Capítulo 11

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El tiempo llegó, Y así mismo el final de su estancia.

El otoño había llegado al bosque y muy pronto sería invierno. Era momento de regresar al castillo Mattis como lo acordaron desde un principio. Momento de regresar con sus vidas, a su hogar, donde pertenecían.

Sin duda este sería uno de los años mas conmemorativos de la vida de cada uno de los adolescentes, un gran inicio a una nueva etapa de su vida.

—Creo que ha llegado el momento de decir adiós.—Especuló  la castaña con cierto tono de desanimo en su voz.

—No estés triste, no es como si no nos volviéramos a ver. — Contestó la hija del sheriff.

A pesar de que sabían que no era un adiós definitivo, en el fondo les dolía tener que dejar todo atrás por regresar a la realidad - Si es que se le podía llamar así.- Cierto era, que se habían acostumbrado a vivir solos en el bosque, se sentían libres, después de todo, nadie les decía que hacer, no tendrían que vivir bajo el mando de sus padres. Simplemente eran ellos y nada más.

Pero todo lo que empieza acaba. Así son las cosas, no todo lo bueno dura para siempre. Lo único que se puede  hacer es aceptarlo.

Se sentía un gran vacío en lo más profundo de su ser, se habían acostumbrado a su compañía mutua, pero ahora tenían que tomar caminos distintos (Bueno, a excepción de nuestros dos protagonistas. Aunque en cierto modo igual estarían algo distanciados por un desfiladero.)

—Probablemente regrese a casa. O no, no sé, quizás a mi  padre ya se le pasó el enojo y reflexionó...  ¡Podría hacerlo!, de todos modos vivir en una cueva no será lo mismo sin ustedes.

—Créeme que nos gustaría quedarnos un poco más, pero así lo acordamos desde un inicio, mi padre es muy estricto en ese aspecto. —Respondió la castaña, tomando las manos de Kjerstin.

Sería muy egoísta de su parte no regresar, después de todo sus padres estarían esperando por su regreso, aunque no les apeteciera del todo a los chicos.

—Kjerstin, seguramente tu padre estará ansioso por que vuelvas a casa, ninguna discusión cambiará el amor de un padre hacia su hija. —El chico miró de reojo a la castaña. —Seguramente ya reflexiono y se dio cuenta que le haces falta.

—Birk tiene razón, tu padre te ama y de seguro quiere que vuelvas. Lo sé, probablemente ya pensó las cosas y se dio cuenta que tú debes elegir tu propio camino, escribir tu propia historia y no seguir sus pasos si no es lo que quieres. Mi padre al igual que el tuyo quería que yo fuera igual que él cuando ya tuviera la mayoría de edad, pero con el tiempo comprendió que ese no era mi legado en la vida.

—Pero ¿Y si no? ¿Y si sigue insistiendo? Mi padre no es de los que cambia de opinión tan fácil. Él me dijo que si no tomaba el mando de su puesto, negaría mi existencia. —La chica tapó sus ojos con sus manos, demostrando  que le dolía tanto esta situación.

Ronja tuvo compasión de ella.
Más que cualquier otra persona, ella sabía lo terrible que se sentía; que tu padre te negara ante todos, y en ese momento se le destrozos el corazón por completo, al verla de esa manera y en un impulso se abalanzó sobre ella en un benévolo abrazo, mostrando su más sincero apoyo a su nueva amiga.

—Yo te entiendo y estoy contigo, sé lo que se siente que tu propio padre te niegue, yo ya lo viví, pero al igual, estoy segura que tu padre rectificara, tarde o temprano, pero lo hará—Le susurró esto al oído aun enlazadas en su abrazo.

—Me duele de verdad que no entienda, que yo quiero ser distinta, tomar mis propias decisiones. Me duele porque es mi padre. —Se deshizo de su abrazo para mirarle a los ojos.

Sanzoku no Musume Ronja (BIRKNJA)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin