Capítulo 02

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El sonido de la alarma me despertó vilmente, y remoloneé un poco más hasta que observé una luz parpadeante en mi móvil. Vi el mensaje de un número desconocido, y en cuando leí su contenido supe perfectamente de quién era:

Espero que hayas visto La sirenita, BP.

En ese momento saqué la lengua al ver las iniciales de Ben Price, y me sorprendí de la hora. ¿Qué hacía este tío levantado a las 2:43 de la mañana? Menudo elemento. Decidí no contestarle, puede que aún estuviera durmiendo y no me gustaría ser yo la que le despertara. Me levanté a regañadientes y me vestí como pude. En esta época del año y con el frío mañanero lo único y que me apetece ponerme son sudaderas, aunque Patty opina que es un desperdicio que me las ponga con el "cuerpo tan bonito que tengo". Nunca me había preocupado por mi aspecto, pero sinceramente prefería ir bien abrigada con una sudadera que ponga "It's my life" que con una fina y minúscula tela que usan las animadoras del instituto. Definitivamente me niego a ponerme algo que no me cubra los codos con el frío que hace a las siete y media de la mañana.

Bajé a desayunar con la mochila colgándome del hombro, la dejé cerca de la puerta para cogerla al salir y me metí en la cocina para ver el desayuno que me había hecho Chan. Normalmente es él el que prepara el desayuno, ya que tiene que salir antes y mamá se levanta más tarde. Vi una nota en la que ponía "Que aproveche" al lado de un bol con cereales. Rodé los ojos y saqué la leche de la nevera, volcándola en el "desayuno" que mi queridísimo hermano me había preparado, si es que se le podía llamar desayuno.

Cuando llevaba ya varias cucharadas, el móvil, que estaba sobre la mesa, comienza a vibrar. Miré, y el número de mi nuevo profesor de literatura apareció. Colgué la llamada y continué con mi desayuno.

***

Oliver y yo acabábamos de terminar la clase que teníamos en común, y decidimos ir directos a la taquilla de Patty. La encontramos con la cabeza metida en ella y balbuceando cosas incoherentes. Oliver le tocó el hombro, y antes de girarse a mirarnos se dio un cabezazo con el techo de la taquilla.

–¡Feliz cumpleaños! –gritamos los dos a la vez.

Patty nos miró y se puso colorada como un tomate. Observó que tanto yo como Oliver llevábamos una bolsa cada uno y se tiró a abrazarnos.

–Muchas gracias, chicos –dijo tan sonriente como siempre–. Decidme que en una de esas bolsas lleváis mi trabajo de griego. Creo que me lo he dejado en casa –comentó algo nerviosa, y mordiéndose el labio al final de la frase.

–En la bolsa no –dijo Oliver. Me cedió su bolsa, a lo que yo la sostuve y abrió su mochila–. Por suerte tu madre me dio el trabajo antes de venir –sacó un sobre marrón que tenía varios pos-its de diversos colores en los que ponía la fecha de entrega, "urgente" y diversos métodos de intentar no olvidarlo. Al parecer ninguno funcionó–. Me dijo que ya te habías ido y-

Patty agarró el trabajo y empezó a dar saltos de alegría. Estoy segura de que en ese momento había estado a punto de besar a Oliver.

-¡Gracias, gracias, gracias, gracias! –acaó abrazándole, y después al trabajo, el cual guardó muy meticulosamente en su mochila.

Los tres nos dirigimos a la cafetería para pedir nuestra comida, pero esta vez decidimos sentarnos fuera. Antes de empezar a comer, quisimos darle sus regalos a Patty: Oliver le regaló unos preciosos pasadores para el pelo, y sonreí al recordar que hacía un par de semanas Patty se quejaba de que el flequillo le estaba empezando a molestar a la hora de estudiar. Oliver es muy atento, al menos cuando quiere. Mi regalo consistía en un disco de MUSE que ella tanto estaba buscando y no conseguía por ningún lado. Sé cuánto le gusta.

Enséñame a amarOù les histoires vivent. Découvrez maintenant