Saint Simpsons-Louds: Saga de Omnitrón

Capítulo 7

Reunión, momento en el cual habían diversos temas para hablar, de discutir, charlar y hasta dar opiniones al respecto. Y era el Santuario el sitio donde se estaban llevando a cabo las reuniones entre la Diosa Athena, Hilda de Polaris y Lyfia de Asgard y los Emperadores Poseidon y Hades, un lugar donde los Dioses y sus Guerreros estaban reunidos, pero solamente habían sido llamados los Caballeros de Bronce, Plata y Dorados para formar parte de la protección de los presentes, mientras que los otros habían recibido el día libre y fue así para Star, Marco junto con el resto de los "Herederos" y los demás personajes presentes, hallándose en las escaleras que daban hacia el Palacio de Athena.

- Qué increíble, todos reunidos y nosotros esperando aquí, como si nada.- Sostuvo Steven, mientras que pateaba una pequeña piedra y ésta caía escaleras abajo.

- No solo eso, sino que hace mucho que no hay combates contra "Plagados", estoy teniendo la sensación de que se han escapado todos esos o han muerto.- Teorizó Connie, la cual se hallaba con el hijo de Rose Cuarzo a su lado.

- He estado buscando rastros de aquellos seres pero nada, es como si se los hubiera tragado la tierra, pero tampoco podemos bajar la guardia, amigos.- Añadió Peridot, la cual hacía una serie de investigaciones junto con Ronaldo, Dipper y Mabel sobre el paradero de cualquier enemigo que rondara en su Universo.

- Los ojos bien abiertos, amigos, estoy segura de que los "Plagados" vendrán para alguna paliza y seremos nosotros quienes se la daremos.- Pidió Star con suma emoción en su voz, mostrando su Varita Mágica y con ello estaba ese aire de valentía.

- Estoy de acuerdo con ella, ¡vamos, "Plagados", vengan que estamos ansiosos por darles su merecido!.- Mostró su novio, Marco, el apoyo a la Princesa de Mewni.

- Para ser exactos, no creo que vengan, pero por otra parte, yo también quisiera darles su merecido a esas plagas.- Justificó Pacífica con Wendy sus deseos de pelear contra cualquier enemigo.

Por su parte, dentro del Palacio, en medio de las conversaciones que se estaban llevando a cabo en ese sitio, habían muchas cosas que se discutían, en especial por el asunto de la derrota de las UnLouds y otros puntos de suma importancia.

- ¿Qué hay del tema de Nega?.- Preguntó Saori a los que venían del Inframundo.

Allí estaba ese muchacho de cabellos negros, acompañado por Lucy y Chloe, el resto se hallaba en las afueras de aquella edificación, mientras que se levantaba de su asiento y caminaba hacia el Centro del Salón del Trono.

- Estimados Dioses del Santuario, Asgard y el Imperio Marino, sé que han pasado por muchas penurias desde hace un año, cuando se produjo el asunto de Yoshino, las UnLouds, los "Plagados", Nega y los demás, sin olvidarnos de la "Guerra Santa contra Epyon", pero tengo que decirles que a Nega no lo volveremos a ver, nunca más.- Comenzó el joven Loud con su discurso ante todos los presentes, los cuales guardaron silencio y lo miraron por un buen rato.

Para aquel peli negro, el dirigirse hacia aquellas Entidades Divinas era de suma importancia, al principio fue complicado, tartamudeaba, sudaba frío, se sentía totalmente pequeño delante de esas personas, pero luego fue cambiando, tomando una postura seria. Y con Nega, cómo podía olvidarlo, aún tenía en su memoria, fresca todavía, el recuerdo de cuando le dijo esas palabras de castigo a aquel peli blanco de otro Universo, en el cual lo atravesó con su Espada Imperial, pero en vez de dejar que la "Maldición" que ésta poseía lo condujera hacia una muerte muy lenta, prefirió arrojarlo hacia aquella Dimensión del "Loudmaggedon", en el cual viviría rodeado de lo que siempre fue Nega: Monstruos, monstruos que le atormentarían para siempre, que no lo dejarían en paz, él se lo había buscado y aún conservaba la escena en la cual ese rival era atrapado por los Louds de aquel Universo, arrastrándolo hacia la peor de las "Prisiones", una que el propio Lincoln había denominado para gente como él: Malditos, desgraciados, escorias que no merecían arder en el Inframundo, sino más bien sufrir en carne propia, que recibiera una cucharada de su propia Medicina y así  ocurrió: Nega fue lanzado hacia aquel Universo y de ahí no se lo volvió a ver más.