• CAPÍTULO 65 •

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—Nos vemos afuera en quince minutos— murmuró Pansy antes de que esta saliera en dirección a los jardines, donde podría leer la carta recibida con calma.

Su corazón se sintió tranquilo cuando notó la caligrafía de Fred afuera del sobre. Echaba de menos sentir su risa, estar cerca para sentir su corazón y su perfume característico, para percibir lo suave de la lana de sus swéteres.

Al abrir el sobre, pudo notar que la carta no estaba escrita con palabras, sino que estaba cifrada en runas. Hace mucho que no hacían esos acertijos, no obstante, Fred Weasley sabía muy bien cómo mantener las cosas interesantes. Nina sonrió para sus adentros al ir descifrando cada uno de los símbolos que él se había dedicado a dibujar en la hoja amarillenta.

Finalmente llegó al mensaje y pudo notar la forma en la que su día ya había cambiado para mejor. Debía admitir que echaba en falta al pelirrojo en demasía y esperaba que las vacaciones de navidad llegarán para poder estar con él aunque fuera por unos días.

«Extraño y añoro tus ojos negros como la noche, como la boca de un lobo.
También tu risa burbujeante y contagiosa, echo de menos tus miradas sarcásticas cuando digo alguna tontería sin sentido.

Debo admitir que hay muchas cosas que me brindan alegría en la vida, no obstante ninguna es como tú. Partiendo del punto que no eres una cosa, eres la persona más fantástica que haya podido conocer y llenaste mi mundo de una manera en la que no pensé podría suceder.

Me gustan tus ideas y la manera en la que tus ojos me miran. Me gusta como piensas y también cuando ya no quieres que tu cerebro siga funcionando. Debo decir que a este departamento le hace falta tu presencia y nadie podrá reemplazarte jamás»

Nina leyó todas y cada una de las frases de profundo amor que Fred le dedicó, confiándoselas en un dialecto que no todos podrían identificar en caso de que llegara a manos incorrectas. Cuando volviera del pueblo se dedicaría a responder a su misiva de la forma más extensa y romántica que su conocimiento en runas le permitiera.

—Luna, te dije que ella no notaría nuestra demora. Nina estaba fascinada leyendo la carta que su hombre envió para ella— le molestó Pansy cuando se hicieron presentes al lado de la banca donde la chica reposo aguardando por ellas.

Una vez que las tres chicas salieron del recinto de Hogwarts, caminaron en dirección a Hogsmeade, principalmente a las tres escobas, pues el plan de las cervezas de mantequilla iría aunque afuera estuviera nevando sin cesar.

—¿Y Draco? Pensé que como se estaba haciendo el amable en la sala común, vendría con ustedes.

—No— recalcó Pansy— mencionó que estaría en su habitación y no le interesa a ir de shopping a donde todas las mujeres.

—Jamás rechaza una instancia así. ¿Verdaderamente se encuentra bien? Todo lo que implique comida y un espacio para hablar mal del trío de Gryffindor es aceptado por él de forma inmediata— se extrañó la joven.

—Nina, Draco no necesita de una excusa para ser un imbécil o colocarse de mal humor. No le des tanta importancia a sus repentinos cambios de bipolar idiota, le das más poder— señaló la pelinegra encogiéndose de hombros.

Las tres brujas caminaron hacia las tres escobas para buscar un poco de distracción. Al llegar notaron que el lugar estaba repleto de gente, tanto magos que iban de paso por el pueblo y por estudiantes de Hogwarts que salían a divertirse después de una larga semana de estudios.

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Where stories live. Discover now