Capítulo 6: "All too Well"

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Al tumbarse en la cama de su habitación, Jensen sintió como algo se arrugaba bajó su camisa. Al revisar, notó que era un papel en donde estaba escrito lo que parecía un poema con elegante caligrafía.

—¿Es enserio? —Ahora recordaba, era el papel que supuestamente se le cayó a él, pero pertenecía a Ian.

Tocaron la puerta.

Genial, nunca tendría tiempo para tomar una pequeña siesta.

Se colocó de pie y caminño hasta la puerta. Ahora estaba tomando en cuenta la posibilidad de tener un sirviente. El rey se lo había propuesto, pero se negó por el hecho de que no quería a nadie merodeando entre sus cosas.

—Hola... Jensen.. umm... ¿Estás ocupado?

Era el príncipe. El rubio se preguntó que hacía ahí. Y todavía más, ¿Parecía nervioso?

—Bueno, mi madre ha llegado y todos están en una aburrida celebración en la que no me necesitan —dijo el príncipe respondiendo a la pregunta mental de Jensen— ¿Te gusta la cacería?

La cacería tenía dos ventajas: Una era que se despejaría al fin del peso que tenía encima, pues era muy bueno en cabalgar y tirar flechas. Y la otra era que estaba con el príncipe, era un buen comienzo para sacarle información.

Ahora estaban los dos cabalgando por el bosque en busca de un animal. "Venado de preferencia" había dicho Jared antes de partir.

—¿Suelen hacer esto en Weimar? —preguntó Jared por decir algo.

—No muchas veces como me gustaría —respondió Jensen con una sonrisa. Bajaron la velocidad de sus caballos y continuaron siilosamente. —Así que... ¿La reina ha llegado?

—Había estado en Bulgaria. Con la familia de mi prometida.

—¿prometida? —preguntó Jensen friamente. Aquello le había dejado conmocionado ¿Había escuchado bien?

—Lo sé. Muchos también se sorprenden. Lo anunciamos por ahora a nuestra familia. —dijo Jared deteniendo por completo su caballo a lo que el rubio lo imitó— Al menos eso reforzará nuestro poder. ¿Te imaginas? Seremos imbencibles con ambos ejercitos de los dos reinos unidos.

Jensen lo sabía. A su padre no le gustaría nada pensar en ello. Debía actuar rapido.

—No pareces muy feliz al respecto... ¿La amas?

—Debo hacerlo.

Jensen estaba a punto de responderle, cuando la paz que rondaba por el bosque fue interrumpida por un sonido lejano que Jared notó.

—¿Escuchas?

—Me parecen... ¿Caballos?.

Jared tomó el control de su caballo y empezó a cabalgar a gran velocidad. Jensen reaccionó muy tarde y lo seguía a lo lejos.

—¿Qué sucede?

Pero el príncipe no respondía. Sólo continuaba cabalgando en direccion al ruido que sonaba más claro a medida que se acercaban.

Jensen lo perdió de vista por un par de minutos. Se desesperó mientras trataba de encontrar el rudio. Entonces fue cuando escuchó el ruido de varias personas. Se dirigió hacia el lugar y llegó en el momento en el que una persona caía de rodillas al suelo. Era Jared.

—¡Hey! —gritó Jensen a lo que la persona que estaba de pie junto al príncipe dejó su espada manchada de sangre y huyó en dirección contraria.

Él quiso perseguirlo, pero los lamentos de Jared lo hicieron entrar en razón. Se acercó y se arrodilló para tomar sus brazos y notar como su ropa estaba cubierta de rojo.

—¿Pero qué...? —preguntó Jensen alarmado— ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

—Yo... —decía Jared en un susurro— Necesito...

—Bien, estarás bien... está todo muy bien ¿De acuerdo? —decía el rubio tratando de colocarlo de pie a lo que el príncipe se negaba— Estás desangrándote. Espera un momento.

Jensen se sacó el abrigo quedando sólo en camisa para poder cubrir la herida del príncipe. —Bien, tendré que quitarte esto... ¿Me permites? — Jared sólo asintió

Muy pronto la parte superior de Jared pronto estubo descubierta. Jensen se sonrojó. No creía que eso estuviera pasando. Y lo peor de todo, no sabía por qué aquella vista le provocaba el rubor en sus mejillas y la inseguridad en sus manos.

—Bien, no esta tan mal —dijo una vez que cubrió la herida del castaño tan bien como pudo.

—Duele... de verdad —dijo Jared tocando su abdomen— Fue suerte que la herida no fuera mortal.

—¿En qué estabas pensando? ¿Quiénes eran ellos?

Jensen no esperó respuesta y tomó a Jared por la cintura, dejando que este se sostuviera en el para poder subirlo al caballo. Debían volver rápido. Si bien había logrado parar la hemorragia, un experto tenía que revisarlo. Cuando estubo listo, empezó a caminar mientras el príncipe descansaba encima del caballo. Fue entonces que habló.

—Contrabandistas. Eran contrabandistas. 

Falsa IdentidadWhere stories live. Discover now