Capítulo 5

5.3K 519 60
                                    

La omega no soportaba usar tacos, sentía que de cualquier momento a otro sus rodillas se doblarían, ella caería estrepitosamente y sería el más grande ridículo de su vida. Sin embargo, hoy no podía permitirse nada de titubeos, Viktor estaba en celo y ella se dirigía a su casa.

Esta era la etapa decisiva, si lograba meterse en su cama o mejor aún, quedar embarazada, su vida estaría resuelta. Antes había estado con otros alfas, solo para conseguir cosas banales, esta vez se conseguiría una vida. Sería la omega de Viktor Nikiforov.

Cuando llegó a la dirección que tenía anotada, decidió meditar unos minutos. Podía sentir cerca el dinero, los lujos, la gran vida. Había creído que su plan no funcionaria, pero logro romper esa relación de manera tan fácil y rápida. ¿Destinados? Claro que no lo eran, eso no existía. Sonrió con suficiencia.

—¿Quién eres? — la omega volteo asustada. Era un chico, un omega, su cabello rubio y ojos verdes lo hacían lucir tierno, pero sus ojos demostraban firmeza. Lo miró con recelo y contestó enojada. — No te importa.

— Considerando que estas obstaculizando la pasada, por la cual yo llego al departamento de mi novio, y teniendo en cuenta que nunca te he visto por aquí. Creo que sí me interesa saber — se miraron fijamente a los ojos por un rato. Ella finalmente respondió. — Vine a ayudar a mi alfa en su celo — lo dijo sin vergüenza, como si fuera algo natural.

El omega la observó confundido — ¿tus sentidos te estas fallando? Creo que cualquiera se daría cuenta de que él ya encontró a alguien que le ayude. La miró altanero por saber algo que ella no — las feromonas llegan hasta aquí. Parecen irradiar un "Aléjate si no quieres morir despedazado"

Ella rio incrédula — estás diciendo mentiras. Él contestó rápidamente — no tendría un motivo para hacerlo. Solo digo lo que está pasando.

La omega estaba dispuesta a tirarle su cartera a ese maldito chico cuando una puerta se abrió. — Yuri, por qué aún no has entrado, te sentí llegar hace tiempo.

La voz era de un alfa, tenía los ojos marrones y el cabello de un negro oscuro. El omega caminó hacia él casi empujándola, su cabello rubio se levantó con el viento dejando ver la marca de su cuello.

¿YURI? se llamaba igual a aquel otro estúpido omega, esto tenía que ser una broma. Esto iba a ser suficiente para no querer volver a oír ese nombre en su vida.

Cuando ambos chicos estuvieron a centímetros, el alfa dirigió su mano al cuello del omega y lo acercó para besarlo en la mejilla sin ninguna expresión en particular. "Tranquilo" oyó que le susurraba.

Ella rogó para que entraran de una vez a su estúpido departamento y la dejaran proseguir con su plan.

— No creo que sea recomendable que toques la puerta de ese departamento. Mi omega tiene los sentidos muy desarrollados, pero incluso yo puedo sentir el peligro — tras decir esto el alfa abrazo a su omega con cuidado, para al fin entrar y cerrar la puerta.

La omega quedó perpleja, tratando de buscar una excusa que le hiciera creer que esos dos mentían.

...

Los rayos de sol que pasan tras las cortinas lo molestan, sus ojos parpadean gracias a ellos y tras estar unos instantes sin poder pensar en nada más que querer seguir durmiendo, los recuerdos llegan al instante a su mente, pasando como una película.

Las mejillas del omega se tornaron rojas y trató de levantarse de donde sea que este acostado. Se acordaba de la primera vez que lo hicieron, eso estaba nítido; mientras que lo siguiente es muy confuso. Pero él sabe que no durmió temprano, el dolor en sus caderas y espalda baja casi pueden confirmarlo.

Yuuri trata de sentarse, pero su cuerpo no responde y suelta un sonido lastimero. Viktor aparece rápidamente, parece haber sentido el malestar del omega.

Yuuri trata de jalar las sabanas para cubrirse, de alguna manera se siente demasiado tímido y avergonzado. El alfa esta solo en bóxer, se acerca a la cama y se inclina para dejar un solo beso en los labios del omega. — Buenos días— le dice.

Yuuri puede sentir mariposas subiendo por su estómago y dejándole con un nudo en la garganta. —¿Dónde estabas? — preguntaba por inercia. Viktor responde — fui a hacer el desayuno —. Ríe antes de aclarar. — En realidad solo hay cereales con leche, pero traté de dejar comida y agua cerca, aún faltan como dos días.

El omega deja de respirar ante la afirmación y puede sentir como su temperatura sube muchos grados en segundos. — Quiero un baño antes — dice nervioso. El alfa que aún sigue inclinado aprovecha para besarlo una vez más. — ¿Te ayudo a llegar a la ducha?

— Por favor.

— Mejor, tomemos un baño juntos, en la tina — Yuuri abre los ojos sorprendidos, él va a negarse definitivamente; pero Viktor es más rápido —. Así podremos hablar mientras descansas.

— Podemos hablar mientras desayunamos — el omega planea dar lucha —. No creo que mi cordura dure tanto — responde Viktor.

Yuuri asiente, al fin y al cabo, está feliz porque incluso estando en celo Viktor quiere hablar y no solo lanzarse a él como animales. Solo por eso, decide que está bien ceder un poco. 

Only one callМесто, где живут истории. Откройте их для себя