• CAPÍTULO 36 •

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—Puedes sentarte y guardar silencio —le ordenó— Estoy en algo de vida o muerte.

Fred abrió sus ojos debido a la impresión e hizo ademán de sellar sus labios con sus dedos. Observó cada gesto de la chica sentada frente a sus ojos y se regocijó al notar la sensación que crecía dentro de él. Era hermosa y perfecta a sus ojos y no podía sentirse más encandilado con aquello. La observó de tal manera que la Slytherin comenzó a sentir el peso de su mirada y los nervios afloraron sin poder contenerse. Algo que a su impresión debía trabajar si no quería que las demás personas notaran sus pensamientos o emociones.

—No me dejas pensar —susurró con una sonrisa, dejando la pluma de lado.

—No era mi intención —Él usó el mismo tono cómplice y estiró una de las manos que tenía dispuestas para apoyar su mentón, para así poder acariciar con su dedo índice el dorso de la mano de ella que descansaba sobre los pergaminos.

Nina experimentó el suave tacto del pelirrojo y le agradó de sobremanera. Levantó su vista de los amarillentos papeles e hizo un puchero arrugando la nariz.

—No me estás haciendo fácil el poder estudiar —volvió a mencionar.

Él sonrió y levantó sus manos en modo de rendición. Se puso de pie y se acomodó al lado de la chica un poco agachado para poder quedar en su nivel. El aroma a pino silvestre inundó las fosas nasales de la Slytherin causándole mariposas en el estómago.

—¿Qué es lo que tienes que hacer? Podría ayudarte— ofreció el pelirrojo tratando de despejar sus pensamientos.

Nina suspiró y trató de centrarse netamente en la tarea que tenían por delante. Apartó los libros y le extendió los pergaminos, enseñándole las páginas de las que estaba sacando la materia y la información. Fred hizo una mueca y sus cejas se juntaron al fruncir el ceño.

Ella debía admitir que se veía sumamente atractivo haciendo ese gesto.

—Las runas antiguas nunca serán sencillas —declaró el chico —A menos que tomes el hilo desde el inicio y al parecer no lo has hecho.

— La verdad es que no me llaman mucho la atención, eso me genera la terrible sensación de querer dejarlas de lado —admitió —Pero no quiero rendirme con ellas.

Él la observó con curiosidad. La taza de deserción de ese ramo era altísima debido a lo mismo; después de un tiempo sin comprenderlas la mayoría de los estudiantes se cansaba y preferían dejarlo de lado y buscar alguna maestría que no pidiera la materia de pre requisito.

—Llegaste al lugar correcto —afirmó Fred con algo de suficiencia —No es por presumir, pero soy muy bueno en la materia, aunque no lo creas tengo un Extraordinario.

—¿Cómo pudiste aprender? —interrogó la muchacha —De verdad que se me ha hecho demasiado complicado —recalcó —¿Tienes una especie de don especial?

Fred negó con la cabeza y después puso una silla al lado de la de ella para  colocarse más cómodo.

—Mi hermano Bill es sumamente inteligente y sacó la matrícula de honor —explicó —Ahora es un rompe maldiciones en Egipto– como ya sabes– y cuando estuve a punto de suspender estuvo todo el verano emseñandome y haciendo alusión a mi falta de cerebro por no comprender de inmediato.

—Oh, osea que es requisito de muchas maestrías.

—La verdad sí, sobretodo si aspiras a trabajar en seguridad mágica —murmuró —Al parecer algunas cosas las cifran en algunos vocablos antiguos para que no todos tengan acceso a la información.

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant