Sexta flor: Presagio

3.1K 433 168
                                    

Kaminari lo ha estado ignorando todo el día. De hecho, puede que no solo haya sido ese día, sino que también los anteriores. Los saludos que le da son bastante secos, y ya no parece responder a sus bromas como solía hacerlo antes. No sabe si ha hecho algo para molestarlo, o si simplemente no está de humor. Pero lleva todo la semana junto a Midoriya, y Kirishima comienza a pensar que debió de hacer algo realmente malo para que el rubio haya obviado su existencia.

Y es más, parece ser que al único que ha estado ignorando es a él. Puede afirmarlo al verlo reír tan a gusto con Mina y Sero. ¿Acaso se ha enojado con él por algo? ¡Dejar los asuntos sin resolver de esa manera no es nada varonil!

Y, hablando de eso, una conversación entre ellos llegó a sus oídos (se repite a sí mismo que no está cotilleando, simplemente debería saber si algo está ocurriendo con su amigo).

—Kaminari, ten —sonrió Ashido, mientras esperaban que el profesor llegara al aula—. Me había olvidado de devolvértelo antes.

Kaminari observó con confusión el libro que Ashido le ofrecía, cuyo título rezaba "Los vecinos mueren en la novelas". Mina ladeo la cabeza, esperando una respuesta.

—¿Qué sucede, Kaminari?

—¿Te lo había prestado? —preguntó el rubio, recibiendo el libro de su amiga.

—Uhuh. Hace como dos semanas. ¿Lo olvidaste?

Kirishima observó de reojo como la expresión de Kaminari se transformaba de confusión a preocupación. Aunque el efecto duro muy poco, antes de que el rubio volviera a sonreír. Kirishima no pudo evitar sentirse incomodo ante esa expresión.

—No lo había olvidado —sonrió—. Solo creí que jamás me lo devolverías.

Ashido comenzó a reclamarle, entre risas, que ella jamás se olvidaría de algo así. Aunque de todas formas, Kirishima no pude escuchar mucho más.

—¡¿ME ESTAS PRESTANDO ATENCIÓN, PELO DE MIERDA?!

—Ah, perdón.

Aún tienen diez minutos para que comience la última clase del día, y ya que milagrosamente logró convencer a Bakugou de que le explicara un tema que no termino de entender, no debería distraerse. Eso se dice a sí mismo, pero la verdad es que no puede evitar observar por el rabillo del ojo a Kaminari.

Bakugou no dice nada. Lo mira por unos instantes, antes de suspirar.

—Como sea, sigamos.

Kirishima asiente ante sus palabras. Bueno, eso fue raro.

(***)

El curso de héroes empezaría en breve. Ahora mismo se encontraban en los vestidores, cambiándose para los entrenamientos. Excepto Mineta, que seguía buscando una forma de espiar en los vestuarios de las chicas, ignorando la voz de Iida que le seguía repitiendo que eso era indecoroso y desagradable.

Cuando se terminó de colocar sus botas, Kirishima le dio un vistazo a su amigo, que estaba terminando de desabrocharse su camisa. Probablemente fuera su última oportunidad para hablar con él de lo que sea que lo estuviera molestando.

—Kaminari, ¿quieres que vayamos a comer hamburguesas hoy? ¡Yo invito!

El rubio tardo un par de segundos antes de voltearse y mirarlo con una sonrisa incomoda.

—Lo siento, hermano. Ya hice planes para después, así que no puedo.

Su voz había sonado forzada, incluso un idiota podría haberse dado cuenta. Inmediatamente el rubio volvió a darse vuelta, casi metiendo la cabeza en su casillero. Kirishima lo miro apenado, antes de volver a sonreír.

Recuento de FloresWhere stories live. Discover now