-¿Crees que las personas cambian con el tiempo? – murmuro Kikyo, jugando con una papa en su bandeja.

-No, no lo creo – Kikyo permaneció quieta y mirando hacia abajo – Creo en el que con el tiempo, la persona demuestra quien realmente es y tú, Kikyo, estás demostrando quien realmente eres, una persona amable, valiente, hermosa... pero con un pasado realmente oscuro.

-No me arrepiento de lo que fui, porque gracias a eso, soy lo que soy ahora.

-En el pasado solo tratabas de protegerte a ti misma con tu actitud fría y sin corazón ¿Me equivoco? – dedujo Bankotsu, en ningún momento dejo de observarla, su expresión melancólica le afectaba, no le gustaba verla triste.

-No te equivocas Bankotsu. Quería fingir ser alguien a quien no le importara ninguna opinión de nadie, por eso hice cosas de las cuales no me enorgullecen- susurro pensando en su hijo, que nunca reconoció - Aun así, creo que me he convertido en lo que no quería, deje el papel de lado porque en realidad, yo ya era alguien fría y sin corazón –

-¿Y qué paso Kikyo? ¿Qué fue lo que te hizo cambiar? – Bankotsu quería saber todo, todo de Kikyo.

-Después de que nació Haruke, el hijo de Inuyasha – aclaró, porque en papeles y ante la ley ella no era nada del niño – Decidí ser la niña que deje de ser a los 14 años, amable y simpática. Me aleje de todos y eso incluía a mi madre, mi padrastro siempre me ha ayudado, le debo mucho. Empecé a cursar licenciatura de enfermería, quería poder estar rodeada de niños. Mi facilidad de estudiar me favoreció y hace un año y medio me pude recibir – término y le dio dos bocados a su hamburguesa.

-Eres admirable –

Murmuro Bankotsu sin poder apartar su mirada de la azabache de labios finos en forma de corazón, sus pestañas largas y arqueadas, su cabello azabache largo, fino y sedoso en una coleta desprolija junto con su flequillo peinado con los dedos. Apenas se le notaba su bálsamo labial, aparte de eso no tenía ni una pizca de maquillaje.

-¿Admirable? Soy patética, alguien cobarde...- unto una papá en mayonesa y la mastico sin ganas.

-No. No vuelvas a menospreciarte en mi presencia. Eres una mujer amable, admirable y sobre todo valiente – Kikyo le sonrió risueña y agradecida por las palabras del moreno. Nadie a parte de su padrastro le había animado. – Ahora, termina de comer que tenemos mucho por delante – apresuro mientras le daba una mordida apresurada a su comida, su intención era aligerar el ambiente.

- Esta bien. Y gracias – murmuro para sí misma, miro con diversión como el moreno comía apresurado - ¡Yo te ganare! – exclamo olvidándose de su melancolía atacando con su boca a la hamburguesa.

°°°

-¡Cásate conmigo Kagome Higurashi! – exclamo Inuyasha.

-Ya te dije que no, Inuyasha – respondió Kagome como ya era normal mientras picaba vegetales.

-¡Pero porque! Estamos juntos de hace 5 meses, vivimos juntos, somos unos buenos padres ¿Qué más quieres? – dijo detrás de ella, con su cabeza metida por el hombro de la azabache.

-Sí, estamos bien y no me quejo, estoy feliz a tu lado y compartiendo nuestras vidas, pero... no sé – dudaba. Kagome aún no le había dicho de su problema al poder tener hijos, sentía y pensaba que sí le decía, su novio peli plata se defraudaría y la dejaría.

-¿No sé qué?

-Hay algo que tengo que decirte y tal vez, por esto, no me quieras a tu lado – se giró Kagome dejando de picar las verduras, mirándolo a los ojos.

-A causa de eso ¿No te quieres casar?

-Sí, es a causa de...- la voz de Haru entrar a la cocina interrumpió la breve charla de la pareja de enamorados.

Nueva Oportunidad (ADA#3)Where stories live. Discover now