Historias cortas de terror.

Viviendo cerca del cementerio

Era muy joven y entusiasta cuando me ofrecieron por primera vez adquirir una vivienda inclusive era solera, pero una oportunidad así no la podía dejar escapar.

Unos meses antes de que fuera entregada mi casa en un conjunto de apartamentos mi madre murió, como no tenia buena relación con mi padrastro decidí mudarme a mi recién comprada casa.

Me acompañaron 2 de mis hermanos menores, por un tiempo todo estuvo bien, luego mi hermano Miguel dijo que había escuchado a alguien fregado los platos se levanto a ver y no había nadie, pero el molesto ruido fue insistente durante toda la noche.

Tiempo después mi hermana se había quedado encerrada en el baño mientras se bañaba, mi hermano y yo gritábamos que se alejara de la puerta y la pudiésemos abrir, por los gritos varios vecinos fueron ayudarnos y así logramos pudimos sacar a mi hermana.

Cuando logro calmarse nos dijo que desde hace días sentía la presencia de alguien en el baño, abría la cortina y no veía a nadie pero ese día la presencia fue más fuerte y claramente vio a un niño con ella en la ducha.

El niño tenía como 8 años vestía pantalón azul, zapatos de vestir, camisa blanca y corbata, sus ojos estaban desorbitado y ojerosos, su piel pálida y sucia, sus labios morados y partidos, llevaba el pelo engominado.

Yo era la única que hasta entonces no había sentido nada, me case y fue entonces que la furia de lo que se hallaba en mi casa se desato contra mí, escuche fregar los platos, vi al niño y a miles de sapos salir de la poceta de mi baño.

Mi esposo decidió llamar a un sacerdote que bendijera la casa, por un tiempo todo se calmo, al tiempo salí embarazada tuve dos perdidas espontaneas y una tercera de una niña de ocho meses.

Posteriormente empecé un calvario me tuvieron que intervenir por unos ovarios poli quísticos, después fibromas y un pro laxó.

Todo sucedió de forma continua, perdí toda esperanza de ser mamá, pero por un milagro quede embarazada, mi esposo me pidió me fuera a casa de su madre ahí estaría bien cuidada así lo hice y si logre tener a mi bebé.

Cuando ya estuve recuperada volví a mi casa, ya mis 2 hermanos habían hecho su vida. Jamás en el tiempo que estuve en casa de mi suegra mi hijo enfermo tan pronto pisamos la casa, él empezó a presentar agudas crisis de asma y lloraba toda la noche.

Todos los ruidos volvieron a sentirse, le conté a una amiga mi problema ella recién empezaba a ir a una iglesia evangélica me invito y ellos fueron los que después de casi siete años de vivir ahí me explicaron que el vivir tan cerca del cementerio era lo que causaban mis tormentos.