Capítulo Veintidós

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Me llamo Adrienna Grimaldi, tengo veintinueve años, soy propietaria de unos almacenes de ropa, hija y hermana de mafiosos y he tenido la buena y mala suerte de enamorarme del hijo del mayor enemigo de mi padre.

Hasta hace apenas un año, había permanecido ajena a todo el asunto mafia pero, ahora y, por muy impensable que pudiese parecer al principio, estaba a punto de morir a manos de Gianbaptista Conte. Nada más y nada menos que mi suegro. Siempre había pensado que moriría vieja y rodeada de nietos pero ahora, el irme del mundo estaba literalmente a tiro de pistola.

-¿En realidad creíste qué serías capaz de destruirme Adrienna?-me decía mientras no dejaba de apuntarme con  la pistola a la sien-.

-Sigo creyéndolo.

En ningún momento le hablé de mi verdadera intención. Si me mataba a mí, todos se abalanzarían sobre él y mi familia estaría a salvo. A veces, dar la vida por la gente que se quiere es uno de los mejores fines.

Me miró sonriente. Su objetivo estaba pronto de conseguirse pero yo quise concederme una última voluntad. Libre de miedo como estaba, haría lo que más me gustaba: cabrearlo. Le sonreí también.

-¿De qué te ríes, niña?.

-De lo poco que te queda en este mundo, Gianbaptista.

-Aún me queda mucho por hacer. Lamento que tú no puedas verlo.

-¿Muchas cosas por hacer?. ¿Cómo destronar a mi padre?. Nunca fuíste capaz de hacerlo. ¿Por qué ahora sí?.

Me abofeteó tan fuerte que me tiró de la silla donde estaba sentada. Sentí la sangre caliente recorrer mi cara. Dolía, dolía mucho.

-Nunca vuelvas a decir eso, estúpida.

-Me pregunto como se sentirá mi hijo, ese al que llamas nieto y quieres educar en la maldad cuando se entere de que su abuelo ha hecho sufrir así a su madre. ¿Crees qué sucederá igual que con Jace?. ¿Te odiará tanto como él?.

Se abalanzó de nuevo sobre mí, sujetando la pistola como un demente. Supe que había llegado mi hora, que debía despedirme del mundo y de la vida pero al menos había sido capaz de decirle lo que pensaba de él. De hacerle sufrir por lo que él me había hecho a mí.

**Flashback**

-Adrienna, Gio y yo cogeremos el primer vuelo de esta tarde. He logrado engañarle aunque está un poco mosqueado al respecto. Mucho me temo que querrá una explicación cuando regreses de nuevo a Verona.

-Se la daré-miré a los ojos a Vincenzo. Era un trabajador leal al que siempre le estaría agradecido-.

-Una cosa más,  Adri. Sé que no me harás mucho caso y buscarás el peligro a manos llenas así que ten-me entregó otra pequeña pistola-. Llévala dentro de tus botas. Quizás te salve la vida.

**Fin del flashback**.

Entonces recordé, entonces supe que él no tenía porqué quitarme la vida pero yo sí a él. Traté de zafarmede él dándole una patada. Me insultó de todas las formas posibles pero antes de que todo se desvaneciese, un par de tiros sonaron alrededor. Uno me había alcanzado a mí pero, ¿el otro?. ¿Quién había disparado el otro?.

El Jardinero(COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora