12.Un secreto desvelado

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—¡Ayuda! —gritó Brian paralizado.

Aquellos recuerdos agridulces se difuminaron. Sabía que tardaríamos mucho tiempo en volver a estar como antes. Ángel y yo caminamos hacia el lugar de donde parecía provenir la voz de Brian.

Una de las personas que formaban parte de La Gente de la Sombra nos cerró el paso. La oscuridad les servía para camuflarse con el entorno, así que no podía ver su aura como pasaba con Ángel.

—Ayuda a Brian. Luego iremos a encender la luz —propuso Ángel con decisión.

—De acuerdo

Multitud ojos provenientes de la organización nos acechaban.

Las estrellas y la luna llena quedaban tapadas por las nubes. Los árboles estaban sin la protección que le ofrecían las hojas y las flores. El frío del exterior, propio del invierno, se filtraba en la casa por el pequeño espacio que quedaban de las ventanas cerradas.

Me acerqué a Brian. Toqué con algo que parecía ser un brazo de uno de los integrantes de la organización, así que aproveché el momento para agarrarle por la espalda y apartarlo de él.

—Gracias. Me he tropezado —escuché como Brian se limpiaba el polvo de los pantalones.

—De nada —le sonreí en medio de la oscuridad.

—Brian, deberíamos encender la luz. Tú sabes dónde está —le aconsejé mirándole donde creí que estaba.

Oí los pasos de Brian alejarse de donde nos encontrábamos Ángel y yo. Sabía que cerca de nosotros, La gente de la sombra nos estaba acechando. Después de levantar a Brian, reinó el silencio. Eso me provocaba escalofríos.

Las luces se encendieron.

—Se había encallado el interruptor. Siento que la visita sea así —explicó Brian echando un vistazo las luces.

—No te preocupes —le lancé la mejor sonrisa.

Ángel y yo intercambiamos una mirada de reojo para leernos el pensamiento. Si Brian supiera lo que estaba sucediendo en realidad no se lo creería; de estar en su lugar tampoco lo haría. Ahora mismo, había dos miembros vestidos con prendas anchas y negras detrás de él. Nos tenían rodeados.

Me alegraba en cierta manera que pudiera retrasar en la medida de lo posible que tuviera que mostrarle lo que soy. En el fondo, suponía que tarde o temprano llegaría el momento en que debería enfrentarme a ello. No podía hacer nada para remediarlo. Lo único que deseaba era que escapáramos de allí sanos y salvos y que Brian me entendiera.

—Tenéis algo que buscamos —la mujer pelirroja dio un paso para adelante. Nos separaban escasos centímetros.

El nombre tanto de la mujer como del hombre que se encontraban cerca de Brian los tenía en la punta de la lengua, pero no me salían. Los conocía de hacía bastante tiempo como para saber que debía ir con mucho cuidado.

—¿Preparada? —preguntó Ángel con voz calmada.

Si, cierto. ¡Estoy preparada! ¡Vamos a ello! me sentí más viva. Esperaba que eso me ayudara a alejar mis miedos lo suficiente como para no pensar en las consecuencias.

Alguien me picó en el hombro derecho desde la parte de atrás de la espalda. Me había quedado cara a cara con Ángel. Se me había olvidado que Brian estaba con nosotros. No me quedaba otro remedio que utilizar mis poderes para poder salir vivos de aquí; me asustaba a cómo podría reaccionar cuando lo descubriera, no me sentía lista para contárselo. Esperaba no perder la gran amistad que tengo con él. Lo que tuviera que ser, sería.

Los ojos de Lea #PGP2023✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora