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La semana pasa de manera rápida, sin ningún percance ni nada interesante que poder contar salvo el hecho de que Zack no me haya dirigido la palabra en ningún momento, solo simples levantaditas de cabeza cada vez que me lo cruzo por algún pasillo o...

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La semana pasa de manera rápida, sin ningún percance ni nada interesante que poder contar salvo el hecho de que Zack no me haya dirigido la palabra en ningún momento, solo simples levantaditas de cabeza cada vez que me lo cruzo por algún pasillo o a veces hasta ni eso.

De ahí mi teoría que hay varios tipos de personas en la vida y varios tipos que afrontan la vida de distinta manera, uno de esos grupos se cierran tanto ante la vida, ante las experiencias que le cierran las puertas a las demás personas que pueden o quieren formar parte de sus vidas. Quizás me haya metido tanto en el papel de que ahora tengamos una relación mas o menos de amistad y me moleste el hecho de que me evite sin razón alguna.

Es jueves por la tarde, salgo de casa para ir a recoger unos cuantos libros que había pedido hace hace un par de noches por Internet. Después de unas cuantas paradas de metro y un par de canciones llego al apartado de correos donde indicaba el mensaje que había recibido.

Entro al apartado de correos y espero unos cuantos minutos hasta que la pantalla muestra el número que anteriormente había cogido de la maquina.

- Buenas tardes guapa, ¿qué deseas?- me mira el chico del mostrador dedicándome una sonrisa que por cierto era bastante joven. Bueno eso teniendo en cuenta que las veces que había venido siempre me atendía un señor regordete y nada agradable, que rondaría sobre los cincuenta años o así. Miro al chico detalladamente con su tupé perfectamente peinado, ojos grises o algo difíciles de descifrar y una sonrisa bastante bonita.

- Buenas, vengo a por un envío.- digo dándole el papel donde se encuentra el código de seguimiento. El chico verifica algo en el ordenador y sale de ahí para entrar en otra puerta y después venir con un paquete en sus brazos.

- Exacto aquí esta, solo necesito que firmes aquí.- me entrega dos papeles que acaban de salir hace segundos de la impresora y hago lo que me indica.- Genial preciosa, aquí tienes.- dice guiñándome el ojo al momento de entregarme el paquete.- Me sería muy fácil conseguir tu número de los registros pero preferiría que me lo dieras tú.- dice y oigo a una señora detrás de mi refunfuñar. El chico es guapo y se alcanza a notar que es un buen chico, o en verdad caras vemos corazones no sabemos pero podría ser un buen amigo.

Apunto mi número en uno de los posits que que hay encima del mostrador y se lo entrego. Me despido con un gesto de mano y salgo del establecimiento. Aprovecho al tener un Starbucks en la esquina, dirigiéndome a el para pedir lo de siempre, mi querido frapuccino con chocolate.

(...)

Miro la hora en el móvil cuando este vibra por alguna notificación dándome cuenta de que llevo casi dos horas sumergida en el delicioso café y en uno de los libros que había recogido. Es verdad cuando dicen que un libro hace que te sumerjas en otro mundo totalmente diferente al tuyo, que hace que desconectes un buen rato de la realidad.

Guardo todo en el bolso y salgo del Starbucks viendo como la noche se empieza a asomar ya en las calles. Me pongo los auriculares acompañados de All of me emprendiendo el camino a casa que no queda a mas de cuatro o cinco calles.

Dark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora