Parte 7 -Verdadero rechazo-

177 16 0
                                    

Mi cabeza dolía como mil demonios taladrándome la cien, el camino se hacia borroso y se movía a cada instantes, como si intentara caminar en medio de un terremoto. Con suerte pude llegar a mi departamento. Arroje mi chaqueta sobre el sillón y me tire sobre mi cama, en ese momento toda la habitación comenzó a moverse, me di cuenta de que aun no me encontraba sobrio. 

Si de algo no dejaba de pensar, era en las palabras de Joel, fríamente me hecho de la habitación como si yo fuera el malo de la película. Acaso ¿no era mas que claro?

Una y otra vez se repetían en mi mente las ultimas palabras de Joel. ¿Que estaba mal y aun no veía? ¿Por que era mi culpa? Porque así es como lo sentía.

Sin dormir, el repentino sonido del timbre del celular consiguió  que diera un salto de susto sobre mi cama y se sintiera como caer de un precipicio, cuando me di cuenta, ya tenia este mi en mi mano y pronunciando un -¿Si? Habla Andry- 

-¡Idiota! ¿Es que no planeas trabajar? Acuérdate que aun te falta entregar un informe de la universidad si quieres obtener el empleo por completo- Maty enojado gritaba desde el otro lado de la linea. Cerré mis ojos recuperando la compostura después del fuerte mareo. -¿es que estas durmiendo maldito desgraciado?- ese era Alex.

Enseguida pensé en una escusa. -Maty, estoy del asco. Pille un fuerte resfriado en la noche. Lo siento, acabo de despertar, enseguida estaré allí.- aunque no veía el rostro de Maty y mi jefe, pude deducir que se sentían mal por haberme regañado.

-No te preocupes, mejor descansa y vuelve mañana cuando te hayas recuperado.- Acababa de ganarme solo un día de descanso, era suficiente para mi.

volví a recostarme con una sonrisa en el rostro, cuando comencé a imaginar a Joel junto a mi, con sus brazos rodeados en mi cuerpo y sus dedos largos acariciando mis brazos, ambos recostados. Maldije una y otra vez por pensar aquello como si fuera una damisela enamorada de su príncipe, maldita mente humana que se acostumbra a otras personas (pensé).

Sentándome bruscamente, tome mi portátil y corregí en trabajo que debía entregar y comenzar a hacer el informe. Volví a marcar a Maty por el celular y le deje dicho que enviaría mi informe por e-mail. El jamas se negó. Aun habiendo terminado mi trabajo, el maldito Joel Travers no desaparecía de mi cabeza.

Como pantalla de recuerdo la frase ''¿sabes? siempre estuve enamorado de ti''. Apareció por toda la habitación como si pudiera verla físicamente sobre mi, presionando con todas las fuerzas mi estomago. Terminaría conmigo y me sumiría a la culpa. Aquellas eran una de las palabras que había dedicado para mi. 

-PERO, SERÉ IDIOTA.- Grite brincando de la cama y poniéndome de pie, para tomar lo mas rápido posible mis ropas y correr. Ahora lo tenia claro, sus palabras, su actitud y comportamiento conmigo. ¿Como no podía ser tan desconsiderado? 

Mientras intentaba no recordar mi falta de oxigeno para llegar lo antes posible hacia el bar, recordé las palabras de Sara elegidas meticulosamente para rechazarme, en mi ultimo año escolar.

luego de hacer el ridículo ella discretamente me aparto del resto de la sociedad para hablarme, para rechazarme, pero no como una mujer despechada e importante que solo le gusta ser el centro del mundo de la belleza, sino, como una persona con corazón que entendía a la perfección mis sentimientos.

-Andy ¿verdad? Se que lo que hiciste por mi fue valiente, y quizás eres un buen chico, pero no puedo conocerte. Se que no me amas, la persona de quien dices estar enamorado y la verdadera yo, son dos personas distintas. Así que aprovechare eso ¿entiendes? Estamos en el ultimo año y ya no puedo disfrutar de la misma manera que en la escuela, ahora debo centrarme en formar una carrera, y posiblemente, un futuro. Lo siento, fue muy lindo lo que hiciste por mi, gracias Andy Dorly.- Y beso mi mejilla. Ahora recordaba porque me sentía orgulloso de mi mismo, porque no había roto mi corazón. Así, es como debía tener un rechazo Joel Travers, el niño que de adulto cambio para convertirse en alguien de agrado hacia los demás, el solo quería ser aceptado, y eso no se lo había hecho notar.

La falta de oxigeno hacia que mis pulmones se sientan comprimidos y comenzara a arder mi abdomen por falta del mismo. Me tome un momento para recuperar el aire inclinándome y apoyando mis manos en las rodillas. 

La lejanía me mataba, a estas alturas no sabia si seria sano haber corrido tanto para llegar hacia el bar y poder decir lo que pienso a Joel. lo necesitaba, de lo contrario la culpa suprimiría todo mi cuerpo y me acompañaría en cada momento. 

-Joel.- Alcance a gritar en la entrada de Soft drink. Otra vez, haciendo el ridículo.

-Esta cerrado, mira el...- Joel se encontraba sobre el mismo hombre que vestía vulgarmente la primera vez que lo vi. Su camisa se encontraba desprendida y aun se notaba los jadeos por su excitación, con sus cabellos despeinados como si una fuerte oleada de viento acabara de pasar por el lugar. 

Mis palabras se quedaron atoradas en mi garganta, intentaba retractarme, pero ¿por que estaba molesto? Sacudí mis cabellos y chasquee con la lengua mientras daba media vuelta y nuevamente huía corriendo. Mi cabeza se lleno de reproches e insultos. ¿Que demonios sucedía con nosotros? Aun pesaba algo en mi interior que debía ser expulsado con palabras.

¿Como pudo enojarse conmigo y luego volver a los brazos de otra persona? ¿me engañaba a mi mismo? ¿como diablos funciona la cabeza de Joel Travers? Creí que no era fácil de remplazar una persona y solo uso su psicología para llevarme a la cama. El maldito ¿acaso tenia un morbo de convertir heterosexuales como yo?

Me maldije a mi mismo también, si solo me gustaban las mujeres ¿por que algo tan sencillo como esto me enfurecía? 

Totalmente agotado solo me incline de cuclillas para abrazar mis rodillas. Aparentemente, por mas adulto que pensaba que era, tenia asuntos pendientes con mi personalidad y de quien en verdad era. Aun, quedaba en mi un joven a quien conocer. 

El sudor recorría mi cien y mis piernas se encontraban débiles, el sudor hizo que se pegara la camisa en mi piel. Y mis pensamientos confusos, lograron romper en llanto.

-Andre. Maldición ¿que sucede contigo?- Pude ver la mueca de cansancio ahogándose entre sus propias palabras y aliento.

A estas alturas mis piernas no reaccionaban. No podía seguir huyendo, solo quedaba enfrentarse a palabras.









ese beso, me pertenece. (yaoi-gay)Where stories live. Discover now