- si no quieres besarme, yo lo haré por ti pequeña – murmuró con la voz ronca

Poco a poco empezó a acercarse a mi rostro hasta que juntó sus labios en los mis formando una apasionado beso. Mis brazos viajaron a su cuello y los de él a mi cintura, cada vez el beso aumentaba de tono. Pero no era un beso cualquiera, era uno especial; no faltaban palabras que explicasen el sentimiento de cada uno. Justin se acercó a mi cuello, dejando pequeños besos. Solté un pequeño gemido, él notó mi expresión y empezó a besar más rápido. Sus labios subieron a mi boca de nuevo, su lengua rozó mis labios pidiéndome permiso para entrar a mi cavidad bucal, abrí un poco mi boca y la lengua de Justin empezó a jugar con la mía. Nos separamos por falta de aire y nos miramos sonrojados. 

- eso fue... - Justin me interrumpió

- increíble – sonrió - ¿quieres terminarlo en tu habitación? – me preguntó coqueto

- con lo que hicimos recién me conformo – Justin suspiró frustrado y asintió

Empecé a subir las escaleras. Al llegar a mi habitación me iba a despedir de Justin pero este ya me estaba besando. Enrollé mis piernas en la cintura de él y mis brazos en su cuello. Justin me tomó de mis muslos mientras se adentraba a mi habitación. Empezó a caminar hacia la cama y luego me recostó sobre esta. Justin se quitó la camiseta y se puso sobre mí sin aplastarme. Empezó a besar mi cuello mientras yo soltaba pequeños gemidos, luego besó mis labios y nos separamos.

- No quiero obligarte a nada, ___, si no quieres no te obligaré – murmuró

Vamos ____, es ahora o nunca – pensé

Pero esa puta lo hizo por última vez con Justin, ¿no te da asco? – murmuró una voz en mi cabeza

Claro que tengo asco... pero quiero hacerlo – le respondí a esa voz

Como quieras... pero ambas sabemos que te vas a arrepentir – me advirtió. Le iba a responder pero Justin interrumpió mis pensamientos

- ¿____? ¿Estás bien? – me preguntó preocupado. Sacudí mi cabeza alejando esos pensamientos

- sí, quiero hacerlo, Justin – respondí segura

- ¿segura? No quiero que después te arrepientas – yo negué con la cabeza

- no lo haré – le sonreí

Justin capturó mis labios mientras de apoco me quitaba mi camisa de pijama. Sus manos recorrían mi cuerpo como si su vida dependiera de ello. Empezó a quitarme mis pantalones, creo que ya estaba roja, Justin me miró y me sonrió.

- no tengas vergüenza pequeña, todo está bien – con sus palabras me relajé

Se relamió sus labios hinchados y luego los llevó a mi cuello. De mi boca salían pequeños gemidos mientras apretaba las sabanas. Justin se sacó los pantalones y los dos quedamos en ropa interior. Se separa y observa mi sujetador, en un abrir y cerrar  de ojos, este ya estaba en el suelo.

Justin admiró mis pechos, como si hubiese encontrado un tesoro. 

El susodicho chico dio un giro y ahora yo estaba arriba de él, empecé a besar su cuello y Justin empezó a gemir más fuerte. No sé por qué lo hice, pero le había dejado una marca en su cuello.

- me vengaré por eso – murmuró con la respiración agitada

Se giró otra vez y yo quedé debajo de él, Justin empieza a sacarme mis bragas y en ese momento reaccioné.

- Espera...

- ¿Qué sucede? - Me miró asustado

- Me da miedo - Agaché la cabeza avergonzada 

- Hey, traquila. Procuraré no hacerte daño, preciosa. 

Asentí y me recosté de nuevo en la cama. 

Justin besó mi frente y se preparó para ponerse el preservativo. 

Lo siento entrar en mí lentamente, solté un fuerte gemido por el dolor. Justin entra un poco más y sentí como una lágrima corría por mi mejilla, él al darse cuenta hizo que lo mirara, entrelazó nuestros dedos y me besó suavemente los labios.

- si te sigue doliendo, me avisas y yo me detengo, ¿vale?

Asentí de nuevo. 

Justin me guiñó un ojo y empezó a entrar en mí de nuevo, no siguió moviéndose y se quedó allí por varios minutos hasta que el dolor estaba desapareciendo.

- ¿puedo seguir? 

- Vale - Lo miré a los ojos, había un gran brillo en ellos

Justin empezó a moverse lentamente. Gimo de placer y él acelera sus movimientos. En la habitación solo se escuchaba nuestros gemidos y respiraciones aceleradas.

Sus movimientos empezaron a ser más rápidos, mientras yo clavaba mis uñas en su espalda. Se sentía jodidamente bien. 

- ¡oh, mierda! – gimió

Grité su nombre mientras que el arrebatador orgasmo me quemaba por dentro.

Sacó su miembro lentamente y se acuesta a mi lado, los dos estábamos sudorosos y con la respiración agitada.

La puerta de la entrada se abre y las voces de nuestros padres nos hicieron sobresaltar nerviosos. 

Un verano con mi ex - novio «JB»-En Edición-Where stories live. Discover now