I. I. HERE-JUNNA

222 6 12
                                    

-___, querida levántate.

Me removí entre mis sábanas, sin querer escapar del calor que ellas había, estiré mi brazo como queriendo encontrar a alguien que durmiese a mi par, pero sólo apreté la suave tela entre mis manos. Hasta ese momento abrí los ojos, admiré la brillante luz que se filtraba entre las cortinas y las motas de polvo que flotaban a mi alrededor, me senté con un leve sentimiento de vacío, como si alguien a quien aprecio falte. Estire mis brazos y piernas para dar inicio a mi mañana, presintiendo que todo iba a cambiar el día de hoy.

-Ey... Aquí está mi kouhai preferida- Me saludó Kei Takeda, el hijo de uno de los asociados de mi papá. Él era como un gran oso de peluche él cuál había empezado a ejercitarse, su rostro era de facciones gruesas pero amables, su cabello era negro azabache que siempre estaba corto pero desordenado, sus ojos eran de un color difícil de determinar porque parecía que cambiaran con la luz, su piel era morena y siempre tenía una sonrisa plasmada en el rostro.

-Hola Nerd- Me miró dolido pero sabía que jugaba con él, a pesar que lo conozco desde hace unos años y era mucho mayor que yo además que era algo raro de mi hermana Tsubomi, siempre me llevaba y traía de la universidad.

-¿Cómo ha estado todo con Tsubomi-chan?- le pregunté antes que hiciera otra cosa.

-Como siempre- suspiró mientras caminábamos hacia el campus. -Sigo siendo demasiado cobarde como para decirle algo.

-Hombre, que ya todas sólo estamos esperando los sobrinos, sólo hace falta que preguntes.

Él se puso como tomate, incluso se le empañaron los lentes. Me miró con odio fingido y luego sonrió socarronamente.

-____, niña, al menos yo ya sé que ella es mi alma gemela, no crees que ya teniendo 20 deberías preocuparte un poco- me giré hacia él y me acerqué amenazadoramente. -Di en el quid de la cuestión, ¿No?

Suspiré con pesadez y decepción, la mayoría tenía los sueños de su alma gemela a más tardar a los diecisiete años, muy pocos los tienen después incluso un grupo muy reducido los tiene desde la niñez. Mi caso era raro y sólo mi hermana Yuriko sabía todo el drama, mis sueños eran muy confusos porque aparecían muchas personas, pero éstas tampoco tenían un rostro definido, incluso hace unos años pararon, hasta el día de hoy que fue una voz la que apareció.

-Tienes razón, pero creo que nunca diste tan certero en el clavo, Kei.

Llegamos a la Universidad Murakami, él se despidió de mí para ir a su trabajo, hoy no habían clases pero si tenía que ir a arreglar unos papeles con mi matricula y casi me dejan fuera de este semestre, los árboles de cerezo estaban llenos de hojas y botones a punto de abrirse, algunos ya habían empezando.

Los estudiantes iban y venían contemplando el paisaje emocionados por el nuevo semestre, cuando miraba ese paisaje frente a mí lo veía con nostalgia, era como si debiera estar con alguna persona viendo esto, como si un paisaje igual a este, hubiese sido grabado en mi mente con un recuerdo tan feliz. Pero nada seguía sin llegar a mí mente. Entre al frío y blanco edificio dónde estaban las oficinas, solo escuchaba mis pisadas, el fresco aroma del aire acondicionado hacía que mis brazos se enfriaran, los froté mientras me golpeaba mentalmente por no haber llevado mi chaqueta. Suspiré tratando de recordar esa voz, pero mi vano intento hizo que mis pensamientos me distrajeran y gracias a eso no estaba preparada con mis papeles.

-Bien, hecho chica- mascullé buscando mi folder en mi bolsa.

Shimizu, el banquero, se me quedó viendo mientras ordenaba mis papeles.

Yoru wa Nemureru Kai? || Ikoma y Tú || (CANCELADA) Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu