• CAPÍTULO 45 •

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—No, no creo que sea algo en específico Fred, de hecho creo que es el desconocimiento con respecto al tema, porqué sucedió, porqué sueño esas cosas. 

—Tal vez sólo necesites descansar— se refirió y después de eso sonrió y le indicó a Nina sobre la presencia de sus padres, quienes caminaban hacia el campo de Quidditch. John y Amelie en conjunto a otro grupo de aurores habían decidido participar de la última prueba del Torneo de los tres magos con el fin de ser útiles en caso de que las cosas en el laberinto se complicaran.

—¡No pensé que les vería acá! —gritó detrás de ellos con el fin de sorprenderles; ambos se volvieron y le abrazaron de modo cariñoso, les había visto no hacía mucho y tener ese privilegio le hacía sentir bien. Extrañaba a sus padres durante toda la temporada de clases y no era lo mismo verles a escribirles. 

—El ministerio nos ha enviado con el fin de revisar la seguridad de la prueba, se supone que es la más compleja de la competición y tenemos que supervisar que todos los docentes sepan que hacer en caso de ser necesario, Alastor es quien se encuentra verificando que el escenario sea seguro para los participantes— comentó Amelie— Sin embargo también queríamos verte ¿todo está bien?

Ellos se veían tan ocupados que Nina no quiso molestarles con aquella estúpida sensación que le había estado rondando todo el día, el trabajo de los aurores de por sí era estresante; no quería que más encima tuvieran que estar pendientes de ella generándoles preocupaciones innecesarias sobre cosas que para ella ni siquiera eran reales del todo. Sonrió y les otorgó un abrazo fuerte a cada uno. 

—Les he echado un montón de menos, espero que podamos hacer algo divertido cuando salga de vacaciones— propuso—, tienen que tomarse vacaciones también.

—Es lo que más queremos cariño, creo que con el tiempo vamos cayendo en la maldita rutina del trabajador del ministerio de magia y no queremos dejarte sola tanto tiempo. 

—No se deben preocupar por mí, saben que ya crecí ¿Lo saben cierto? 

John enarcó una de sus cejas pues no entendía si es que Nina había hecho ese comentario al azar o significaba alguna otra cosa. A pesar de que ya no podía considerarse una niña, para él siempre sería su pequeña bruja que necesitaba de toda su protección, amor; no concebía la idea de dejarla crecer aún.

—¿Tratas de decir algo más, querida?

—¡No, sólo ...ah! olvídenlo; iré a desayunar y espero que no sea un día tan ajetreado para ustedes, nos vemos en la noche para celebrar con el campeón.

Todavía no quería mencionarle a sus padres de que su relación con Fred era totalmente formal, eso debería esperar a la salida del curso, pues sabía que su padre se pondría en modo detective y querría contratar a todo el departamento de seguridad; por lo que debería hacerse de valor para enfrentar aquello. No obstante el pelirrojo la esperó con paciencia durante toda la conversación y agitó su mano para despedirse de los aurores cuando volvieron de camino al comedor, eso según Nina debería darles señales de lo que significaba la compañía del Gryffindor.

—¿Desayunamos ahora? —preguntó Fred mientras caminaron hacia las mesas, antes de que pudieran sentarse al final de la mesa de Gryffindor, el pelirrojo se inclinó y dejó un suave beso en los labios de la chica; lamentablemente este no duró mucho, pues alguien se aclaró la garganta justo al lado de ellos.

—Creo que están impidiendo el paso, jóvenes —Los ojos penetrantes de Minerva McGonagall estaban sobre ellos, quienes al notar la presencia de la jefa de Gryffindor se separaron y colocaron algo nerviosos, no obstante no podían borrar la sonrisa de haber sido descubiertos de sus rostros.

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Where stories live. Discover now