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Respiró por enésima vez el aroma que emanaba el lugar, sonrió satisfecho, no lograba percibir ninguna de esas esencias dulces que siempre ha destado. Omegas.

Se sintió feliz por haber escogido ese lugar repleto de alfas para pasar el sábado junto con su amigo Liam, otro alfa igual que él ya que no soportaría jamás ni por todo el dinero del mundo estar con un omega por más de dos minutos. A menos que se tratará de trabajo, ahí si que es forzoso tener contacto con omegas para cerrar contratos y otras cosas financieras.

Pero en Alpha Corp no trabajaba nadie que no sea alfa o beta, así evita tener  el menor contacto posible y su nariz se ahorraba muchos momentos desagradables por no percibir esas  fragancias mareantes y demasiado empalagosas, tanto que con el sólo pensamiento se le revolvió el estómago.

La estancia completa estaba repleta de alfas y  tal vez sólo un par de omegas que le hacían compañía a aquellas figuras más prestigiosas que deciden asistir en su tiempo libre a la Arena Manchester para presenciar la pelea del tan afamado boxeador Louis Tomlinson. Con este último nombre se le encogió sólo un poco el estómago por la idea del chico lindo de ojos azules y cabello castaño, y lo más importante para Harry, un alfa.

Caminó al lado de Liam con la mirada distraída por las bancas y sus diferentes ocupantes. No, Harry tampoco iba a ligar o conseguir una cita, no podría hacerlo cuando el tema de relación alfa -alfa es estigmatizado y cuestionable. No está prohibido, más tampoco es bien visto ver por la calle a dos alfas tomados de la mano. Sin embargo, hay lindos alfas cerca de sus puestos.

—Este es nuestro sitio. —Liam llama la atención, él se distrae mirando a las butacas de atrás ya que están al frente a unos cuantos metros del cuadrilátero. Asiente y deja caer sus caderas en el asiento acolchado que relaja al extremo su trasero.

—Me gusta el lugar. —mencionó con una sonrisa divertida. En realidad Harry siempre ha sido un tipo bastante especial para elegir sitios en los que puede salir. No soporta los lugares en los que, como ya se sabe, hay omegas. Por eso, una pelea de boxeo era la mejor opción cuando su amigo Liam le ofreció salir a divertirse.

Liam sonrió confiado. Comprendía de pies a cabeza la razón por la cual Harry odiaba a la raza omega y por eso lo ayudaba a evitar en lo posible él contacto con ellos.

—No puedes ser todo el tiempo un alfa amargado. —mencionó, una risa escapo de sus carnosos labios. Llamó al hombre beta de servicio que caminaba por ahí con la bandeja de bebidas. Suspiró, en parte sabía que no podría ser toda su vida el empresario que se encerraba día y noche en la oficina acumulando la infinita fortuna con la que ya contaba. Es qué, a veces prefería leer contratos aburridos a pasar el día entero en su departamento con la idea de hacerse más millonario y solitario, todo parecía incluso sonar aburrido pero a esa alturas estaba acostumbrado.

—No soy un alfa amargado.
—gruño ,aunque bien sabía que eso era. Liam rodó los ojos divertido, en pocos segundos llegó el hombre con un par de whiskys con hielo y dejando una botella entera en la mesa de al lado.

—Lo eres, sólo espero esta noche dejes de serlo.

(...)

Aspiró profundo el aire llenó de feromonas omegas y bebidas alcoholicas. El espejo reflejaba a un hermoso omega de ojos azules piel extremadamente suave y rasgos faciales dulces y tiernos. Resoplo asqueado con su propia imagen y miró por enésima vez en un minuto su celular por si llegaba la llamada de Niall diciendo que ya llevaba los medicamentos.

El camerimo se empezaba a llenar del olor tan característico a flores y  vainilla, arrugó la nariz, no podía soportar su fragancia que incluso llegaba a sentir en el paladar, tan débil.

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⏰ Last updated: Jul 07, 2019 ⏰

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Fool's Gold (L.S)Where stories live. Discover now