Capítulo 10 - Tentaciones

36 2 2
                                    

—Te veo mala cara. ¿Te ha pasado algo?

—¡No! ...quiero decir, no, nada importante... en serio.

—¿Nada que ver con ese bombón que se aleja por el pasillo?

—...no...

—¿Qué edad le echas, así a bote pronto? ¿Veinte? ¿Dieciocho?

—No importa...

—¡Vamos, tío! ¡Di que...!

—¡Que cierres el pico! ¡No tengo nada que ver con ella! ¡Y punto...!

—¿Estás seguro de que no ha pasado nada?

—No me ha pasado nada... me... me duele la espalda. Me voy a casa. Ocúpate del resto, ¿quieres? Si preguntan...

—Que estás en el desván ordenando alguna cosa que no me has comentado. Como prefieras, compañero. Descansa. Y a ver si resuelves ese problemilla de carácter que tienes últimamente.

Click

—Como te dije, ha acabado por darse cuenta de qué le ha pasado.

—Y como predije yo, al final no tendrá las agallas de decir a nadie que una niña de doce años le ha seducido y llevado al catre... Sorprende cuánto ha cambiado de la noche a la mañana.

—¿Le estás comentando a tu maestro lo evidente? Si aún estamos en éstas, creo que deberíamos empezar desde el principio otra vez.

—Decir "porque usa magia" ya no es suficiente, ¿sabes?

—Pues te responderé: Ars Hypocratoria, ésa es la razón de que esa niña de doce años parezca una supermodelo recauchutada. Ah, linda Vani... guapa era sin necesidad de todo ese emperifolle. Pero comprobó cuáles eran las posibilidades más superficiales de sus artes curativas y llegó a hacer cosas que, estoy seguro, no le van a hacer ningún bien.

—¿Hay algo que deba estudiar de ese Ars Hypocratoria?

—Tú céntrate en lo que te pasé y no sugieras nada aún. Cuando domines el arte que tú mismo has elegido, hablaremos de expandir tales conocimientos.

—Pero tú quieres que te ayude, ¿no es así? No te diré que no esté contento con este grimorio pero...

—El grimorio que te he prestado es más que suficiente para lo que pretendo. Te pasaré más cosas en el futuro si sigues a rajatabla lo que te ordene. Actúo por algo que es más que yo mismo pero, por muy altruista que sea, necesito la ayuda de al menos un adulto respetado que sepa que lo que digo es verdad. Sé que puedo cambiar el mundo a voluntad pero, al final, no soy más que un simple y descerebrado crío al que la policía nunca tomará en serio.

—Lo que me gustaría saber es, ¿cuál crío?

—Lo sabrás en su justo momento, no antes. Hasta entonces, tendrás que seguir sintonizando "Radio Mago Loco". Por poder, puedo ser hasta la linda Vani de la que no apartas la vista desde hace más de tres minutos.

—...sabes que esto es más fuerte que yo.

—Simple ser humano, atrapado por los inevitables mecanismos de un cuerpo lleno de ataduras y limitaciones... a la larga comprenderás que tener un revolcón con una niña que se lo está empezando a creer demasiado no te va a hacer ningún favor.

—Sabes de qué estoy hablando, leñe. Gracias a lo que he aprendido, ahora soy capaz de ver todo lo que fluye en ella...

—...pues si puedes ver las feromonas que emite, deberías abandonar ese lugar cuanto antes, no importa la excusa que utilices mientras no estés cerca de ella el tiempo suficiente para que tu razón se imponga a tus bajos.

EscuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora