- ¿Pero sí a dónde ir? No cuando eres un príncipe, mis padres han sido muy buenos pero sé lo que quieren, esperan que me case con alguna muchacha noble, que les dé nietos.

- West, recuerda que prometimos luchar en contra de eso, que los convenceríamos de vivir juntos una temporada en Gerifaltown, puede que incluso piensen en que te ayudaría a encontrar a una joven y seríamos sólo tú y yo, aprovecharíamos ese tiempo para nosotros.

- ¿Y después? –el príncipe miraba al dueño de su corazón con una mirada perdida – No puedes responder ¿cierto? Nací para ser un puente entre Venek y algún otro reino, me educaron sabiendo que algún día padres me usarían como método de alianza, como hicieron con mi papá y con mi abuelo, la diferencia es que mis padres se aman, yo no me siento capaz de amar a una mujer de la manera en la que te amo a ti.

Ykell se desconcertó, pensó que Westie tenía razón, probablemente el rey y la reina planeaban ofrecer a su hijo a una Massister, una Varizion, una Rytell. Por su cabeza tantas opciones, tantos apellidos de alta alcurnia, pero harían lo que más le convendría al reino Venek.

- No dejaré que eso pase, no sé cómo pero te juro que haré todo lo posible para que te quedes sólo conmigo.

- Oh Yk, te amo tanto, no sé qué haría sin ti.

El príncipe comenzó a deshacerse de sus prendas hasta mostrar demasiada piel, se quedó en ropa interior y se montó sobre la entrepierna de su querido, comenzó a moverse en vaivén y a dar ligeros saltos, lentos, sobre la entrepierna de Ykell que aún conservaba su ropa, notaba cómo comenzó a crecer esa zona, ambos estaban ruborizados.

- ¿Quieres hacerlo? jamás hemos llegado tan lejos West.

- No sé dentro de cuánto tendremos otra oportunidad, hay que aprovechar ahora que estás aquí.

- Si eso es lo que mi príncipe desea, se lo daré, recuerda que yo tampoco tengo experiencia, si te lastimo, por favor, te pido que me lo digas.

Ykell se levantó y dejó su pantalón caer al suelo se estaba deshaciendo de su camisa pero Westie lo interrumpió.

- Déjate la camisa, aún no te la quites.

- ¿No se supone que cuando la gente hace éstas cosas están como llegaron al mundo? Además, siempre te gustó mi abdomen.

- Sí, pero es que se me ocurre algo.

Ykell se quedó parado únicamente en camisa y en ropa interior, West bajó de la cama y se hincó frente a la entrepierna de su novio, se deshizo de la ropa interior de Ykell y acarició su pene.

- West... amor, es que me da pena.

- Déjame intentarlo, no tengo experiencia pero si no lo hago ¿cómo la obtendré? Quiero hacerte sentir bien.

Westie comenzaba a lamer el glande del pene de Ykell, su miembro de proporciones por encima de la media gozaba ya de una erección completa, se sentía bendito gracias al placer que su príncipe le otorgaba, comenzó a sentir más humedad y como por inercia empezó a mover la cintura en vaivén, adelante y atrás, tomó a West por la nuca con la mano derecha y se jactó de eso para empujar con su mano al muchacho su pene entró aún más en la boca de su querido amado, al principio el príncipe parecía atragantarse pero realmente también disfrutaba.

En cuestión de minutos Ykell se deshizo de su camisa hasta quedar completamente desnudo y en un movimiento brusco tomó a West con sus fuertes brazos cargándolo por la espalda tirándolo a la cama, las piernas delgadas del príncipe yacían por encima de los hombros de Ykell, comenzó a meter el dedo índice en el orificio del muchacho, prosiguió con el anular y así estuvo un rato hasta que se fijó en que ya había generado una evidente dilatación.

- ¿Está bien si entro ya?

- S... sí, por favor, empieza lento.

Ykell comenzó a meter su pene de manera lenta y suave, los gemidos de Westie lo prendían más pero también lo ponían nervioso.

- ¿Quieres que pare?

- No, tú... tú sigue – le respondía su príncipe entre jadeos. – haz lo que tengas que ha... hacer.

Ykell se apoyó de su mano izquierda para sostener lo que faltaba por meter del tronco de su pene y ayudarse a sí para que sea más sencilla la penetración. Una vez con su miembro completamente adentro de Westie comenzó a moverse lento hasta que la cintura de Westie respondía por sí sola moviéndose en vaivén, entre gemidos de su príncipe como dándole señales de que podía aumenta la velocidad, Ykell parecía responder y comenzó a moverse más rápido, moviéndose con más rapidez y fluidez de manera progresiva, mientras continuaba penetrando a su amado, inclinó su torso acercándose así cara a cara con su novio y lo besaba, lamía su cuello, bajaba para lamer sus pezones mientras continuaba follándoselo. Ambos se abrazaban y los gemidos de Westie se intensificaban, como esa habitación estaba un poco alejada de los demás y habían puesto seguro a la puerta no se preocupaban por si algún familiar o criado se percatara de la situación.

- West... creo que terminaré ya ¿dónde debería?

- A...Adentro, termina adentro.

Ykell no pudo resistir más y culminó adentró de Westie, el príncipe al sentir más humedad se encorvó de placer y también terminó, manchando los torsos de ambos, estuvieron un par de minutos así mientras se besaban y se recordaban lo mucho que se amaban, Ykell sacó su pene y notaba finas hileras de semen que se nacían dentro del orificio de Westie y se rompían cuanto más alejaba su glande, ambos estaban sucios y optaron por tomar un baño, como cuando se bañaban juntos de niños y no comprendían qué sentían, sólo era inocencia.

- Te amo tanto Yk.

- Y yo a ti.

Bajaron a cenar, en la mesa se encontraba la hermana pequeña del príncipe, Júvila, su padre el rey Rivgon y la reina Sház.

Juegos de halconesWhere stories live. Discover now