Polos opuestos- Editado

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Novela hecha por mi cata2082 , prohibida su copia o adaptación, fecha de inicio: 05/08/2014.

Esta novela está siendo editada.

¡Andrea!- me grita mamá desde su pieza - levántate.

- Aja - digo media dormida.

Me destapo, mi primer día de clases, ser nueva en la escuela, conocer a gente y además ser el centro de atención, que horrible. Me empiezo a Vestir, me coloco unos jeans azules, una camisa roja y mis zapatillas negras. Me peino el pelo con los dedos y luego de verme el en el espejo y decidir que estoy algo decente bajo corriendo la escalera, llego al piso de abajo y camino hasta la cocina, cuando entro en ella me siento en la mesa junto a mis dos hermanos, Marco y Gonzalo.

Marco y Gonzalo, son los hermanos más extraños del mundo ellos me cuidan, pero poco. Ni siquiera les importa lo que haga, claro siempre y cuando no llegue llorando o ebria, ellos siguen pensando que yo tengo doce años, pero si me atrevo a llegar con un novio o cualquier chico se desata tercera guerra mundial.

- Hola fea - dicen al mismo tiempo, lanzo una carcajada y los miro.

- Hola idiotas- Les respondo

- Déjense de pelear y terminen su desayuno, que van a llegar tarde- Nos dice mamá mientras que se pasea de allá para acá buscando que hacer.

- Okay- decimos los tres al mismo tiempo

Mis hermanos y yo somos completamente distintos. Marco tiene el pelo café claro, ojos verdes, es de tez blanca y tiene una nariz aguileña. Gonzalo tiene el pelo rojizo, ojos cafés, es de tez pálida y con una nariz de un tamaño normal que termina en punta. Y bueno yo...mi pelo es café oscuro, mis ojos grises, soy mucho más baja que ambos, mi tez no es ni morena ni pálida, mi nariz es pequeñita y en puntita. Cuando era pequeña ellos siempre me decían que era adoptada, ya saben, típicas cosas que dicen los hermanos mayores.

Termino mi desayuno y me levanto de la mesa dispuesta a irme, me despido de los dos idiotas, de mama y luego me voy a la escuela.

Mis hermanos no me llevan ya que ellos quieren ser " populares" y según ellos yo soy un obstáculo ya que no tengo nada que me haga parecer un popular o algo parecido, Idiotas.

Llego a la escuela y por suerte quedan 5 minutos para que toquen la campana, encuentro la sala en la que estaré todo el maldito año. Es grande y limpia, el piso es de cerámica y las paredes son color blanco. Me siento en el último asiento de la primera fila, me coloco los audífonos y me pongo a escuchar música, cuando veo que la sala se empieza a llenar ruego porque nadie se siente a mi lado y gracias a dios nadie me ve, así que están todos los asientos ocupados menos el que está al lado mío. Empezamos la clase y el profesor se presenta, no me pide que me levante ni que me presente.

Odio a las personas, no me mal interpreten no odio a todas las personas del mundo pero, si a la gente que se mete donde no lo llaman, por ejemplo las chicas que están sentadas delante de mí y se dan vuelta cada cinco segundos y luego se susurran entre ellas cosas que no alcanzo a escuchar, las odio.

La clase va muy bien si no pienso en las chicas que se sientan frente a mi, si tengo suerte nadie se sentara a mi lado, pero por desgracia yo nunca tengo suerte. Alguien toca la puerta y el profesor interrumpe la clase para abrir la puerta, se asoma un chico.

Empiezan a conversar y el profesor apunta a la silla al lado mío, el chico se acerca y se sienta junto a mí, su pelo es negro como el carbón, sus ojos son café oscuro. La verdad el chico es bastante atractivo y para variar el chico es más alto que yo ¿que acaso soy enana?, entiendo que los chicos siempre son más altos que las chicas pero no por eso me van a dejar siempre como un hobbit.

- Hola - el chico, me sonríe y yo finjo no hacerle caso -Soy Scott... ¿y tú eres?

- Queti - me mira confundido, eso es algo que suelo hacer cuando me pongo nerviosa, una vez lo vi en un programa de televisión y desde entonces he decidido hacerlo - que te importa -marco cada palabra que digo con los dedos, como si él fuera un idiota

- Me agradas - le muestro mi lindo dedo del corazón, el solo se ríe y se concentra en la clase, por mientras yo en mi mente me maldigo por ser tan mala con él, solo quiere hablarme y yo lo trato mal, una de las cosas que en este momento debería ignorar si no quiero que él sea un idiota conmigo.

Luego de un tiempo sin decir nada empiezo a pensar que tal vez fui demasiado mala con él, es decir es solo un chico que se vino a sentar a mi lado ¿no?, no tenía por qué mostrarle mi dedo o no responder a su pregunta, sé que dije que no pensaría en eso pero es solo que ser mala con la gente no va conmigo, en especial con los chicos que son buenos cuando me o conocen.

Finalmente me decido a responderle.

- Andrea - le digo en un susurro ya que la vergüenza evita que pueda hablar alto.

- ¿Qué? - me mira confundido, por primera vez en el día me siento algo incomoda.

- Me llamo Andrea - Le digo, él me sonríe trise y como si tan solo quisiera hacerlo sentir mejor le sonrió tímidamente, la verdad me da vergüenza hablarle ahora siendo que hace un rato estaba siendo mala con él.

- Lindo nombre - me muestra sus perfectos dientes blancos, y con solo esa gesto me doy cuenta que es un "popular" ya que las chicas que están frente a mí se dan vuelta a mirarlo, de pronto un sentimiento de desprecio se coloca en mi pecho y decido no hablarle en lo que resta de la clase.

La clase termina, me levanto para irme pero Scott me bloquea el paso, un sentimiento asesino comienza a surgir en mí.

- Permiso - Le digo intentando ser educada pero él no se mueve no se mueve, ahora sé porque estaba siendo antipática con él, sin darme cuenta ya sabía que era un idiota, los chicos lindos siempre son idiotas.

- ¿Que te parecería salir conmigo? -lanzo una carcajada, al principio me siento mal pero luego al ver su cara de confusión solo me siento feliz.

- Ni en mil años, ahora si me disculpas...- intento pasar pero él no se aparta.

- ¿Por qué no? - me pregunta sin la intención de hacerse a un lado.

- Porque no- le respondo cortante y con el sentimiento asesino creciendo dentro de mi.

-Dime y te dejo pasar.- me dice, intento hacerlo a un lado pero obviamente al ser más grande que yo no le hago ni cosquillas, él al darse cuenta de eso me sonríe como un niño pequeño.

- Agh- Digo con frustración-porque somos totalmente distintos- Le digo lo primero que se me viene a la mente, aún que es la excusa perfecta.

- Como agua y aceite.- dice el

- Como perro y gato- afirmo

- Como hielo y fuego- continua él

- Resumiendo... somos polos opuestos ¿Okay?, ahora...- Le digo con la esperanza de que se mueva pero aún no lo hace.

- Los opuestos se atraen- me dice él como si nada, luego me mira y me sonríe.

- Escucha, si no te corres tu entrepierna va a atraer a mi rodilla ¿me entiendes? -Al parecer el capta la indirecta y se corre a un lado- Gracias, ahora me voy- Dicho esto paso a su lado como si nada, este es el peor día de la historia.

- ¿Segura que no quieres salir conmigo? - Me pregunta antes de que salga del salón- podríamos pasarla bien los dos- sin responderle salgo de ahí.

Pero ¿qué le pasa a ese idiota?, "los opuestos se atraen", para mí eso es una simple estupidez, es imposible que dos personas distintas se atraigan, Agh, somos polos opuestos y no nos atraemos, ¿no?

Holaa, acá les traigo mi nueva novela, " polos opuestos ", comenten que les pareció el primer capítulo, los quiero mucho cuídense

Chauuuu ≧≦



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