parte 1 -humillación y trabajo-

614 27 4
                                    


Genial, en mi ante último año de clases no se me ocurre mejor idea que declararme a Sara, la muchacha más hermosa del colegio, además, talentosa, atlética, inteligente y hermosa.

Mi error no es declararme, no, mi error si es declararme. Quizás ustedes no lo entiendan, pero cuando una persona como yo. De mediana estatura, frágil, de apariencia de niña, y todavía, no cabe duda mencionar que soy un hombre que cree en el primer amor y en el amor a primera vista se declara a la muchacha mas guapa del colegio, pasa lo siguiente, burlas, rechazo, dolor y sufrimiento. Y lo peor de todo es que a mis 23 años de edad, aun soy es hazme reír en el trabajo, como el ridículo perdedor que se declaro a la chica más hermosa de la escuela.



Soy publicista de una famosa empresa de marketing. Bueno, no soy un experto, estoy como aprendiz, pero juro que algún día lograre ser una persona respetada y muy conocida.

Mi jefe, el sr Fernán, es el encargado de supervisarme las 24hs del día, bueno, o las horas de trabajo que mayormente me llevan un día. Él fue uno de los testigos de mi gran estupidez y el maldito que me las hizo más difícil sobrevivir en aquel trabajo. Incluso tomo fotos y videos de aquel espantoso día. Bueno, debo mencionar que parte de esa vergüenza ocasionada en aquel día, es mi culpa. De hecho... me declare de la forma más humillante de mi vida, pero era un niño cabeza hueca y enamorado, ¿Qué otra escusa debo mencionar?

Ese día me junte con mis tres amigos de la infancia y los chicos más retardados que existen en el mundo. Semanas de anticipación, había planeado una coreografía que consistía mayormente en resbalar las rodillas sobre el piso, mover el trasero y cantar una canción de aerosmith –angel- mientras le entregaba un ramillete de rosas. Y mientras mis amigos se dedicaba a hacer de coro y pasar la cinta del cace por una de esas caseteras viejas. De verdad, si que fui el hazme reír de la preparatoria. Y si no fuera más mi vergüenza, era fanático de la música vieja y pasada de moda. ¿Qué tipo de extraterrestres parieron mis padres para que salga tan extraño?


En fin, el que ahora es mi jefe, era hijo del antiguo jefe de esta empresa e iba conmigo a la escuela, un año superior al mío. Luego le conto a todos sus empleados y por sorpresa, me convertí por siempre en un chiste para las personas. ¡Por dios! ¿Qué se me cruzo por mi cabeza al hacer eso?

-¡Steven Tyler! Ven a mi despacho- largue un suspiro y me dedique a hacerle caso a mi jefe, Fernán.

Con mis hombros bajos y mi bajo orgullo me digne a cerrar la puesta y mirarlo de frente con la esperanza de que algún día se olviden de toda esa humillación por la que pase y a la cual me sometí estúpidamente. -¿Fernán? ¿Me llamabas?-

-felicidades Andy, has sido solicitado a nuestra empresa aliada de marketing y como recompensa, te ascendimos y tendrás tu propio trabajo con oficina. Así que por ahora puedes volver a casa y mañana serás transferido hacia el edificio de al lado. Muchísima suerte sr Tyler- justo cuando mis esperanzas iban decayendo una luz aparece para poder guiarme hacia una nueva historia, una página en blanco y la otra cara de la vida. No más burlas, y hola jefe nuevo. Hola nueva vida.

Mis ojos se iluminaron como el mejor soñador y una sonrisa se dibujo en mi rostro, a pesar que todavía se atrevía a burlarse de mí y llamándome Steven Tyler. No me importaba, sería la última vez que vería su rostro y vería esta oficina y todos mis compañeros que por años me hicieron la vida imposible, es un momento de saludar a las nuevas posibilidades y darle la espalda al pasado.

Me marche a mi departamento caminando con el portafolio en mi mano. Sonreía como si fuera un gran soñador. Al llegar me recosté en mi cama y allí me quede en la espera de un nuevo y mejorado día.



¿Nuevo y mejorado día? ¿¡QUE HAGO EN ESTE MALDITO LUGAR!? Me tome de los pelos y sacudí mi cabeza hacia ambos extremos tratando de verificar que nada de lo que pasaba era cierto.

Esta mañana cuando entre a mi nuevo y mejorado empleo con una sonrisa, mi nuevo jefe de oficina, el sr Alex, me entrego una pila de papeles, lo cual no pude evitar el entusiasmo y verificar cual sería mi trabajo. –Publicidad para bar de homosexuales- ¿están bromeando verdad? Eso aun no era nada comparado con lo malo. Lo peor de todo, era que debía trabajar y negociar para el chico que se declaro al final de la preparatoria, justo el día de la graduación. ¿Están bromeando conmigo?

-¿sucede algo Andy?- me pregunto el sr Alex.

-n_no no es nada-

Joel Travers, un chico callado, tímido, pero con un fetiche muy fuera de lo normal, acosar a las personas quienes le gustaba. Era aterrador cuando caminabas por la calle y tenias que cruzar hacia un callejón, porque de seguro que si volteabas, te encontrarías con el mirándote fijo. O eso pienso yo, porque la verdad que nunca pude ver sus ojos, ya que su cabello con flequillo largo, rubio y sedoso dificultaba su mirada. Lo cual, eso atemorizaba aun mas que cuando me volteaba y me encontraba con él.

-¿y... que dices?- un joven de aproximadamente de mi edad me miraba con una sonrisa encantadora. –Es agradable, ¿verdad?- se acerco a mí para sentarse en mi nueva oficina.

-¿a qué te refieres?-

-la oficina, el trabajo que te propusieron y para la persona a la cual trabajaras, es grandioso, ¿verdad? Te envidio ciertamente, yo ansiaba trabajar con Joel Travers. Pero... no es mi estilo, no soy tan bueno en esto como para que me asciendan. Por ahora mi trabajo será solo servir cafés y formatear el papeleo- su mirada fue decayendo cada vez más y sonreí para él.

-no digas eso. Si te esfuerzas, tarde o temprano se te compensara, además, hay personas mejores que Joel Travers- el muchacho levanto su mirada para mostrarse positivo y que aun podía sonreír.

-eso espero- se puso de pie y se dirigió hacia la puerta. –no existe mejor persona o más importante persona, que Joel Travers. Por cierto, soy Maty. Es un gusto trabajar con usted, sr Andy- dejándome atónito, se fue.

Bueno, después de ese día, espero que se haya olvidado del mal trato que le di cuando lo rechace. Supongo que cuando te dicen, -que asqueroso, vete de aquí y ni se te ocurra volver a acosarme o veraz como te golpeare hasta que te mueras- se olvida fácilmente, ¿verdad? Espero no haberme pasado de la raya con Joel Travers. 

ese beso, me pertenece. (yaoi-gay)Where stories live. Discover now