Capítulo 22

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Los días en la zona rural había sido un buen fin de semana a pesar de todo lo ocurrido, ahora solo quedaba tomar decisiones y actuar de acuerdo a ellas. A Leticia le esperaba una semana difícil y por más que se había esforzado por seguir su vida de forma normal no había sido suficiente. En la casa su abuela la había notado distraída esos días y en la Universidad no estaba prestando atención a las clases y eso había provocado que hasta se peleara con Ismael porque él le decía que debía de solucionar el problema que tuviera para que volviera a ser la misma. Era evidente que él acusaba de su distracción a Lucas, cuando lo cierto es que el problema era mayor de lo que quizá pensaba.

No lograba pensar el motivo al no poder solucionar sus problemas, no sabía si era que se sentía culpable y por eso quizá no quería ser sincera con Lucas. Sabía que estaría muy bien con Leonel pero al saber que eran parientes muy cercarnos le impedía elegirlo por completo. Pensaba que lo mejor sería acabar con aquello de una vez por todas y si eso era terminar definitivamente con ambos estaría mejor que se lo pensara seriamente.

Había decidido que ya era hora de enfrentar a Lucas y por eso se habían quedado de encontrarse después de la Universidad. Pero al observarlo volvía a pensar en eso que decían «la carne es débil» y es que verlo así sonriendo de forma coqueta y tocándole las manos cada cierto momento, además de su ropa ajustada y su agradable olor la hacía pensar mucho si era necesario poner fin a todo. Volvía a pensar en lo mucho que lo había deseado y querido que la tomara en cuenta, era su gran amor y lo tenía en ese momento solo para ella.

Sus conversaciones eran triviales hasta que Lucas empezó a rememorar y mencionar lo que hacían mientras estaban a la distancia. Le gustaba mirar de vez en cuando las fotos o videos que tenía de ella desde que había llegado a su país. No había conseguido unirse a ella como había sido su plan inicial pero había decidido darle tiempo, pero ahora estaba dispuesto a todo.

—No sabes cuánto extraño esos mensajes que nos mandábamos —susurró haciéndola sonreír y él también hizo lo mismo—. En ellos me decías que te morías por tenerme al frente para tocarme y hacerme lo que quisieras. Ahora estoy aquí y puedes...

—Basta —dijo Leticia para acallar a Lucas mientras recordaba esos episodios. Una cosa era decir tantas cosas por mensaje o tras cámara y otra muy distinta era tenerlo de frente recordando que lo había visto desnudo y que él también conocía su cuerpo, totalmente. No solo eso, sino que habían hecho tantas cosas que ahora se avergonzaba.

—Al parecer todo es distinto en la realidad.

—No, solo que ha habido tantas cosas que no sé cómo las cosas dieron otro giro. —Se justificó

—No importa —dijo susurrando por su oreja y tomando el lóbulo de ella haciéndola estremecer completamente.

Creyó que debía tener autocontrol ante la tentación que tenía junto a ella pero a veces las cosas no eran sencillas y más cuando tiene que ver con la piel, el deseo y el placer. Leticia no se podía sacar la cabeza las palabras de Luna y justo en ese momento las veía razonable.

Pensó que tal vez se precipitó al decirle a Leonel que lo escogía, quizá se dejó llevar por su piel porque se había desviado de lo que ella quería, de a quien deseaba. No era fácil decir no a las pretensiones de Lucas cuando por muchos años había sido el amor de su vida y la persona de su anhelo.

Sin decir palabra alguna Lucas empezó a quitar su camisa haciendo que ella parpadeara y su corazón se intentara salir por su boca. Sabía que no había sido buena idea aceptar aquella invitación para hablar a solas y mucho menos pensó que él la traería a un hotel alegando que solo era para hablar con tranquilidad. Pero, «¿a quién engañaba?» pensó por un momento, no era una niña para ser tergiversar las cosas ,ni saber lo que Lucas deseaba.

La inocencia de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora