Capítulo 9 - Lo que te hace fuerte y débil

Start from the beginning
                                    

Kenny rio con sorna-"¿Los de mi tipo? ¿A qué se refiere?"

Linda desvío la mirada incómoda-"No es por juzgar, pero la mayoría de los que viven como tú, en esos barrios...están metidos en cosas que quiero lejos de Leopold"

Estaba a punto de escupirle algo como 'Oh rayos, ¡justo cuando iba a invitarlo a inyectarse heroína con mis amigos! porque claro, no tenemos dinero para comer, ¡pero siempre para drogas!' respiró profundamente y se contuvo antes de decir algo que pudiera empeorar aún más la situación para Butters. No quiso despedirse ni darle un mísero segundo más de su tiempo a aquella señora, se dio la vuelta para irse a su casa, no aguantaría mucho tiempo a esas bajas temperaturas y sin tratar las heridas.

"L-lo que hagas con tu vida es tu problema, solo no involucres a mi hijo en ello"-Fue lo último que le dijo antes de cerrar la puerta. Desde el principio los padres de Butters habían sido recelosos con su amistad (y eso que no sabían cuanto había evolucionado esa 'amistad'), ahora iba a ser mucho más complicado poder verse, no querrán dejarlo salir de casa por nada del mundo. Una parte suya se sentía culpable, era como si a medida que más se acercaban, más acortaban sus padres la correa con la que lo contenían. A pesar de la culpa, sabía también que ya había sido demasiado, faltaba poco tiempo para que tuvieran que dejar el colegio y entrar a la universidad, tenían que soltarlo, dejarlo libre para que construya su propia vida. Estaba decidido, lo ayudaría a escapar de esa jaula mental donde lo tenían sometido, incluso si eso conllevaba ayudarlo a escapar de forma literal de su casa. Ambos tenían sueños que cumplir, ahora juntos, era momento de cortar las cadenas que lo amarraban.

Sería lindo pensar que la bondad en los corazones de las personas sobrepasaba sus prejuicios, pero al parecer la gente seguía poniéndole etiquetas de acuerdo a su situación económica, sin molestarse en conocerlo primero. Era perturbadora la manera en que se evidenciaban las diferencias entre los barrios del pueblo, quiénes tenían dinero y quiénes no. A un extremo había hogares amplios, de colores brillantes, con automóviles y jardines perfectamente cuidados, al otro extremo había casas pequeñas, con demasiada gente en tan poco espacio, patios llenos de chatarra y algún que otro alcohólico tirado en medio de la acera. Vivir a un lado u otro dependía únicamente de cuantas monedas llevara en el bolsillo, pero si algo había aprendido, era que, a pesar de aquel ambiente precario, se podía vivir dignamente, siempre y cuando tuviera un corazón humilde.

Al entrar a su casa vio a su madre en la cocina, ya estaba preparando el almuerzo y con voz molesta le ordenaba a su hermana Karen que la dejara en paz y fuera a ver la televisión o algo. La pequeña soltó la mano de su madre y se dirigió tristemente hacia el sillón roñoso y deteriorado, lo único que quería era un poco de atención, estaba aburrida y no quería salir a jugar al patio porque estaba lleno de trozos de metal oxidado y ratones que se escondían entre la basura. Cuando levantó la mirada y pudo ver a su hermano mayor sonriendo desde la puerta, su rostro se iluminó y corrió para saltar a sus brazos. Kenny la abrazo con fuerza y revolvió su cabello cariñosamente, si había alguien que extrañaba tanto como a Butters era a su hermanita.

"¡Kenny, volviste!"-sonrió mostrando sus dientes-"¿Qué te pasó?"-preguntó apuntando los moretones en su brazo.

"No es nada, no te preocupes, ¡lo importante es que ya estoy aquí!"-Le dio un beso en la mejilla antes de bajarla-"¿Qué tal todo?"

"Mamá está cocinando y papá está tomando una siesta"-suspiró la castaña-"Estoy muy aburrida, no tengo con quién jugar"

"Hm, en ese caso..."-hizo una exagerada reverencia-"¿Me haría el honor de permitirme ser su noble compañero de juegos?"

Siempre fuiste tú (Style)Where stories live. Discover now