Prólogo

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 25 de abril

 Abrí los ojos vagamente entre la oscuridad. Me encontré sentada en una silla, con los pies atados en las patas de madera. En frente de mí había una cama. El colchón sólo estaba cubierto por una funda, no había ni sábanas ni una colcha, ni siquiera la almohada ocupaba su sitio correspondiente. Tragué saliva y me desaté la cuerda de los pies. Me levanté e inspeccioné un poco la habitación. Dentro del armario no había ropa, sino un conjunto de cuchillos con la hoja muy afilada y diferentes pistolas de distintos tamaños y formas. Empuñé uno de los cuchillos y lo pegué en mi cuerpo. La frialdad traspasaba la tela de la camiseta y me estremecí.

 Algo estalló fuera de la habitación. En realidad, no sabía con certeza qué había sido, pero por el estruendo parecía una bomba. Caminé hacia la puerta. El pomo estaba astillado, mugriento y caliente al tacto. Lo giré, a pesar de estar clavándome la madera en la palma de la mano. Salí al exterior y me encontré en un largo pasillo. El suelo estaba recorrido por una alfombra roja, o al menos lo que quedaba de ella: estaba rota y manchada en la mayoría de sus partes. El papel de la pared, cuando fue puesto ahí, debía de ser blanco con unas grandes flores rojas. Ahora era negro y no se diferenciaban las flores por culpa de los insectos que recorrían la pared. Lámparas de araña colgaban del techo, lenguas de fuego devoraban las cortinas. Al poner un pie sobre el suelo, la madera crujió. Empuñé el cuchillo aún más fuerte y me lo pegué más al pecho.

 El fuego fue recorriendo la alfombra y grité. Corrí por todo al pasillo, esperando encontrar una salida y pudiera salir de allí. El pasillo estaba lleno de puertas, algunas abiertas. Intuí que era un hotel abandonado, en el que sólo me encontraba yo y el que había estallado la bomba. Giré una esquina y encontré unas escaleras que llevaban a la planta baja. Allí no había fuego. Al fondo del vestíbulo había una gran puerta de madera. Corrí hacia ella, aún con el cuchillo en la mano. Giré el pomo y tiré de la puerta, pero no se abrió. Estaba cerrada con llave. El fuego bajó las escaleras y fue devorando el vestíbulo. Todo estaba en llamas, nada se había salvado, excepto yo. Golpeé la puerta con todas mis ganas, esperando que se abriera o alguien me escuchara desde fuera. No conseguí nada, sólo moretones en las manos. El fuego abrasador se apoderó de la puerta y me quemó la mano. Gemí y chillé de dolor. Ampollas me empezaron a salir en la piel.

 Terminé derrotada y me senté en el suelo, con las piernas encogidas en el pecho y los brazos rodeándolas. Mis ojos se llenaron de lágrimas y comencé a llorar, las manos me palpitaban por culpa de las ampollas. Me dolía coger el cuchillo, pero no iba a soltarlo. Podía servirme para cualquier cosa, tal vez por si había alguien allí dispuesto a atacarme. Tendría algo para defenderme. Comencé a toser cuando los pulmones se me llenaron de humo. No podía respirar, cada vez me costaba más. Iba a morir, dolorosa y lentamente, asfixiada.

 Levanté mi cabeza y entre el humo vi una figura. Según se iba acercando a mí, pude diferenciar a un hombre alto. Se acercó a mí y se sentó a mi lado. Tenía la piel oscura, el pelo más negro que el carbón y los ojos color miel con una gotita de chocolate. Sus brazos eran sólo tinta, llenos de tatuajes negros y algunos de color. Me miraba con ojos misteriosos, todo él era un aura de misterio. Me quitó el cuchillo de las manos cuando me descubrió mirándole embobada. Me había perdido dentro de sus profundos ojos que resaltaban aún más con el abrasador fuego. El chico me cogió por debajo del cuello y las rodillas. Rodeé su nuca con mis manos llenas de ampollas, pero él no lo notó. Me sonrió y me besó la frente.

 Tranquila, Emma me dijo cerca del oído, su aliento sobre mi piel. Su dulce voz era como música para mí, como si los dioses estuvieran cantando. Fui cerrando los ojos poco a poco, gracias a él. Todo saldrá bien.

 Dejé mi cabeza reposando en su pecho. Aún sentía el calor del fuego a nuestro alrededor, pero aquello ya no importaba. Tenía a alguien protegiéndome, no a un cuchillo de hoja afilada que empuñé y protegí junto a mi pecho. El chico fue caminando por todo el vestíbulo, sin importar que el fuego le quemara. Abrió una puerta y llegamos al comedor del hotel. Estaba lleno de mesas con manteles que en sus inicios fueron blancos, del techo colgaban hermosas lámparas y había una bandeja con comida y llena de moscas en un carrito. El chico me tumbó en una de las mesas y me tapó con uno de los manteles. Puso sus dejos en mis párpados y los cerró.

 Descansa, Emma volvió a besarme la frente, y despiértate cuando esté amaneciendo.

 Me desperté gritando y con el cuerpo lleno de sudor frío. Me llevé chillando durante unos largos segundos, mi propia voz me rompía el tímpano. Miré mis manos y seguían igual de delicadas que siempre, sin ninguna ampolla. Cogí el reloj despertador para ver la hora: las seis de la mañana, cuando estaba empezando a amanecer. Mis padres aparecieron en mi habitación, asustados.

 Y así todas las noches desde el veinticinco de abril. El mismo sueño. El mismo hotel. El fuego. El mismo chico de aura misteriosa que me protegía y me dejaba dormida encima de una mesa, tapándome con el mismo mantel. Siempre me despertaba a las seis de la mañana. ¿Y lo más raro de todo? Ese chico existía, solo que nunca le había visto.

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Hola lectores y lectoras, me llamo Paula. Algunos me conoceréis de fanfictions como Fight y Silence y otros no sabréis quién soy. Si no habéis leído mis otras fics, os invito a leerlas y espero allí vuestros votos y comentarios.

Esta nueva se llama Forgotten y en ella habrá misterio. Nunca he hecho algo de misterio así que espero que me salga bien, y si me equivoco en algo, siempre podéis decirlo en los comentarios y lo arreglaré.

Lo que quiero pediros es que si habéis leído el prólogo votéis, comentéis, me sigáis (sigo de vuelta si me lo pedís) y me deis una oportunidad en esta nueva fanfic.

Espero vuestros comentarios sobre lo que os ha parecido.

Yours truly, Paula.

PD. Si queréis que os avise cuando suba decidmelo en mi twitter, soy @summerbiebslove, o por direct en instagram, soy @paulawaylnd. Sigo de vuelta si lo pedís.

Forgotten z.m. (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora