|12|Última prueba: Asesinato y sacrificio

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Después de clases, Alex visitó a Amanda

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Después de clases, Alex visitó a Amanda. Él quedó sorprendido al verla, ya que no tenía  la cicatriz en su rostro. Ella le mintió diciéndole  que  el tratamiento había funcionado. Poco después lo invitó a pasar a la sala de estar donde le ofreció algunos bocadillos y algo de beber.

—Me alegro que estés aquí —le dijo Amanda comenzando la conversación—.Necesito hablar contigo sobre nosotros —le mencionó  seriamente.

Alex escuchó con atención las palabras de Amanda, cuando le explicó que ya no quería ser su novia, él por supuesto le pidió una explicación.

—Simplemente me confundí con mis sentimientos y tome una decisión apresurada,  lo siento mucho Alex, no quise ilusionarte en vano—le respondió ella sin emociones.

Alex no podía creer que Amanda hubiera jugando con él de esa manera. Se puso de pie sin decir ninguna palabra, ya que la manera que se lo dijo le confirmaba que no sentía nada por él, simplemente se marchó con el corazón destrozado.
Amanda no fue detrás de él, no sintió pena ni culpa, simplemente sonrió. Ella ya no era la mismaque Alex y todos  habían conocido.

***

Por la tarde llamó a su padre para avisarle que necesitaba salir sola sin su chófer, le dijo que eso le ayudaría a despejar su mente.

Te espero afuera de tu casa —escuchó la voz de Caled en su cabeza.

Ella salió a la calle donde efectivamente él la estaba esperando. En cuanto lo vio lo besó inmediatamente.

—Te extrañe—le dijo ella rodeándolo con sus brazos.

—Yo también mi diablita—le correspondió él con una sonrisa—. Ven sube, es hora de irnos—le dijo abriéndole la puerta de su auto.

Amanda subió, el auto se puso  en marcha poco después.

—No sabía que tenías auto—comentó Amanda.

—Los demonios poseemos aliados tanto humanos como no humanos en este mundo, por lo tanto podemos disponer de los todos los  bienes materiales que deseemos—le respondió Caled.

—Eso es genial —le respondió ella sorprendida .

Caled manejaba un poco nervioso ya que debía confesarle a Amanda lo que consistía la última prueba, sólo esperaba que ella se atreviera a cumplirla. Minutos después llegaron al parque de diversiones, donde se subieron a varios juegos. Los dos se divirtieron mucho, hasta que el sol comenzaba a ocultarse.

Caled dejó a Amanda en la puerta de su casa.

—¿Te gustaría ir a cenar conmigo esta noche?—le preguntó Caled un tanto nervioso.

—Me encantaría—le respondíó ella con alegría.

—Pasare por ti  a las siete de  la noche—le dijo él, besándola levemente.

Amanda ingresó a su casa feliz y ansiosa, aunque en todo el paseo pudo notar a Caled pensativo como si le quisiera decir algo y no de atrevía hacerlo. Todavía su padre no había llegado al parecer llegaría tarde hoy, porque tenía una cena importante con algunos de sus clientes, su madrastra lo iba  acompañar, su tía había salido con una amiga a divertirse un rato, mientras su primo continuaba en la casa de su amigo. Amanda se ducho, se puso un vestido de noche negro largo con un escote en la espalda.

Baja mi amor estoy en la sala esperándote—escuchó la voz de Caled.

Ella bajo, él la esperaba al comienzo de la escalera, cuando llegó tomó su mano para besarla.

—Te ves muy hermosa—le dijo él con sus ojos rojos.

Amanda quedó embobado por lo atractivo que se veía Caled con su traje negro con corbata.

—Tu te ves, apetecible —le dijo ella besándolo con pasión.

Después del intenso beso ambos salieron de la casa rumbo al restaurante. Cuando se estacionaron, él le ayudo a bajar del auto, la tomó de la mano e ingresaron al restaurante.

—Ven, nuestra mesa está en la terraza—le informó Caled llevandola hacia las escaleras.

Cuando llegaron, Amanda observó el lugar, el cual estaba decorado con luces de colores, en medio se encontraba una mesa con velas, una exquisita cena y un  reproductor de sonido que tocaba  canciones lentas y muy románticas:  perfectas para la ocasión.

—¡Esto es hermoso!—exclamó Amanda sorprendida por lo que él había preparado.

Él le pidió que se sentará, Amanda comenzó a digustar de la comida, ella le preguntó de que se alimentaban en su mundo, ya que vio que él no habia probado mucho su comida.

—En el infierno no existe el alimento, sólo lo hacemos cuando estamos en la tierra ya que poseemos un cuerpo humano al cual alimentar—le respondió—. Para mantenernos dentro de este mundo debemos poseer de un cuerpo humano para depositar nuestra alma en el, y así poder desplazarnos como un ser humano común y corriente. Normalmente elegimos seres que llevan pocas horas de haber muerto —le explicó Caled.

Sus palabras aumentó  la curiosidad de Amanda. Lo que acababa  de mencionar Caled era increíble. Nunca se imaginó que ese cuerpo físico no le pertenecía a él.

—Cuentame un poco sobre la vida en el infierno ¿Como es vivir ahí? ¿Qué tipo de cosas deben encargarse ustedes?—le preguntó con  curiosidad.

Caled se preparó para responderle con sinceridad.

—No es nada agradable para un humano vivir en el infierno. Amanda debes saber que vivir ahi puede ser traumático para ti, por las cosas que se desarrollan allí. —le explicó—. En el infierno estamos divididos por sectores, donde cada uno es una comunidad de demonios, yo por ejemplo pertenezco al sector 3. Cada uno tenemos un área o trabajo que debemos encargarnos, pero esos detalles  te los contaré luego—le mencionó. Amanda, se dio cuenta que esto, era más serio y real de lo que ella se imaginaba—.¿Quieres bailar?—le pidió caled  poniendose de pie y extendiendo su mano.

Ella le correspondió de inmediato se puso de pie y comenzaron a bailar al ritmo de la canción.

—Se que me quieres decir algo que has estado evitando desde esta tarde —le dijo Amanda viéndolo fijamente—. Vamos Caled, dímelo se que se está relacionado a la última prueba—le mencionó.

Caled, ya no podía ocultarlo más, había llegado la hora de decírselo.

—De acuerdo Amanda, te lo diré—le respondió —. En la última prueba deberas hacer dos cosas: la primera;  asesinar a un ser querido, pero debe ser  alguien a quién realmente ames y la segunda; debes sacrificar tu vida por mi, mediante un ritual. Todo esto es necesario para poder completar la última prueba —añadió.

—¿Qué pasa si me rehusó hacerlo?—le preguntó Amanda preocupada.

—Habran consecuencias que debo enfrentar yo mismo—le respondió—. No te preocupes por mí, no estás obligada hacerlo, es tu decisión —le recalcó—. Tienes tres días para pensarlo y realizar la prueba, pero durante ese tiempo no podremos vernos hasta que cumplas la mitad —le informó.

Amada quedó pensativa al conocer en que consistía dicha prueba. Ahora debía de tomar una decisión que marcaría su vida para siempre. La pregunta era: ¿Estará dispuesta a todo por él?

Caled: Un Amor InfernalWhere stories live. Discover now