Capítulo 19

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Leo abrió la puerta de su despacho cuando Lindy le dijo que Serena estaba allí y que quería hablar con él.

- ¡Serena! Creí que te vería más tarde.

- Necesito hablar contigo- dijo ella-. Es muy importante. ¿ Tienes unos minutos?

- Por supuesto- señaló el con la puerta abierta todavía-. No me pases llamadas, Lindy.

Serena se colocó junto a una de las ventanas del despacho jugueteando nerviosa con el anillo. Leo se acercó a ella, pero Serena no quería ni mirarlo, por miedo a echarse en sus brazos y llorar. Durante tantos años había cargado sobre sus hombros con la responsabilidad de su hermana y de su madre, que ya no sabía cómo pedir ayuda.

- No pareces la misma mujer que dejé en casa esta mañana- dijo él al observar la alteración de Serena-. ¿ Qué pasa?

Explicarlo no iba a ser fácil, así que decidió ir al grano.

- Necesito dinero- dijo directamente.

Leo se quedó paralizado.

-¿ Cómo?- preguntó el, y se quedó callado sin qué estaba pasando o quizás entendiendo demasiado.

- No se si podrás adelantarme algo del dinero...

Leo dio un paso hacia atrás indignado, pero sin perder el control.

- Todavía no he cerrado el trato.

- Si, pero ha pasado una semana y pensé que...

- Que como hemos llegado muy lejos, podrías pedirme algo más, ¿ no?

-¡ No!- exclamó ella co desesperación-. ¡ No es eso!

-¿ ah no? Creo que eres una mujer muy fría. La mayoría de las mujeres habrían esperado unos días antes de pedir el dinero; ¡las sábanas están todavía calientes y ya me estás exigiendo que te pague! ¡ Eres buena, pero no tanto!

Serena se mantuvo impasible.

- No entiendes nada.

- Oh, claro que entiendo. Anoche casi logras engañarme; ahora veo claramemte lo que significó para ti. ¡ Y pensar que yo creí que tu profesión era la cocina!

-¿ Cómo te atreves?- preguntó ella lívida-. ¡ Lo de anoche no tuvo nada que ver con el dinero y lo sabes bien!

-¿ No me digas?

- No entiendes nada, deja que te lo explique...

-¡ No quiero que me expliques nada!- exclamó él muy enérgico.

- Leo, por favor...

- He dicho que no quiero escuchar nada!- murmuró entre dientes-. Eres como todas. Anoche dijiste que me deseabas, pero debí darme cuenta de que lo único que querías era mi dinero.

- ¡Pues sí, debiste darte cuenta!- dijo ella, despechada-. ¿ Por qué te extraña tanto si me has comprado? Sabías que el dinero era la única razón por la que accedi a hacer el pirapé. ¿ O es que crees que quiero engañar a mis amigos diciéndoles que soy tu novia?¿Crees que me gusta que me traten como a una mujer objeto, que me gusta que me vistan, que me enjoyen y que luego me tiren a la basura?¡ Por supuesto que lo hago por dinero! Me lo he ganado, ¿ O es que crees que tengo que acostarme contigounas cuantas veces más?

- Ya me pediste un adelanto- señaló él con los labios blancos y un ligero temblor en la comisura de la boca-. El trato era que te pagaría el resto al final.

- Necesito el dinero ahora- insistió ella.

-¿ Por qué?

- No te importa- dijo ella al fin, sin considerarle ya merecedor de contarle la verdad.

Una Chica Interesada {Completada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora