SHIN HOSEOKIE

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-¡Hoseokie, abre la canilla!- sujete la manguera esperando a que salga agua pero nada.


Bufé y tire la manguera al suelo enojada. ¿Cómo se supone que lave el maldito auto si no la abre?. Me dirigí al patio trasero a buscarlo, de seguro estaba allí entreteniendolo.


Después de su fiesta de cumpleaños, Wonho, se fue a Japón ya que tenía trabajo allí. Yo, en cambio, me quedé en Corea debido al casamiento de mi madre. A los dos días, me fui a reencontrarme con el en Japón y estuvimos viviendo en Tokio en un departamento pequeño pero acogedor para nosotros.

Todo iba bien, o al menos eso creía Wonho, pero yo no me podía adaptar al país, el lenguaje y la comida. Lo odiaba. ¿Habrá sido porque ese lugar retuvo a Wonho tantos años?... No sé, pero tuvimos un fuerte pelea debido a ello y esa pelea termino conmigo en Corea en mi casa antigua, y él, en Japón en su departamento.
Pero eso no duró tanto ya que a las dos semanas descubrí algo importante que me cambiaría la vida... Y ese era mi pequeño Shin Hoseok. Estaba sola, asustada y me había mas que impactado el saber que estaba esperando a un mini Wonho. Lo único que atiné a hacer fue marcarle a él. Lloramos como unos idiotas por el teléfono y Wonho tardó unas ocho horas en estar conmigo, donde me besó, abrazo y mimo a mí y su pequeño retoño los siguientes siete meses de gestación, porque para cuando lo supe ya llevaba dos meses con aquel angelito en mi vientre.


El parto fue lo más divertido sin duda, aunque también fue doloroso, pero allí pude apretar, morder, pellizcar y maldecirle todo lo que quise. No les voy a mentir me desquite y vengue por muchas cosas que pasaron tanto como en nuestra adolescencia como en nuestra vida de adultos.

Y de eso pasaron cuatro años, ya vivíamos en mi antigua casa de Corea, teníamos un auto, trabajo y salud, no puedo pedir nada más... ¡Excepto que me habrán la maldita canilla! Tal como predije, ahí estaba Hoseokie jugando a la mancha con su padre ¿O era al revés? La verdad es que la mayoría del tiempo no se quien es la criatura.



Tome aire y grité:

-¡Shin Hoseok!- ambos se giraron a verme -¿No prometiste ayudarme a lavar el auto?- coloqué mis manos en la cintura y Wonho apartó la mirada, y en un intento disimulado, intentó meterse en la casa.

-Fue papi- Hoseokie su tierna vocecita sonó, lo señaló con su pequeño dedito y Wonho se frenó -el dijo que estaba aburrido no me dejaría ir si no jugaba con él un rato-



Suspiré y me gire a verlo. Él estaba tan hermoso y sexy como siempre, aún vestido de entre casa, con su pelo negro que hacia contraste con su piel blanca y una sonrisa de niño travieso que nunca se le quitó aunque los años pasaran. Volví a enamorarme un poco más después de verlo así. Suspiré de nuevo.


-Hoseokie- me dirigí mi pequeño y me arrodille delante de él mientras tomaba sus manitas -recuerda que sos más maduro que tu padre, así que no te quedes jugando solo con él y ayúdame un poco ¿Si?- él asintió -¡Ese es mi pequeño gran hombrecito al que amo!- le revolví los cabellos y le di un besito.

-¿Y yo?- preguntó Wonho detrás de mí -¿No hay para mí?-

-Ahora lavemos el auto que el abuelo dijo que te pasaría a buscar- le sonreí a mi bebé ignorando a Wonho y le agarre su manita mientras nos adentramos a la casa para volver al patio delantero donde estaba el auto.


Pasamos por al lado de Wonho y Hoseokie le saco la lengua. Wonho abrió sus ojos haciéndose el sorprendido y le saco la lengua.


-Te estoy observando Wonho- le dije en tono de amenaza antes de entrar.


Explicable [TERMINADA]Where stories live. Discover now