21| Lista De Deseos

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Entramos y me hizo sostener el montón de ropa que iba encontrando a su paso.  Casi ni puedo caminar cuando ella me arrastra a los vestidores.

— Estaré aquí. Yo seré la jueza— ¿ en qué lío me metí?.

Escojo una camiseta de cuadros rojos y pantalones negros, abrocho la camiseta hasta el último botón.  Salgo. Es lo más prudente que encontré.

— ¿ Qué tal? — cuando salgo hace un mohín y niega con la cabeza.

—Te ves igual, solo que con algo más tallado. ¿ Yo elegí eso? ¡Puf! — me empuja y entra el vestidor.

— ¿ Cómo hicistes para quedarte con esa preciosura, un poco... Fantasiosa, pero igual de hermosa? — pregunta un chico que parece que va todo los días al gimnasio. Elissa llega antes de que logre articular palabra.

— Veo que hicistes un nuevo amigo,¡ pero no logras entablar una amistad con la ropa! —  esto parece ser una misión imposible para ella.

— Tu novia es explosiva— me giro hacia él y, cuando estoy a punto de aclararlo, Elissa interrumpe de nuevo.

— Como digas. Alex, ahora entra y pruebate los conjuntos que armé— dice mientras me empuja dentro del vestidor y solo observo como le dice adiós al chico.

Elissa

Me siento a esperar a Alex salir vestido con la ropa que escogí. Me levanto y me acerco a un espejo de cuerpo entero.

Una hada, creo que ni así pudiera borrar quién soy.  Creo que no puedo borrarlo, pero puedo fingir que lo olvidé.

Brillosis elisis— sacudo la barita en el aire—  que  llegue mi oportunidad para olvidar — bajo la barita y respiro. Me sobresalto al abrir los ojos, ya que cuando los abro veo los ojos celestes de Alexander penetrantes. Me giro y lo recorro con la mirada.

— No te sienta mal— claro que no le sienta mal, se ve genial. Unos Jeans negros rasgados, una camiseta negra que se le adhiere al cuerpo, una chaqueta de cuero del mismo color... — todo un badboy.

— ¿Gracias?. Creo que lo mejor es que nos vayamos ya... Me siento acosado— ¿lo acoso? No, esas chicas descerebradas lo hacen.

*esos son celos*

¿Es que no ves como lo miran, a mi obra?

*Matemoslas*

O divirtamonos un rato.

— Tienes razón, CARIÑO— digo en voz alta para que las cabezas huecas escuchen, Alex me ve extraño hasta que cae en la cuenta.— Ve por tus cosas, yo voy por unas botas que combinen y seguimos con NUESTRA CITA— me obedece y cuando voy a buscar las botas, observo a un chico ir donde ellas y... ¿Les da las bolsas con las compras? Ok, estas están peor de lo que pensé.

Voy y regreso rápido. Encontré unas botas negras de cuero. Se las coloca, pagamos y, luego de hacer reñir a Alex por que ésta vez pagué yo, salimos del local.

— Vamos al auto, allí guardamos las cosas y me maquillo— asiente y nos dirigimos al auto.

Guarda las cosas en el maletero, mientras yo me maquillo y luego me hago una moña desordenada.

— ¿A dónde va...? —  se para en seco cuando me observa, se aclara la garganta para fijar su vista atrás del carro. —¿ese no es Matt? — volteo y sí es él con las chicas descerebradas de antes. Ordeno ideas y llego a la conclusión de que el idiota que les tendió las bolsas a las chicas era Matt, el mejor amigo de mi novio. ¿ Cómo no me dí cuenta?.

— ¡Sube! — me obedece... Y subimos rápido al auto. Enciende el motor y salimos. Cuando ya hemos estado en una buena distancia lejos de ellos, saco mi cabeza y, preocurando que no se escuche como mi voz, grito.

— NO INSULTEN A LAS RUBIAS, DESCEREBRADAS PLÁSTICAS— creo que me escucharon pues eran las únicas rubias en el estacionamiento. Me acomodo en el asiento y volteo a ver a Alex, quien está riendo. Me le acerco y le desordenado el cabello, se ve guapo... Sacudo mi cabeza y me pongo el cinturón de seguridad.

— Gracias— me voltea a ver y sigo hablando
— . No tienes por qué hacerlo...

— Quiero hacerlo— me interrumpe, frunzo el ceño por su manera de decirlo—, déjame hacerlo— fija su vista en mí, asiento sin entender muy bien nada. — ¿A dónde vamos?

— Al parque de diversiones.

*************

— Esto es WOW—dido dando unos saltitos, siempre quise venir a uno acompañada, pero nunca pude.

— ¿ Me regalas una foto? — la voz de una niña me hace bajar la vista, está con su mamá agarrada de la mano. Volteo a ver a Alex, quien sonríe enseñando sus oyuelo.

— Claro pequeña— su mamá nos toma la foto, Alex está detrás de ella.

— El chico de negro también, quiero que mi hija  sepa  que el amor puede venir de la fantasía y de la realidad— Alex se pone rojo como tomate y yo solo le sonrío.

— Eso fue extraño — dice Alex, mientras caminamos hacia una heladería que hay aquí.

— Sí, lo fue— Entramos y lo primero que hicimos fue comprar unos helados de chocolate con fresas. Nos sentamos dentro del local.  

—¿Qué te parece si hacemos una lista? —   digo viendo las servilletas en medio de la mesa.

— ¿lista? — pregunta dejando de comer su helado.

— Sí, una lista de lo que queremos hacer.

— Me parece buena idea— me levanto y le voy a pedir un lapicero a la señora que nos atendió.

— Aquí esta— tomo las servilletas. — Yo escribo. Por cierto, ¿Qué hacemos?

— Causar problemas,  montar un caballo en el carrusel,  ser modelos  adelantados, subirnos a la montaña rusa...

— Bañarnos en la playa con ropa, gritar desde lo alto, comernos unos kilos de helados, ver la saga completa de crepúsculo y, y, y luego vamos a ver qué más.

— ¿Lo escribiste todo?

— Ya termino... — ¿cómo vamos a hacer para cumplirlo? Ni idea, pero lo vamos a hacer. — ¡ Ya!. Solo comemos estos helados y nos vamos.  Ups, ya no hay servilletas.

Luego de comernos el helado, nos fuimos con la lista.

Enamorándome de...  ¿Un Nerd? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora