2.24

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Catia

Habian pasado unos meses y todo estaba en calma, todo menos yo, al principio me costó aceptar que Tom estuviera vivo, pero luego me enteré de que si y recuperé la esperanza. Aunque tambien me cabreé muchisimo por el mero echo de que todo este tiempo estuve viviendo bajo una mentira dia tras dia. Dolia y eso me consumia por momentos.

Otro dia como uno cualquiera llegué a casa realmente agotada ,tanto que entrecerraba ya los ojos debido a la falta de sueño. Abrí la puerta del apartamento mientras apoyaba mi cabeza sobre la puerta suspirando. Lancé mi bolso y las llaves a mi encimera volteé aun sin haber encendido ninguna luz y entonces lo ví. Una silueta medio recostada en el sofá, con su cabeza encapuchada dejando a la vista unos rizos castaños. La oscuridad me impedía ver el resto de su perfíl pero me fue mas que suficiente para comprender que era Tom. Su respiración se escuchaba con dificultad

-T-Tom...-susurré sin creerlo

Sentí como varias lágrimas caian por mi rostro. Caminé hasta el con cierta precaución, me dí cuenta de que estaba pálido y sudoroso sus ojos estaban cerrados y su respiración era dificultosa. Me estremecí

-¿Tom?.-lo llamé

Al no oir respuesta por parte de él encendí la lamparita que estaba justo al lado iluminando parte de la estancia. Ahí pude ver su horrible aspecto, no estaba bien, su mano estaba llena de sangre mientras se cubría parte del abdomen cubierto por una chaqueta azul oscura, habia sangre

-Oh dios mio.-susurré paralizada, estuve a punto de tomar el móvil para llamar a una ambulancia cuando el tomó mi muñeca con firmeza. Volteé y ví el rostro palido y cansado de Thomas
-No...-murmuró tragando mientras cerraba sus ojos.-No llames a nadie...
-Estas sangrando.-respondí mientras lo observaba
-No es mia.-aseguró

Soltó mi muñeca lentamente, aproveché para tocar su sien, estaba ardiendo

-No estas bien ¿Que demonios te ha pasado?
-Tenia que verte, lo siento...-susurró.-Lo...siento todo
-Calla...-pedí, necesitaba descansar, y debia conseguir que bajara esa fiebre

Me puse en pie y lo arrastre casi literalmente hasta mi habitación una cama grande por suerte, Tom caminó debilmente pero finalmente cayó en la cama

-¿A donde vas?.-me preguntó mientras me observaba con los ojos entrecerrados
-Tienes fiebre.-dije él no me respondió

Tomé un paño y lo mojé, volví al cuarto y se lo puse en la frente a Tom, quité su chaqueta y su camiseta como pude, cuando lo hice observé algunos moretones en su marcado abdomen. Tenia preguntas, muchas de hecho, pero aquello no era lo mas importante

Pasé toda la noche en vela asegurandome de que Tom estuviera bien mientras lo hacia me preguntaba sin cesar porque como cuando y donde le habia pasado lo que fuera que le pasara. Sin darme cuenta me quedé dormida. Cuando desperté, me dí cuenta de que Tom no estaba recostado en la cama, confundida busqué por todo el apartamento hasta dar con él en el cuarto de baño, se encontraba sin camiseta dejando su abdomen al descubierto junto con múltiples cicatrices, se miraba al espejo detenidamente. Hasta que dí unos toquecitos en la puerta captando su completa atención

-Thomas.-murmuré aun sin creerme que estuviera aquí, no sabia como me sentia si furiosa, triste o alegre, solo se que estaba confundida y con decenas de preguntas

El volteó a verme, un silencio incómodo se formó a nuestro alrededor el rompió el hielo al notar mi confunsión

-Catia.-susurró cabizbajo.-Siento mucho todo.-me miró a los ojos culpable

Me acerqué a el poco a poco hasta quedar frente a él

-¿Por que ahora?.-pregunté.-Ha pasado un año y has regresado ¿Por qué?.-insistí mientras mis ojos se cristalizaban
-Por ti.-me dijo muy decidido ante sus palabras

The Soldier || Tom Holland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora