2 . Tormenta para Lobos

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A Ekatherina, la loba Alfa de la manada, y su pareja, aquello también le estaba molestando profundamente.

—Los Alfas suelen seguir a su naturaleza, y dominar lo es —le dijo ella, recargando su cabeza en el hombro de su compañero—, puede ser un niño, pero al final, un Alfa.

Había aceptado y hecho demasiado para estar en esa posición. Bastián no podía quedarse sólo sintiéndose inquieto: las decisiones, y actuar dejando las nimiedades emocionales a un lado, como lo era la piedad, eran aspectos sobrantes de su naturaleza.

El Omega madre del joven estaba cerca de su celo, lo sabía al haber pasado cerca de él, y eso podía usarlo a su favor; entonces quien podría ser una amenaza para él, bajaría la cabeza.

Ese día ya se encontraba rondando la tienda de Fausto, el aroma del celo ya era evidente; agradeció lo conveniente de la locación del Omega, lejos de las otras tiendas, estaban solos. Sólo tenía que morderlo durante el celo que ya había comenzado. Siempre se preguntó, cómo un Omega sin unión pudo lidiar el celo.

Entró a la tienda con de manera lenta en su forma humana. El Omega estaba temblando en un rincón de la tienda, cubierto con pieles para cubrir su piel del frío, pero con el color enrojecido de su piel, se podía ver porque se había desnudado.

Fausto no se gira, sigue dándole la espalda, con su cuerpo encogido, y sus sentidos aturdidos por su celo venidero, realmente su entorno era secundario; todavía podía mantener su mente clara, tantos años sólo, y el tiempo que estuvo con Dimitri, le enseñaron a conservarse medianamente entero sin las hierbas.

Bastian decide que tomar su forma de lobo es innecesario. Quita sus cabellos negros de su rostro, y con movimientos diestros se quita la parte superior de la ropa. Fausto no logra reaccionar lo suficientemente rápido al percibir la esencia del Alfa.

Bastian lo empuja contra el suelo, y lo retiene con el peso de su cuerpo. Con una mano sostiene la cabeza de Fausto, para descubrir su cuello.

El Omega sabe que si no hace algo, él mismo perderá su voluntad a lo primal de su naturaleza. Piensa en su hijo, y en Dimitri para mantener su mente en la situación.

Pataleo con tal ahínco, que hizo desequilibrar un poco al Alfa; con una de sus manos libres, busca una daga que tenía en la mano hacia unos segundos; sabiéndose un Omega sólo, y con un cachorro, siempre la traía consigo, claro que con la arremetida del Alfa la soltó al ser estrellado contra el suelo.

Tomó la daga con tal fuerza que fue doloroso, y mientras Bastian se distraía intentando inmovilizarlo con su peso, y manos en su cabeza para descubrir su cuello, él la entierra con toda su fuerza en la vena principal del cuello, la giró como pudo para profundizar la herida y el dolor.

Estaba aterrado, y sorprendido, de verse capaz de defenderse de esa manera, de atacar al mismo líder.

Bastian se estaba comenzando a ahogar, y su pecho a cubrirse con su sangre. En un intento de resistir la herida, tomó su forma de lobo.

El Alfa de blanquecino pelaje, ahora se encontraba con buena parte cubierto de sangre. El Alfa gruñó furioso, y notablemente aturdido, saltó sobre Fausto para destrozarlo. El Omega logra tomar un leño para repeler el primer embate.

Bastian se movía de forma lenta y torpe por la rápida pérdida de sangre. Lo cual permitió a Kotine saltar sobre él, para embestirlo casi a la entrada de la tienda.

El Omega observa sorprendido la escena. Su hijo, aunque siendo un lobo más pequeño, estaba imponiéndose, rompiendo la piel del cuello del líder, mientras lo obligaba a retorcerse en el suelo.

Canción para lobos solitarios [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora