• CAPÍTULO 49 •

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El mago salió de la casa y guardó su varita en el bolsillo de su chaqueta; esa era una de las cosas buenas del verano, había podido usar la magia y fue uno de los motivos por los que sacó de quicio a su madre y por lo que sabía muchas cosas que no tendría porqué acerca de la Orden.

Caminó por las colinas de Saint Catchpole con prisa, quería aprovechar de estar junto a Nina la mayor cantidad de tiempo posible. Quería mostrarle lo que había estado aprendiendo de la magia durante el verano y tener una de esas largas pláticas que solían tener cada vez que se encontraban. 

Al llegar tocó a la puerta de los Lovegood y de inmediato Luna salió a atender; la rubia había disfrutado de las vacaciones con su mejor amiga, habían compartido instancias inigualables y no le sorprendía que fuera a buscar a Nina allí. Sonrió  y le saludó de la amable forma que la Ravenclaw solía usar. 

—¿Supongo que debes venir a por Nina?— comentó con su cantarina voz—¿quieres pasar?

—Oh, Luna— saludó Fred amablemente—, no. Prefiero esperarla aquí. 

— Ella está terminando de guardar unas cosas, ten cuidado con las naranjas dirigibles mientras aguardas.

La bruja entró y pasaron unos minutos hasta que Nina se asomó con una sonrisa en la cara y saltó sobre los brazos de Fred, entrelazó sus piernas a su cintura y le besó con ternura. Ambos habían estado en contacto, pero siempre querían tenerse cerca. 

— ¡Adivina qué ha sucedido! —gritó mientras él la sostenía entre sus brazos. 

Este no pudo evitar reírse y observarla como si fuesen los únicos en el mundo, su atención estaba completamente centrada en ella. 

—Debe ser algo muy bueno— susurró antes de dejar un suave beso en sus labios. Siempre que estaban lejos y volvía a besarle encontraba que esos momentos eran mucho más agradables.

—¡Me ha llegado una carta desde Hogwarts junto a esto! —la bruja sacó del bolsillo trasero un pin de color verde con la palabra «Prefecto» —. ¡Me han escogido perfecta, Freddie!

Esa jamás había sido una de las aspiraciones de Nina, pero claramente tenía aptitudes y la personalidad para hacerlo de la mejor manera posible. Una de las mejores cosas del cargo es que podría merodear por los corredores hasta la medianoche, sin mencionar que lo haría en compañía de Draco, pues este había sido electo también

Fred sonrió con alegría. Los prefectos jamás habían sido de su agrado, él sentía desdén por las reglas y por las normas. Su hermano Percy era la personificación de un prefecto y no le agradaba para nada, no obstante el hecho de que su novia hubiera conseguido el título le hacía sentir orgulloso y felicidad por ella, ya que sabía que tenía muchas capacidades todavía por explotar.

—¿Osea que ahora me vas a quitar puntos por traficar sortilegios? —le preguntó mientras comenzaban a caminar de la mano.

—Podré hacerlo y estaré facultada para aquello — rió la chica con gracia. De verdad que estando juntos eran una excelente combinación.

—Estoy feliz por tí, estoy seguro de que abusarás de tu poder como la Slytherin que eres —mencionó burlándose—, no puede negarlo.

—Restaré todos y cada uno de los puntos que Dumbledore les regale sólo por el hecho de ser de Gryffindor —advirtió —, así que más te vale comportarte o podré tomarme de eso para hacer uso de mi insignia.

Caminaron abrazados durante bastante tiempo, fueron riendo de las anécdotas de Fred, de las cosas que Nina había hecho junto a Luna en casa de esta. El pelirrojo le enseñó algunos trucos que había aprendido a hacer y podía replicar ahora que podía realizar magia fuera de la escuela.

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Where stories live. Discover now