–¿A ti también te acosa? -le pregunté de forma burlona.

–¿Cómo que "también"? ¿A ti qué te ha hecho?

–Se presentó en mi casa a devolverme un libro. A mí. Un libro. Pobre Henry Woods...

Oliver se quedó extrañado, pero Patty y yo le hicimos el mismo gesto de "no preguntes, es una gilipollez".

Patty se quedó mirando detrás de mí y puso cara de cachorrito, lo que aproveché para quitarle una de sus Oreo.

–Pero miradle, a mí me da penita, ha llegado nuevo y no tiene amigos...

Oliver y yo nos giramos y le vimos con una bandeja en la mano, buscando algún lugar en el que sentarse. A mí también comenzó a darme algo de pena.

–Patty, ni se te ocurra, no sabes lo que hizo ese tío en el colegio –le respondió Oliver.

–Sois unos dramáticos, estáis hablando de hace cuánto, ¿9, 10 años? –ahí tenía algo de razón, ya habíamos madurado todos, o eso quería pensar–. ¡Daaaaaaave! –chilló Patty lo máximo que pudo. Él se acercó y saludó a los tres con una amplia sonrisa–. Venga, no seas tonto y siéntate con nosotros. Creo que no nos han presentado, me llamo Patty.

–Me acordaría de una chica tan guapa como tú –le respondió guiñando un ojo, lo que hizo a Patty sonrojarse un poco–. Veo que no hace falta, pero yo soy Dave Carter, fui al colegio con Oliver y Dorothy.

–Por favor, si vas a llamarme que sea Dot. Dorothy es como se llama mi abuela.

Dave alzó las manos en señal de rendición y a Patty aquel gesto le hizo bastante gracia. Se notaba que no es tan mal chaval.

–¿Os apetece quedar después de clase? Podemos ir a la Michoacana. ¿Tú te apuntas, Dave?

Él nos miró expectantes a ver nuestra reacción, pero como no movimos ni un músculo ensanchó su sonrisa y contestó con un sí.

***

–¡Bienvenidos a la Michoacana, donde tenemos los mejores sabores de la ciudad! ¿Sabéis ya qué vais a tomar? ¿Os pongo lo de siempre?

Dave. A mi lado, estaba nervioso mirando la carta, parecía ser su primera vez allí y no tenía mucha idea de qué era lo que le podría gustar. Sin embargo, el resto no tuvimos ni que mirarla.

–Esta vez no, tráenos dos cafés solos y un cola-cao caliente –dijo Oliver, poniéndose al mando de la situación. Patty y yo le miramos algo confusas, pero estaba claro que nos conocía muy bien– No me diréis que tenéis ganas de un batido o un helado con el frío que hace, ¿no?

La camarera se echó a reír mientras lo iba apuntando todo en su libreta, por último, miró a Dave pendiente de cuál iba a ser su orden y se decidió por un café con leche.

De pronto sonó la campanita de la puerta, indicando que alguien acababa de entrar y la risa de Kate y sus amigas nos desconcertó de nuestra conversación. Pronto se acercaron a nuestra mesa y la delegada de los estudiantes comenzó a hablar.

–¡Hola chicos! Uy, tú no me suenas –miró a Dave, dándole un repaso de arriba abajo que me dio hasta vergüenza–. ¿Es tu nuevo novio, Dot?

La pregunta me pilló tan desprevenida que no supe qué decir.

–¿Cómo que "nuevo"? ¿Acaso a habido alguno viejo? –respondió Dave mirándome con intriga. Que para empezar NO es mi novio, ¿qué rallos está diciendo?

–¡Por supuesto que hay! Y no uno, si no varios. O eso se rumorea en los pasillos del instituto, ¿no lo sabías? Vaya... quizá me he pasado diciéndolo...

–Pero eso es mentira, ¿cómo puedes creerte eso? –saltó Patty a la defensiva, sin creerse que la buena de Kate pudiera creer en aquellas palabras.

–Nooo, si a mí me da igual lo que hagas en tu vida privada, pero ten cuidado y si tienes algún problema no dudes en decírmelo, sabes que estoy encantada de ayudar...

–Gracias, pero mientras sea solo un rumor estúpido estoy bien, no te preocupes.

Kate se despidió con una sonrisa y se volvió a una de las mesas al otro lado del local. Tenía una rara sensación en el estómago, pero después de que la camarera viniera con nuestros cafés, no volví a pensar más en aquello. Quizá fuera hambre.

***

Cuando llegué a casa no me sentía muy bien. Quería hablar con Ben, sentía la necesidad de escuchar su voz y que me tranquilizara con algunas palabras. Por primera vez no pensé en Chan, necesitaba a Ben. Sin pensármelo dos veces cogí el teléfono, no sabía muy bien si llamarle o enviarle un mensaje, pero me decidí por este último ya que no quería molestar.

Le describí brevemente lo que había pasado, sin dar nombres ni detalles, simplemente que al parecer corrían unos rumores extraños sobre yo saliendo con chicos, y quizá alguien pudo haber malinterpretado las "prácticas" que él le había puesto.

A los pocos minutos me llegó su respuesta:

"No te preocupes, Dolly, las cosas se arreglarán pronto, los rumores en los institutos suelen durar poco, así que no te desanimes y quédate tranquila 😉".

Aquellas palabras me tranquilizaron, y después de respirar profundamente un par de veces me dispuse a dormir. No estaba realmente preocupada por lo que pudieran decir de mí, realmente aquella clase de rumores me importaban bastante poco, pero sí tenía una pequeña inquietud interna de qué ocurriría si llegase a oídos de los profesores y mis notas descendieran.

De todas formas, no lograría nada preocupándome por nada.

***

Oliver pasó con su coche a recogerme, Patty nos esperaba en la puerta del instituto. Estuvimos hablando sobre algunos trabajos que quedaban por entregar, y Oliver también me mencionó a una chica con la que estaba hablando que era de otra ciudad, pero no le hice mucho caso porque yo apuesto por Patty hasta el final.

Nada más bajarnos del coche, Patty nos interceptó y nos agarró a los dos fuerte del brazo, parecía algo nerviosa.

–Chicos, no os asustéis, pero dentro ha pasado algo –dijo dejando su mirada clavada en mí.

–¿Qué ha pasado? –pregunta Oliver.

Yo comienzo a temer su respuesta.

–Tenéis que verlo vosotros mismos.

De pronto siento las miradas de todo el mundo, tanto alumnos como algunos profesores.

Me apresuro a entrar hacia el edificio, seguida de mis amigos, y lo que veo hace que quiera arrancarme los ojos. Las paredes están llenas de fotografías, frases escandalosas, y todo mi mundo se viene abajo. La gente me miraba, susurrándose unos a otros, señalándome, riéndose y poniendo muecas extrañas...

Todo aquello comenzaba a crearme agobio, ansiedad, necesitaba huir de allí, así que empecé a correr por todo el pasillo. Necesitaba respirar.

Enséñame a amarWhere stories live. Discover now