Amor, obsesión y confusión

467 29 6
                                    

Cuando Jake, Finn, Bonnibel y Rain llegaron al hogar de esta última, se encontraron con una casa grande de paredes blancas y un jardín lleno de flores de todos los colores. Era una casa en una urbanización, todas iguales, pero la suya sobresalía por aquel increíble jardín.
- Mis padres están de visita en la casa de mi hermana mayor, así que estamos solos - entro en la casa y todos la siguieron – chicos esperen un minuto por favor, quiero enseñarle mi cuarto a Bonnibel, tomen algo de beber de la cocina, lo que gusten - les indico la cocina - abran la puerta si llegan Marce y Flamin por favor – y dicho esto llevo a la pelirrosa escaleras arriba camino a su habitación.
- Okeeey -Jake miro a Finn y ambos rieron
- Es una chica con mucha energía – comento el de ojos azules
- Si... - y con toda la confianza del mundo se sentaron ambos en el sofá más grande.
Arcoíris llevo a Bonnibel hasta su habitación, era preciosa, había colores por todas partes, peluches, cuadros, flores.
- tu cuarto es increíble, perfecto, esta precioso.
- mu-muchas gracias - le respondió algo avergonzada, se acercó a su enorme armario y al abrirlo dejo maravillada a su invitada cuando lo observo- ¿Qué pasa?
-Me encanta...- estaba hipnotizada por los millones de vestidos de todas formas y colores. Ella a la hora de vestir solo utilizaba colores como pasteles, blanco y en ocasiones contadas negro. No se atrevía a probar más colores, porque con el color de su pelo no le sentaban bien -Literalmente eres siempre un arcoíris – ambas sonrieron ante la evidencia de lo dicho.
- Si quieres algún día te presto alguno - le ofreció, su invitada se acercó y empezó a ojear las camisetas, vestidos, blusas, poseía realmente muchas prendas el doble o el triple que las de ella, no cabía duda de que tendrían mucha afinidad en gustos.

Mientras la rubia y la pelirrosa conversaban sobre atuendos, Marceline y Flamin se dirigían hacia allá.
- ¡AAAAAAH! Marceline por el amor de dios... ¡baja la velocidad! - gritaba Flamin ya que por el motor de la motocicleta apenas se oía.
- ¡no seas niña y disfruta! - iba dichosa, amaba la velocidad y sobre todo conducir su chopera.
De pronto freno tan abruptamente que casi manda a volar a Flamin.
- ¡que cabrona! si me quieres matar hazlo de una forma menos sádica – le grito alterada con el corazón en la boca.
- cállate idiota, tu vocecilla aguda es cansina, mira bien, al frente. - indicaba un pequeño perro muy asustado con la motocicleta a centímetros de él.
-y que me importa el puto perro, ¡casi me matas! - no se calmaba.
Marceline esbozo una sonrisa muy torcida y se volteó dándole una mirada fiera.
- y a ti... ¿qué te hace pensar que tu vida vale más que la del? - esto dejo helada a la pelirroja y guardo silencio - entiende algo, para mí los animales no son cualquier cosa, son seres inocentes que hacen todo por instinto, nada por dañar a propósito, y que sepas que incluso a veces hasta los valoro más que a las personas - dando por zanjado el tema luego de una disculpa de Flamin, retomaron llegando por fin y quedaron asombradas por el hermoso lugar.
-que jardín tan espectacular - dijo Marceline admirando el lugar, si bien no era tan grande como el de la mansión de su padre, definitivamente era más hermoso. Aparco la moto por un costado cerca del garaje y toco el timbre.
- Serán ellas - se puso de pie Jake para abrir.
- pasen – dijo cortes el castaño – las chicas están en la habitación de Rain, arriba
- Flamin ve para arriba - sonó seria - yo estaré más cómoda con los muchachos.
- Pero...
- ¡ve!- dijo algo severa, Flamin le obedeció y subió, Marceline se instaló en el sillón pequeño.
- ¿Qué tal si conversamos? - los miro intercaladamente - más específicamente... contigo Finn
- p-pues... tú dirás - algo nervioso

Jake se mantenía al margen.

- sabes que algo de aprecio te tengo, después de lo de tu hermana nos acercamos un poco... es por eso por lo que te preguntare, ¿te gusta Flamin en serio? - reposo su mirada en el aludido sin siquiera pestañear, expectante a la respuesta.
Finn miro a Jake y luego suspiro.
- Si Marceline... quizás hasta enamorado- bajo la cabeza con pesadumbre.
La azabache rio para sus adentros, hablar de amor siempre le hacía gracia.
- habla con ella... y quiero que quede en tu mente esta frase "mientras más alto subes, más dolerá la caída".

En la habitación de Rain estaban tranquilas ambas chicas, hasta que oyeron el ruido de Flamin llamando a Arcoíris.
- ¡Arcoíris! ¿dónde estás?
- ¡Estamos aquí!- grito mientras salía de la habitación saludándole- ¡Hola Flamin! ¿Y Marce?
Flamin la miro de arriba a abajo, acaricio sus labios con su lengua en modo de insinuación, aquel vestido azul ajustado le sentaba muy bien - Se quedó abajo... dice que se siente más cómoda con ellos que haciendo cosas de niñas - se metió en la habitación - ¿qué hacen?
- miramos la ropa de Arcoíris y nos probamos algunas de sus prendas - dijo desde la cama Bonnibel, rodeada de varias de camisetas, vestidos y pantalones.

- ¡Yo también quiero! - Grito y se lanzó a la cama- ¿Puedo?
- Claro, aunque tú eres más pequeña que Bonnibel y yo, así que quizás te queden algo grandes
- No pasa nada- y empujó a la pelirrosa - quítate "princesa"- poso una sonrisa hipócrita en sus labios.
-Lo siento... - se apartó la agredida.
Flamin se quitó su ropa con gran facilidad y empezó a probarse prendas, pidiéndole ayuda a Arcoíris por cualquier cosa.
- Arcoíris ya vengo – Bonnibel salió de la habitación, se quedó apoyada en la puerta cerrada y suspiro pesadamente.

Jake estaba bastante sorprendido, no creyó que aquella chica quisiera prevenir a Finn de ser lastimado, ¿habría juzgado mal? Bueno, sí que se había adelantado, se equivocó al dejarse llevar por lo que decía la princesa.
- tienes razón, aprovechare hoy mismo, gras...
- Alto. No me agradezcas, no es necesario - rio y amenizo el ambiente,
Jake no se fiaba por completo de ella, pero tenía la habilidad de notar un gesto sincero y en esta ocasión la morena así sonreía.
-Marceline... ¿Te has hecho alguna impresión de nuestra amiga Bonnibel? – preguntó Jake, era un buen momento y tenía mucha curiosidad de saber que le respondería.

La pelirrosa empezó a caminar con pasos lentos por el pasillo, hasta que llego a las escaleras, iba a bajar hasta que escucho a Jake preguntarle a la azabache sobre su opinión de ella, no supo que hacer y se quedó de pie ahí, no era esa clase de curiosa y chismosa, pero se atrevió a escuchar, después de todo era de ella de quien se hablaba.
- bueno teniendo en cuenta de que ella lo sabrá, ja... es obvio que se lo dirás - sonrió y Jake afirmo con su cabeza dándole la razón - podría escoger omitir, pero responderé, es una chica muy distinta a las personas que frecuento y tengo interés en ella y no... no diré que tipo de interés - sonrió nuevamente, pero esta vez era diferente, fue una sonrisa torcida que no pudo descifrar.
Sorprendida estaba a punto de bajar la pelirrosa y preguntarle qué era eso de "interés", pero escucho a Jake hablar por ella.
-No me digas que no lo dirás – alzo una ceja – ¿no será que le quieres hacer algo malo?
Finn sonrió ante las palabras de Jake pensando en que solo fue una broma.
- Marceline, ella todavía es muy inocente, no la molestes – comento Finn.
- eso es asunto mío, no la matare o algo así de drástico - bromeo - aunque... - esta última frase abierta la dijo solo para ver sus caras de preocupación, pero tan solo fue una broma.
La pelirrosa no pudo más con las palabras de la morena y decidió acercarse de una vez al cuarto de estar.
- Aunque viéndote podría ser una posibilidad – Bonnibel se rio suavemente, intentando tomar con humor lo dicho, se giró hacia Jake y le dijo algo en el oído, él se espantó por un segundo y salió de la sala, los demás quedaron impresionados por la acción pero no preguntaron nada y quedaron en un silencio incomodo, Bonnibel y su fricción con Finn y Marceline con Bonnibel quien no sabía cómo tratarla, sin embargo la morena se quedó viéndola de forma enigmática, ¿que sería lo que pasaba por su cabeza?
Jake subió rápidamente las escaleras pensando en lo que le había dicho la princesa "Flamin está siendo muy extraña con Rain, podrías sutilmente sacarla de ahi, Flamin me asusta un poco" sin saber cómo, le atino exactamente a la puerta de la habitación de Arcoíris y lo que encontró lo disgusto bastante, lo que vio fue a una pelirroja sobre Rain "haciéndole cosquillas", dentro de su inocencia la contraria pensaba que eso eran, pero en realidad Flamin la miraba lujuriosa y estaba nada más y nada menos que manoseándola. Si las miradas mataran... la pelirroja ya estaría sepultada.
-"bastarda aprovechada" - y como si sus ojos transmitieran lo que pensaba, Flamin se bajó lentamente alerta, ambos mirándose a los ojos y Arcoíris sin saber qué hacer, era tanta la tensión que empezó a pensar que hacía algo malo, así que solo se sentó y se acomodó el vestido, no había notado que tenía a la vista hasta su ropa interior y se sonrojo a más no poder.
- y-yo iré a- a fumarme un cigarrillo... - dijo la pelirroja – "dios mío que mirada tan intimidante..." - bajó al primer piso y observo una escena muy extraña, Finn con la cabeza abajo, Marceline sonriendo y Bonnibel intentando sostenerle la mirada a la morena.
- Saldré a fumar... ¿vienes Marce? – Flamin intento romper ese ambiente.
- no, ve tu - y no cambio ni su sonrisa ni la postura.
Flamin salió, velozmente Finn la alcanzo y la tomo del brazo.
- debemos hablar - y caminaron juntos, mientras iban a la casa de Rain, Finn vio un pequeño y tranquilo parque, ahí la llevaría.

Jugar a "quien aguanta más" estaba poniendo nerviosa a Bonnibel, pero en el mal sentido, corto aquella conexión de miradas y se sentó en el sofá grande, al extremo más alejado de la morena.
- A que te referías antes, ¿con lo del interés? – "Tratare de ignorarla, si dice alguna estupidez... me marchare" se decía a si misma Bonnibel.
- pues... existen muchas formas de interpretarlo, juguemos a una trivia - se cambió del sillón pequeño al largo en donde estaba Bonnibel - a) soy una usurpadora y tengo interés en meterme en tu vida por tu dinero, b) estoy profundamente enamorada de ti y quiero conquistarte, c) estoy interesada en conocerte, porque quiero llevarme bien contigo, d) soy una psicópata y mi interés en ti va en ganarme tu confianza para secuestrarte, amordazarte y torturarte. Prueba y si adivinas... ganas un premio - le sonrió divertida y se inclinó levemente buscando su mirada.
-Ja ja ja - soltó con todo el sarcasmo que podía – todo lo que has dicho me parece francamente impensable e irrazonable - se alejó de ella, moviéndose un poco en el sofá – no tienen sentido tus alternativas- le hizo algo de gracia aquello, no pudo evitar sonreír- A) sé que tienes dinero, es fácil deducir por la ropa que utilizas, el hecho de que tienes una motocicleta, y el hecho de que seas cliente habitual de un restaurant costoso, ¡ah! Y claro no se debe ignorar que nos invitaste toda la comida, tienes buena situación, quizás mayor de la que pienso, aunque no sé cuál es tu apellido; la B) tú no sabes lo que es amar, te ríes del amor, tal y como lo dijiste en la fiesta – se arrepintió de haber traído a colación ese tema - la C) ya me dejaste claro que odias a la gente como yo y finalmente la D) la más creíble - se burló un poco- pero no estás tan loca...
- vaya, toda una Sherlock Holmes, que encanto - sonrió de lado - claro, no necesito dinero ni es algo que me importe, aunque no tiene nada que ver con mi familia – por un segundo Bonnibel pudo percibir una mirada extraña, que no sabría si fue de odio o tristeza - el amor... es una tontería fantasiosa, no eres de la gente con la que preferiría estar y la última pues... no me fiaría tanto, no sabes a quien tienes en frente - se acercó más acorralándola en el sillón, sin tocarla, solo posando una mano en el brazo del sofá y la otra en el respaldo, mirándola ... Dándole una expresión gélida y penetrante.
-Para ti no soy un encanto - sentía algo de temor, pero no tenía intención de achantarse, su orgullo no se lo permitía - si lo que pretendes es asustarme no lo vas a conseguir- dijo intentando no sonar con voz temblorosa - por favor, Aléjate - le pidió.
- ¿Intentar asustarte? Jah, claro que no, solo necesitas conocerme y sabrás a qué atenerte - se acercó más, provocando que la espalda de la princesa quedara apoyada completamente en el respaldo del sofá - te dejare en paz... solo respóndeme ¿qué impresión tienes tu de mí? – ya estaban tan cerca que las respiraciones se entremezclaban.

Perfectamente Imperfectas Where stories live. Discover now