➳Capítulo Uno.

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La alarma del despertador de las 6 a.m. había sonado por fin. Estuve durante aproximadamente una hora despierto viendo como la aguja se movía lentamente, tal vez era el único adolescente de mi edad interesado en llegar temprano a la escuela luego de las vacaciones de invierno, pero así era yo, y no exactamente por las clases, sino para ver a alguien.

De un modo bastante emocionado me levanté casi en un salto de la cama, donde me dispuse a abandonar mi pijama a rayas y aún consciente del frío que hacía, corrí hacía el baño sin siquiera colocarme algo encima para comenzar mi rutina.

Al acabar de asearme me propuse a volver a mi habitación y buscar algo decente para lo que sería mi vestimenta del día completo, y sin darme cuenta ya estaba vestido de pies a cabeza con cada prenda en un tono de negro diferente, ¿Pero qué suponía que haría si todo mi closet variaba en tonos grisáceos hasta llegar al negro más oscuro, y lo único colorido eran los logos de algunas bandas que estaban estampadas en las remeras?

Un suspiro mío fue acompañado de un grito de mi madre en la planta baja avisando que el desayuno ya estaba listo, así que tomé mi mochila de cuero sintético, mi chaqueta del mismo material y sin hacer rodeos ya estaba bajando las escaleras para llegar a la cocina.

No me demoré más de cinco minutos en mi chocolate y tostadas, lo cual era malo porque era bastante temprano aún, ya que no entraba a mi primera clase sino hasta dentro de media hora y el colegio quedaba a tan solo quince minutos, pero no me quedaba de otra que irme ahora antes de que mamá se dispusiera a preguntar cosas sobre el chico al que tanto quería ver, como siempre, ese era uno de nuestros únicos temas para hablar. Sí, mi madre sabía que me gustaba un chico de mi edad, que iba a mi escuela, que su casa estaba a unas pocas de la nuestra y que él sufría de bullying; mamá era mi consejera personal, ella sabía todo sobre mi, o casi todo. No tenía amigos con los cuales podría hablar del tema de mi enamoramiento, o tal vez sea más correcto llamarlo "Síndrome de obsesión hacia Víctor Fuentes".

No tenía auto, bicicleta, ni dinero para tomar el transporte público, así que mi llegada al colegio siempre consistía en caminar unas cuantas cuadras y quedarme varios minutos escuchando música con mis auriculares, esperando a que la campana sonara.

Este año nos asignaban nuevas clases y por eso mismo esperaba compartir aunque sea una con el chico de cabellos claros y ojos como dos gotas de café, hacia ya un año que no nos cruzábamos en estas y era aburrido pasar tiempo sin poder observarlo.

Que psicópata soy.

Al ser la primera semana, no haríamos mucho más que la presentación hacia las personas nuevas de la clase y los profesores que no conocemos.

Estaba sonando "One" de Metallica cuando por fin luego de vario tiempo sentado en las escaleras de la entrada acompañado de otras personas que llegaron antes que yo, sonó la campana que indicaba el inicio de la jornada, no me apuré mucho, casi nadie llegaba a la hora exacta pero poco a poco el pasillo se iba llenando de adolescente de mayor y menor edad que yo, y ahí lo vi.

Estaba junto a su hermano y sus dos amigos, lo cual a diferencia de mi estaba solo pero con mi móvil y buena música sonando, tampoco era que necesitara exageradamente un amigo.

Mi vista se enfocó en él, vestía esos pantalones de jean rotos y unos Vans negros que tanto lo caracterizaban, además uno de esos buzos enormes también negros con un logo de Foo Fighters, oh sí, mi chico favorito tenía un gusto musical absolutamente genial de que también estaba atraído, cualquier ser humano que disfrute de la voz de Dave Grohl podía besarme, aunque no, esperen...yo no era tan fácil, o eso creo.

Mi vista dejó de lado su ropa para concentrarme ahora en su rostro, sus facciones eran una combinación de aniñadas y adultas que me encantaban, su cabello cayendo hasta sus hombros era extremadamente claro y sabía que teñía el mismo. Pero también noté que entre sus hermosos rasgos faciales, sobre su mejilla derecha, había una marca violácea que intentaba cubrir con el mismo cabello y sus ojos estaban clavados en el suelo, mientras que sus amigos intentaban animarlo y él hacía caso omiso a la llamada de los tres.

You're the only exception | Adaptación Kellic.Where stories live. Discover now