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MIEDO.

— ¿Yo?— JeongIn se señaló a sí mismo — soy JeongIn, he venido en lugar de el rey.

Decir que el menor no estaba nervioso sería mentir. Sentía que en cualquier momento perdería la consciencia o iba a titubear.

— ¿Qué relación tienes con el rey, JeongIn?

El menor no sabía a qué se debía la pregunta, sin embargo, respondió:

— Soy su hijo.

Hubo silencio por unos segundos antes de que la voz ronca volviera a hablar.

— Mi amigo está herido, necesita que lo curen.

— ¿Herido?

— Órdenes de tu padre, ya deberías saberlo.

JeongIn se acercó más a la celda y se arrodilló para después terminar por sentarse frente a esta.

— ¿Puedes acercarte a la luz?— preguntó JeongIn tomando la pequeña antorcha a su lado.

— Te asustaras.

HyunJin advirtió.

— No creo hacerlo.

HyunJin lo pensó unos minutos, ¿Qué pasaba si se asustaba y decidía ya no ayudarlo? Le había prometido a Minho conseguir el permiso para poder curarlo, pero si su aspecto hechaba todo a perder, no sabría que hacer.

— Prométeme que no te asustarás.

JeongIn elevó su mano derecha.

— Lo prometo.

HyunJin comenzó a alejarse de la oscura esquina y como un lobo durante un caza, se acercó a la luz con su cabeza hacia abajo.

Cuando JeongIn divisó el cuerpo contrario, lo primero que noto fueron sus uñas, unas fuertes garras pero lastimadas.

Al igual que todo su cuerpo, su ropa estaba rasgada a diferencia de el, que vestía ropa de la seda más fina y en perfectas condiciones.

— Levanta tu cabeza.

Ordenó mientras se agachaba un poco para ver su rostro, cosa en la que fracasó y volvió a sentarse correctamente.

HyunJin levantó su rostro poco a poco con sus ojos cerrados, cuando ya su cabeza estuvo lo suficientemente alto abrió sus ojos siendo estos tan brillantes por la luz de la antorcha.

Y JeongIn se perdió en ellos. ¿A esto llamaban "fenómeno"? ¡Pero si era tan hermoso!

— Hermoso...

Susurró JeongIn, para las pequeñas orejas que HyunJin escondía en su cabello, esto solo provocó que el chico sintiera sus mejillas calentar.

— ¿N-no te asustó?— el menos negó — ¿Por qué?

JeongIn sonrió.

— No puede asustarme, algo tan hermoso.

HyunJin miraba con asombro a el chico. Era la primera vez.

La primera vez que alguien no lo llamaba monstruo.

— ¿Van a seguir coqueteando?— una voz proveniente de la otra celda los irrumpió.

JeongIn se dió la vuelta y divisó a un chico de piel pálida que se abrazaba a sí mismo mientras apoyaba su cabeza en los barrotes de la celda.

— ¿Quién eres?— preguntó el de brackets.

— Puedes decirme Chan, y en lugar de estar coqueteando con HyunJin— así que se llama HyunJin, pensó el menor —. Deberías responderle a su petición.

JeongIn miró de nuevo a el licántropo.

— ¿Me ayudarás?

— ¿Donde esta el ahora?

[...]

Jisung sentía sus piernas temblar y estaba seguro que en cualquier momento caería inconsciente en aquel mismo lugar. Pero no fue así, siguió curando las heridas de aquel hermoso ángel que parecía tener su vista perdida en algún otro lugar.

— ¿C-cómo te llamás?— preguntó tratando de romper la tensión que sentía.

Minho quien se mantenía en un trance dió un leve salto y miró al chico a un lado suyo que se esmeraba en curar hasta la más mínima herida.

— M-minho.

— Creí que los ángeles eran amigos, ¿Qué haces tú aquí?

Minho agachó su mirada. Amigos. Quiso reírse cuando el chico había dicho eso pero en parte era verdad, no siempre fueron enemigos de los humanos y al contrario de lo que ellos piensan —que son seres que lastiman al igual que el resto de los monstruos—, los ángeles se encargaban de protegerlos.

Pero el rey los juzgo sin haber les siquiera dado la oportunidad de hablar. La familia de Minho fue asesinada mientras que el logró escapar, aunque su libertad no duró mucho y terminó dentro de aquel calabozo en unos pocos días. Hasta el día de hoy.

— No todo es como crees.

Respondió Minho. Jisung miró sus alas, una casi rota y la otra con unos cuantos rasguños.

— ¿Puedes volar?— preguntó.

— Soy un ángel, es más que claro que puedo volar.

— ¿Hasta donde?

— No lo sé, no he podido extender mis alas en mucho tiempo.

— ¿Por qué?

— Creo que olvide cómo hacerlo.

[...]

Las cadenas envolvían las maltratadas manos del licántropo, otra sus pies y otra más gruesa que las anteriores estaba colocada alrededor de su cuello. HyunJin quien esperaba justo al lado de la habitación donde Minho estaba siendo curado, se movía inquieto bajo la mirada atenta del guardia.

JeongIn a su lado se encontraba apoyado en la pared, observando la actitud del lobo.

— Jisung es muy bueno curando, tranquilo.

Tranquilizó el de brackets al nervioso hombre lobo quien aún se movía de un lado a otro soltando algún quejido una que otra vez.

JeongIn divisó todas las heridas del licántropo, eran demasiadas, tanto que el chico se preguntaba cómo es que el lobo seguía vivo.

— HyunJin.

— ¿Qué?

— Acompáñame.

↠You are not a monster ° HyunIn↞Where stories live. Discover now