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El circo había llegado a la ciudad una vez más, todo el pueblo era llenado de colores y la emoción presente de como se levantaba la gran carpa donde cada noche se presentarían los diversos espectáculos que traían consigo la caravana. A Jaebeom nunca le había interesado, incluso tenía cierto temor, claro, desde temprana edad en un arranque de estupidez junto a sus amigos escogieron ver la película It, ese payaso se había convertido en un enemigo cada noche desde los ocho años, al cual intentaba combatir alejándose de aquellos hombres maquillados y excesivamente alegres.

Paseando en su bicicleta miraba con desconfianza el terreno donde estaban ya instalado el circo, las casas rodantes y el camión donde trasladaban cada implemento que usaban. Se detuvo al otro lado de la calle, analizando en que lugar podía encontrarse su enemigo, pero nada apareció en los largos minutos que estuvo allí sentado. Solo un chico llegó a su lado, estaba vestido de una manera tan normal, una camiseta blanca con líneas azules horizontales y un pantalón negro a juego con sus zapatillas del mismo tono, pensó podía ser algún nuevo chico en la ciudad, algún nuevo compañero de la escuela, le sonrió invitándolo a sentarse a su lado.

—Hola —sonrió el pequeño sosteniendo su libro entre sus manos— ¿Qué haces aquí?

—Vigilo el circo —contestó fastidiado por el tiempo perdido—, ¿Qué libro es?

—Mi favorito, El principito —murmuró mirando al circo frente a ellos— ¿Por qué lo vigilas?

—Porque los payasos son malos, atacan a los niños y me aseguro de que no aparezca y intente comerme.

—Los payasos no hacen eso —bufó el pequeño del libro—, los payasos son amables y siempre sonríen.

—¡Lo hacen para engañar a la gente! —gritó Jaebeom levantándose para tomar su bicicleta—. No vengas a mí cuando intenten atacar la escuela y se coman a tu familia.

El pequeño estaba molesto apretando el libro entre sus manos, dejando que la impotencia se apoderara de su rostro, volviendo este rojo de cólera.

—¡Te demostraré que son bueno! —gritó tomando la mano de Jaebeom jalándolo hasta cruzar la calle y ingresar al terreno del circo.

Jaebeom estaba sorprendido y también asustado, no podía creer que un desconocido fuera tan valiente de ingresar a un terreno tan peligroso, sostuvo firme la mano del niño a su lado, sin ánimos de alejarse demasiado de su cuerpo. Ingresaron a la parte trasera de la gran carpa, el lugar donde los payasos se maquillaban y preparaban para el espectáculo.

—Jinyoungie, trajiste un amigo —sonrió un hombre con el maquillaje a medio aplicar.

—El tiene miedo a los payasos, le muestro que son bueno —bufó el menor.

—Amor no seas rudo con tu amigo —la dulce voz de una mujer en mallas se hizo presente—. No todos los niños están acostumbrados a los payasos. —la mujer se acercó a ambos niños sonriendo cálidamente, dando confianza a Jaebeom de alejarse de la espalda de Jinyoung.

—¿No comen niños? —preguntó tímidamente mirando a la mujer.

—¡Claro que no! —gritó Jinyoung—, El tío nunca haría eso.

—Pequeño eso fue por una película, aquí todos somos familia, incluso tu amigo está aprendiendo algunos trucos, ¿Quieres ver que no solo se trata de payasos?

La mujer condujo a ambos niños al interior de la gran carpa, donde la cuerda floja se alzaba en lo alto sobre la malla protectora. En las alturas estaban los trapecistas lanzándose un trapecio a otro, asombrando al pequeño Jaebeom que ahora sonreía, todo era tan diferente a lo imaginado, ya no sentía miedo, pero seguía sosteniendo la mano de su pequeño amigo. A los pocos días Jaebeom volvió al circo, estaba buscando a Jinyoung, quería disculparse por ser un idiota y cobarde, el menor únicamente se rió y ambos comenzaron a pasar las tardes juntos, escuchando como la madre de este les leía el libro favorito del menor, practicando un par de saltos en la cama elástica incluso disfrutaba de los ensayos desde la tribuna junto a Jinyoung.

Circus -One-Shot [JJ Project/Bnior]Where stories live. Discover now