en serio hace un rato? -Jongdae sacudió su cabeza arriba y abajo-

-Estás más lindaaaaa que nunca.

-No refería a eso, idiota.  Hablaba de tu “enfermedad “ -Jongdae asintió -. Bueno, a mí me parece que solo has descansado bien y tienes energía.  En fin, prepárate y baja a desayunar.

Y la mujer se retiró sin darse cuenta el shock que dejó en su hijo, el cual miraba hacia el frente aún sin poder creerlo. ¿Así se sentía tener energía?  Wow, casi tan bueno como la primera vez que se acostó con alguien. Ahora que lo pensaba mejor, sentía que podría correr mil metros, no perder el bus y llegar temprano a clases. ¡Qué buen milagro!

Miro hacia la figura del Dios Kai sonriendo.

-No sé si fuiste tú pero por las dudas, gracias, Dios Kai.

Luego de vestirse y cepillarse los dientes sin refunfuñar acerca de por qué tenía que vivir cuando él solo quería dormir por tres días, Jongdae se sentó a desayunar. Todo normal.

Veinte minutos después ya estaba preocupado; era la tercera vez que repetía ración y su madre lo miraba con cara de preocupación.

-Jongdae, creo que ya fue suficiente comida por ahora.

-¡Pero tengo hambre!

-Pero si te comiste hasta lo que dejé para el perro. Te lo advierto, donde ensucies el baño con tu cagadera, te pongo a limpiarlo a ti.

-¡Así tratas al hijo que más te ama!

-Eres mi único hijo, idiota.

-En fin, me iré.  No traigas ningún novio a casa, ¿sí? -salió corriendo antes de perder la vida-

El Dios perezoso (Chenmin)Where stories live. Discover now