Nen lil

115 1 0
                                    

                                                                  Aguasrojas

                                                                   210-DC



A Nen lil un joven alto de complexión delgada, tez pálida y ojos verde limón. Cuando la gente lo escuchaba hablar prestaban más atención a su muy marcado problema de pronunciación con la letra "s" que tenía desde muy pequeño. Vivía al sureste de Pisiente, en la ciudad costera de Aguasrojas donde grandes barcos mercantes de todo Pisiente zarpaban rumbo a Gerifaltown, cuando Raen V tomó el trono de plata exigió nuevas rutas Aguasrojas-Gerifaltown para facilitar el trabajo de los mercaderes, las playas de Aguasrojas eran hermosas. El nombre de la ciudad se le otorgó porque al ponerse el sol, cuando los rayos de éste eran más intensos y apuntaban a la escultura de sirenas dorada en el muelle de la ciudad, la tonalidad del agua se tornaba ligeramente rojiza, como si los dioses lloraran las pérdidas en las guerras.

                                              "Donde los dioses lloran, en una ciudad hermosa."

Aquél era el lema de Aguasrojas. Nen lil lo repetía casi todas las mañanas, con una actitud optimista cuando despertaba a su hermano menor, Osquitar.

- Ozqui, levántate, hoy llega la reina Naúr, he preparado unos langoztinez que están que enamorarían a cualquier muchacha de Piziente, quizá algún día aprendaz a cocinar como yo, zeguro que en algún momento igual y encuentraz una joven hermoza. – le decía Nen a su hermano mientras trataba de levantar a su hermano quitándole la sábana y abriendo la ventana de la casa cuando el pequeño Osquitar ya divisaba el sol mañanero lastimándose un poco los ojos. – hoy ze rezpira un aire frezco, zeguro hazta loz diozez zon conscientes de la llegada de la reina Naúr a Aguasrojas.

Y no era mentira, la gente de Aguasrojas estaba eufórica con la visita de la reina, era la primera vez que llegaría a Aguasrojas, habían muchos rumores de por medio. Muchos decían que incluso compraría cuatro barcos, uno para ella y los otros tres para cada uno de sus hijos.

- Nen, a decir verdad – le decía Osquitar a su hermano mientras se levantaba de la cama.- A mí no me emociona para nada la visita de la reina ¿Qué hará? ¿se retocará los labios usando su reflejo en la escultura sirenas?

- Dizez zandezez, Naúr es un pedazo de mujerón, de laz mejorez que ze pudo haber conzeguido Raen, dezían que otraz mujerez querían acoztarze con él, no lo dudo, teniendo Raen tanto dinero hazta yo lo haría – decía Nen mientras miraba la expresión de asco en el rostro de su hermano – Jeje ez broma hermanito, realmente no eztaría con ningún hombre, ni ziquiera con el más rico de Piziente, pero bueno, cambiando de tema tenemoz que aliztarnoz porque recuerda que ez obligatorio para todoz loz habitantez de aguazrojaz.

Osquitar, un muchacho de cabello ondulado, casi rizado, oscuro como la obsidiana y ojos carbón se alistaba tratando de acomodarse el cabello para un lado y poniéndose ropa muy sencilla y ligera. Él practicaba esgrima a escondidas de su hermano en una academia clandestina que no tenía licencia para dar clases, su maestro, Gean Daiz, había luchado en la guerra del bando de Viverra hace dos años, el bando ganador, y desde que regresó de la guerra le ofreció clases a Osquitar a cambio de alimento para los demás estudiantes, alimento que sobraba en el restaurante. Precisamente la ropa que Osquitar y los demás estudiantes usaban era así, ligera, por eso él estaba tan acostumbrado a esas telas tan flexibles, ropa que otras personas en Aguasrojas podrían considerar harapos. Nen siempre quiso que Osquitar siguiera el negocio de la familia, un restaurante de mariscos. Habían muchos de ellos en Aguasrojas, cuando los papás de los hermanos aún vivían su restaurante gozaba de muy buena fama, un día unos mercenarios atacaron el restaurante asesinando a sus papás dejando a Nen y a Osqui huérfanos, para ese entonces Nen tendría unos 15 años y Osquitar 10 ahora ya contaban 20 y 15 años, la vida no los había tratado nada bien. Nen siempre tuvo esperanzas de que algún día ambos estuvieran en el castillo real de Gerifaltown cocinando para el rey, la reina, sus hijos y todos los invitados que llegaran, casarse con alguna linda muchacha y tener hijos, quería una familia numerosa no como la que había tenido.

Juegos de halconesWhere stories live. Discover now