todo cambia

6 1 0
                                    

Es agosto y ya nada será igual, todo ha cambiado, ya no despertaré con sus mensajes de amor por las mañanas, ya no me distraeré con sus llamadas camino al trabajo, ya no esperaré la hora del almuerzo para poder conversar de nuestro día a día, burlarnos del tiempo y la distancia, y que juntos lo podemos todo, ya nada es igual, ahora me siento muy frágil y vacía, él llenaba mi mundo, y ahora el mundo es muy grande para mí, ahora puedo ver el caos del cual él me apartaba, ahora entiendo cómo su magia cubría mi realidad, pero él ya no esta, y me duele recordarle , me duele despertar cada mañana y recordar que murió, que se fue sin tener la oportunidad de despedirnos, su vida se apagó y con él mi luz, y con él mi vida.

Seis y seis de la mañana, debo levantarme, "la vida continúa", es la maldita frase que escucho repetir a todos los que me rodean, cada día, a todas horas, sí, la vida continúa, pero en verdad es vida esto, la vida es vivir, y yo no vivo, solo sobrevivo.

-alo!, sí mamá, estoy bien, no tienes porqué llamarme cada mañana.

-Beatriz, no puedo no preocuparme por ti, soy tu madre, y hoy más que nunca debo hacerlo.

-sólo necesito tiempo, tiempo para recuperarme, sólo eso, y llamandome cada día desde su muerte solo hace que le recuerde más, y me lastimas.
-no aguanto tus llamadas mamá, no las aguanto, me recuerdan su ausencia pensé, y acto seguido colgué el teléfono.

Hoy primero de agosto celebraríamos un mes más de novios, aún recuerdo el día en que por fin tras tantas indirectas se atrevio a pedirme la mano, recuerdo su rostro sonrojarse y esa sonrisa de cristal que siempre tenía cuando me hablaba, recuerdo cada palabra que pronunció: "...porque sé que no necesito nada más que tu presencia en mi vida para vivir, porque sólo a tu lado es cuando he logrado sentir latir mi corazon por amor y no por el simple hecho de su naturaleza, porque la luz que tú me brindas ha logrado asesinar cada sombra en cada rincón de mí alma, porque te amo, porque sólo quiero ver envejecer el tiempo a tu lado, por todo ello Beatriz, ¿te casarías conmigo?..."

-pero hija, es lo que debo... -y la llamada se corto, al otro lado solo silencio, Marta entendió que su hija habia colgado.

Siete de la mañana, no soporto estar en casa, cada rincón es un recuerdo, cada eco lleva su voz...
Desde que Joaquín murio hace una semana solo llego a casa a dormir y a penas despierto por la mañana salgo de ella para perderme en las viejas calles del pueblo o el parque, no importa el lugar, solo importa ver pasar el tiempo, solo eso importa ahora.

Camino hacía la estación para tomar el tren de la siete y diez de la mañana, debo recoger una carta que tiene como destinatario a Joaquín, eso me tiene asombrada, en los dos años de relación que llevábamos juntos nunca había recibido mensaje alguno, pero hace tres dias recibí la llamada de la casa postal para avisarme sobre una carta a su nombre y que debía recogerla el lunes por la mañana caso contrario se iría a la basura, políticas de la empresa menciono el empleado al escuchar mis argumentos del porque se me hacía imposible ir por el momento, pero no importaba mi dolor, "políticas de la empresa", es lo que obtenía del trabajador siempre como respuesta.

El tren esta más lleno que de costumbre, los cuatro primeros vagones siempre son los más repletos porque están mejor cuidados que los tres siguientes, pero hoy siento más cantidad de personas, y el vacio que llevo dentro no combina con el espacio que me rodea, el viaje en tren también me recuerda a él.

De pronto el tren frena sorpresivamente, por los parlantes internos el maquinista anuncia una pequeña falla en los controles y que en unos minutos se reanudará el recorrido habitual, aclara también que por seguridad todos los pasajeros deben avanzar a los vagones siguientes, sin embargo, muy pocas personas hicieron caso al aviso, razón por la cuál solo los vagones cinco y seis recibieron nuevos pasajeros.

Minutos más tarde el tren reanuda su recorrido, se detiene en la estación Guardia a las siete y treinta de la mañana, diez minutos despues de lo habitual,
entonces decido avanzar hasta el último  vagón,  quiero estar sola, y al ver la poca cantidad de gente que se sumo a las que ya se encontraban en los vagones cinco y seis, me hizo pensar que el vagón final estaría vacío, tan vacío como mi alma, pero me equivoque, al pasar observe a un hombre en medio de toda esa soledad, un ser con una mirada tan vacía como la mía, llena de dolor, de miedo...

La Calma En Tus OjosWhere stories live. Discover now