Nos quedamos callados. Pocos metros detrás de mí, Ángel hizo movimientos de estar incómodo en el árbol. Esta vez, sus ojos y sus oídos se centraron en nosotros.

Yo...trataba de buscar las palabras. No te lo conté porque no quería perderte miré al suelo.

Se escuchó al aire soplar.

Estuviste conmigo después de que mi padre muriera. Justo en el momento que más lo necesitaba —se le humedecieron los ojos—. No puedo apoyarte si no me explicas qué eres —me obligó a mirarle.

Lo sé, pero...la voz me empezaba a quebrar. ¡Si te lo decía ibas a pensar que estoy loca! las lágrimas se asomaron por mis mejillas.

¿No te acuerdas de cómo nos conocimos? trató de animarme. Me senté al lado tuyo, después de que les dijera a esas chicas que eran descerebradas me sonrió. No me pareces eso. Eres lo contrario prosiguió secándome las lágrimas.

¿Y cómo soy? sonreí recuperándome.

Eres alocada me sonrió de vuelta. Y ahora, ¿Puedes contarme con quién estabas hablando antes y que ha sucedido? me preguntó con curiosidad.

Ángel que, hasta entonces estaba tenso, se calmó al ver que la situación estaba controlada. Se situó a mi lado y me envió su mejor sonrisa.

Con Ángel, mi guardián espiritual le contesté como si hubiera hablado siempre de lo mismo. Lo conozco desde que tengo 10 años.

Tú, ¿Qué? preguntó echando unos pasos hacia atrás sobresaltado.

En ese momento, Ángel hizo algo raro. Se acercó a Brian y le cogió de la mano mientras le miraba a los ojos. Al hacerlo, mi mejor amigo se quedó paralizado. De repente, parecía que podía verle.

Soy Ángel le hizo un apretón de manos sonriendo. Me encargo de proteger a Lea...meditaba bien las palabras que pronunciaba. Para esa clase de cosas que había hecho que se cayera y no pudiera levantarse. Igual que te pasó a ti se calló esperando la reacción de Brian.

Oh...es todo lo que pudo decir. Espera, ¿Y esas cosas qué son?

¿Cómo has hecho para que te pueda ver? le corté poniéndome entre los dos. Brian asintió estando de acuerdo con la pregunta que había hecho.

Esas cosas se hacen llamar La Gente de la Sombra; quieren a Lea, pero no sabemos para qué. Hemos tenido experiencias con ellos sin averiguar el motivo me miró cuando pronunció mi nombre y volvió a mirar a Brian. En cuanto a la otra pregunta, no me puede ver, solo la gente como tú me miró de reojo. Aunque hay un truco, es cogerle de la mano sonrió. Y me parece a mí, que tu amigo compartirá esta aventura con nosotros. Así que es mejor que me oiga y me vea levantó una ceja.

Ninguno sabía muy bien como continuar. Escuché nuestras respiraciones.

¡Espera! ¿Cómo es que antes no podía ver a La Gente de la Sombra y a Ángel? —tocó el aura azul que desprendía de su cuerpo.

Me haces cosquillas —Ángel se río a carcajadas yendo para atrás y para adelante. Su ojo marrón y el otro verde cogieron brillo.

—¡Cómo mola! —Brian sonrió y siguió tocando el aura azul.

¿Quién se lo dice? —cuestioné echando un vistazo a Ángel y luego a Brian.

Yo mismo —se decidió aún con pequeñas risas—. ¡Hm! Eres un Nuvima—explicó como si con eso Brian fuera a entenderlo.

Los ojos de Lea #PGP2023✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora