Capítulo 15

104 7 2
                                    

Era media noche. Una inquieta Ronja daba vueltas sobre su cama intentando conciliar el sueño sin mucho éxito alguno. No iba a negar que estaba nerviosa, después de todo no sabía como sería la "deprimente Escocia" ¿Su prima estaría ansiosa por su llegada? ¡Bah! Pero eso no era lo que realmente le preocupaba, sino ¿Cómo reconocería a su prima entre millones de personas si nunca supo su apariencia? Realmente le angustiaba la idea de que podría perderse en ese inexplorado lugar sin la posibilidad de retornar.

No rompería su promesa. Ella regresaría, así se lo prometió a su hermano.

Ya avanzada la noche, la chica perdió la batalla contra el sueño.

***

—Ronja... Ronja—Decía la madre de la niña, meciéndola ligeramente —Despierta. Hoy es el día.

Lo primero que vio al abrir sus ojos, fue el rostro materno sonriéndole desde lo alto.

—Apresurate, no querrás perder ese tren —Lovis tomó la sábana apartándola, descubriendo así el cuerpo de la chica. —Espero que hayas alistado todas tus pertenencias.

Después de unos minutos de quejas, la chica se levantó de la cama de forma perezosa, arrastrando los pies. Debajo de sus ojos colgaban unas enormes ojeras que delataban lo mal que la había pasado anoche tratando de conciliar el sueño.

Entró a la ducha, minutos después salió completamente reconfortada.
Desayunó de forma apresurada; sus planes eran salir a dar una última vuelta por el bosque antes de partir, quería llevarse consigo el olor a bosque húmedo, ese bosque que tanto amaba y era parte de su vida entera.

Echó un vistazo fuera del castillo, mostrándose así un ligero panorama que distaba mucho de ser alegre.
Se preguntaba si aún era muy temprano, ya que el sol parecía no querer mostrarse. Quizá se debía al exceso de niebla, pensó.
Caminó por aquellos lares que solía frecuentar casi a diario, pasando sus manos por entre los troncos, hierbas, flores y arbustos que se atravesaban a su andar.

De momento la nostalgia la invadió por completo, tener que separarse de su hogar no era nada fácil para ella. Detuvo su andar, al llegar a la gran roca que se encontraba a la orilla del lago, y se sentó sobre ésta. Sintió la brisa del viento rozar su cara tan dulce y cuidadosamente, como las caricias de una madre a sus crías.

—Oh Birk, a mi también me duele tener que separarme de mi hogar. Que más quisiera yo, quedarme aquí quizá para siempre— La chica, quién estaba hablando completamente sola, abrazó sus piernas y metió su cabeza por entre sus rodillas tratando de ocultar su rostro. —Pero ¿Sabes qué es lo que más me duele?—Guardó un eterno minuto de silencio para después proseguir a contestarse ella misma su pregunta. —Lo que más me duele, lo que más me repugna es saber que no pude hacer nada para evitarlo, no fui capaz de tratar de solucionarlo o buscar otra alternativa, no lo fui, no soy lo Suficientemente capaz. Y hoy no me estaría despidiendo así, ahora y de esta forma.

Veinte extensos minutos pasaron en los que la castaña dejo divagar su mente entre tantos pensamientos y recuerdos.
La chica no fue consientes del tiempo que pasó navegando en lo profundo de su mente; se alteró de sobremanera al percatarse del tiempo que probablemente había perdido y que posiblemente ya era tarde, tendría que darse prisa si es que quería llegar a tiempo para despedirse de todos.

Un par de minutos después, una muy agitada Ronja llegó al fuerte Mattis, como si acabase de correr una maratón.

—¡Vaya! Creí que te habías escondido en el bosque para evitar tu destino ¿Por qué tardaste tanto? —Cuestionó Lovis, cruzándose de brazos.

—Lo siento, me distraje un poco por ahí.

—Mmh. Bien, no importa. Mattis y los bandoleros llevaron tus pertenencias a la estación del tren ¡Ya todos están allá esperándote! Solo faltas tú. De prisa.

Sanzoku no Musume Ronja (BIRKNJA)Where stories live. Discover now