Epílogo IV: Donde empezó todo (por Matt)

Start from the beginning
                                    

Sin embargo, Bear me miró desafiante. La sangre le corría por el rostro como una cascada de lágrimas rojas y le empapaba el pelo, tiñéndolo de granate y pegándosele a la sien. Mi rabia y mi furia eran incontenibles.

-¿Cómo pudiste hacerlo? ¡Maldita sea!-le grité apretando los puños hasta que se me marcaron las venas de los brazos-Sabías cuanto la quería, sabías cuanto significaba ella para mí.

-¿De que estáis hablando?-preguntó Gabe, mirándonos el uno al otro sucesivamente.

-Yo no la busqué Matt-Bear se levantó y se limpió el exceso de sangre con el reverso de la manga y escupiendo en el suelo un escupitajo sanguinolento-. Ella vino a mí.

Nadie volvió a mencionar aquel incidente nunca más.

-Chicos, lamento interrumpir,-Gabe asomó sus rizos castaños por el marco de la puerta. Parecía preocupado-pero esta mañana me ha llamado Alba.

Bear y yo casi nos atragantamos con los cereales.

-¿Alba? ¿Alba, Alba?-preguntó un atónito Bear.

-Sí, esa Alba. Me ha llamado desde Nueva York. Chicos...-respiró profundamente, estaba buscando las palabras más adecuadas para contar algo importante-se trata de Ayla.

El corazón se me aceleraba nada más escuchar su nombre. Prometimos que no querríamos saber nada más de ella, que el contacto entre Hurst y la familia Brown desaparecería para siempre, y eso incluía a Bear, a Gabe y su constante tira y afloja con Alba. Si ella le había llamado, es que algo malo ocurría. Inconscientemente, mis manos empezaron a temblar y mis músculos se agarrotaron en una sensación similar a cuando estás en alta mar y ves una tormenta que viene directa hacia ti. Se me secó la garganta y el aire no me llegaba a los pulmones. Humedecí los labios, nervioso. Intenté que no se viera reflejada mi preocupación, pero una negra corazonada me decía que tendría motivos para asustarme.

-¿Qué le pasa a Ayla?-preguntó Bear que no parecía tan alterado como yo.

-No sabemos dónde está...-murmuró Gabe con un hilo de voz.

Me levanté de un salto y sacudí a Gabe por la solapa de la camiseta de tirantes. Los ojos casi se me salen de las órbitas. Estaba blanco y empapado en sudor frío:

-¿Cómo que no sabes dónde está?

Bear se levantó y me apartó de mi hermano. Gabe se arregló la ropa.

-Ayla tuvo una cena en San Francisco, después tendría que haber vuelto a Sonoma, pero no lo ha hecho. Teddy ha dicho a Alba que Ayla lleva días sin aparecer por la oficina. Tampoco está en Nueva York, ni en la casa que le prestaron en San Francisco...

-¿Cuándo fue eso?

-El viernes pasado.

-¿¡El viernes pasado?!-grité llevándome las manos a la cabeza-¡Ha pasado más de una semana! ¿Habéis esperado tanto para daros cuenta de que Ayla no está? Gabe, llama a Alba de inmediato, tenemos que encontrarla.

-¿Qué está pasando?-dijo Rainy entrando por la puerta, alarmada al escuchar mis gritos, pero la ignoré, estaba demasiado histérico ante la perspectiva de que nadie supiese nada de Ayla desde hacía más de una semana.

Su cabello castaño y corto la hacía parecer más mayor de lo que en realidad era.

-Ayla tuvo una cita el viernes en San Franciso-explicó pacientemente Gabe-Alba cree que salió mal y que por eso Ayla no contestó sus llamadas ni sus correos durante los dos primeros días.

"Muy típico de Ayla, encerrarse en si misma cuando no quiere hablar de algo que le molesta".

-Al tercer día empezó a preocuparse, entonces llamó a Teddy y descubrió que Ayla no había vuelto a la editorial el fin de semana después de la cena, y que, de hecho, llevaba varios días sin aparecer por la oficina. Teddy está histérico, no sabe cómo reprogramar la agenda de la editorial. Ayla tampoco le contesta los mensajes. Empiezan a estar preocupados...

Tierra Mojada (una historia de Alaskan Bush People)Where stories live. Discover now