5. El Bochornoso Linaje de Sheyla

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El lanzaguisantes plasma se paró frente a mí mientras todos los lanzaguisantes lo miraban con suma extrañeza. Me encontraba asustada, no sabía cómo reaccionar en caso de que me intentase hacer algo...

   —No te preocupes Sheyla, sabes que yo nunca te haría daño... —dijo sonriéndome como si hubiera leído mis pensamientos y le conociera de por vida. ¿Cómo es que este lanzaguisantes plasma sabe mi nombre? ¡No conozco a nadie más que a mi madre y a mi hermoso primito...!

   Levanté la mirada para poder verlo mejor y me dio la manito para que me levantase del piso. Entonces le di una bofetada en la cara que hizo que cayera al suelo. Las girasoles que estaban a mi lado profirieron un alarido por la cachetada que yo le había asestado al comandante y se les notaba en la cara su sorpresa por mi increíble fuerza y atrevimiento.

   Al lanzaguisantes plasma se le escapó una efímera risa mientras se paraba del suelo lentamente y volteaba a mirarme; se incorporó para hablarme de nuevo.

   —Te pareces mucho a tu madre, querida Sheyla... ¡qué susto me has dado! —continuó el lanzaguisantes plasma que, al parecer, no se rendía en intentar darme conversación. Me ofreció de nuevo su manito para que me levantase del suelo y esta vez la acepté con desconfianza.

   —¿Quién eres y cómo es que me conoces? —pregunté con curiosidad y cierto temor mientras me ayudaba a levantarme y a ponerme a su altura.

   —¡Qué bueno que me lo hayas preguntado! —Se alegró mucho y se dio una vuelta de la alegría que rebosaba en él—. Soy Spuky, el lanzaguisantes plasma más poderoso de todos los tiempos. Te conozco, Sheyla, desde antes de que nacieras; y sólo hasta ese entonces...

   De pronto, todo el júbilo que alguna vez manifestó se volvió en una profunda tristeza que compartieron todos los lanzaguisantes de la cabaña.

   —P-pero ¿cómo es eso posible? —pregunté exaltada rompiendo el triste y compungido silencio que había originado Spuky en la cabaña al ahogar sus palabras. ¿Cómo me conoce desde antes de nacer? Sólo pasaron unos segundos para que me diera cuenta de lo evidente.

   —Así es, Sheyla... —comenzó a decir Spuky— Yo soy tu hermoso padre...

   En ese momento, me dejé caer por la sorpresa y gracias a Diosito aterricé en medio de las pobres girasoles que, de no haberme sujetado, me habría lastimado mi hermosa cabecita. Rápidamente busqué en mi memoria algún recuerdo de algún lanzaguisantes plasma que haya conocido en mi infancia, mas sólo pude encontrar a mi madre y a mi hermoso primito. Al parecer me había criado sin ninguna figura paterna y no me había dado cuenta de ello.

   —No puede ser... —terminé diciendo acabada.

#3 La Rebelión de las Girasoles - PvZ GW 悪Where stories live. Discover now