Final.

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Narra Justin

- Justin, es tu turno.

Y aquí iba yo, subiendo al altar.

No, no es para tomar la mano de mi futura esposa, si no, para despedirla.

Me acerqué al micrófono y carraspee mi garganta.

¿Nervioso? Claro que lo estaba. Las lágrimas amenazaban con salir, pero no quería, no lo permitiría; tenía que ser fuerte.

Miré una vez a las personas que me observaban atentos. No estaba listo. Por unos segundos traté de planear mi huida, pero no hubo resultado.

- Yo... ahg. – Respiré hondo. – Cuando un ser querido fallece es inevitable sentirse apenado... Sobre todo si era una persona muy especial para nosotros. Todos sabemos que en un determinado momento tendremos que dejar este mundo, pero no siempre estamos preparados para ello. Jamás vamos a aceptar la idea de que algún día las personas que amamos se tendrán que ir, y nunca vamos a soportar que se hayan ido. Hoy es uno de los días más tristes de mi vida, pues le diré adiós para siempre a una persona muy valiosa para mi, mi novia. Desde el día en que la conocí, el día en que la vi por primera vez, creí que era un ángel, literalmente. – Solté una pequeña risa. – Ella traía unas alas y un hermoso vestido... Se veía bellísima. Ese día me di cuenta de que existe el amor a primera vista, quizá mucha gente es incrédula ante esta situación, pero solo las personas afectadas serán realmente consientes de lo que les ha ocurrido. Cuando empezamos a conocernos pude darme cuenta de que ella era una persona especial, ella era la chica perfecta. Ella me empezó a gustar demasiado. ¿El por qué? Simple, porque ella era diferente al resto, por su manera de ser, por esa forma tan linda en la que se pone cuando está escondiendo algo, por su honestidad, por su simpatía. – Las palabras salían por si solas. – Me hacía feliz cuando iba caminando por la calle y de la nada comenzaba a reír, cada día mi cariño aumentaba más cada vez que su mirada se posaba en mi, su manera de mirarme era única; sus ojos tenían un destello impresionante. Tengo un proceso bioquímico en el hipotálamo debido a la segregación de dopamina... Me enamoré profundamente de ____ y quiero gritarlo al mundo. Cuando le declaré mi amor fue el mejor día de mi vida. Mi amor era correspondido. – La realidad me golpeó como un fuerte rayo. – Ahora aquí, solo me queda decirle adiós. – Un gran nudo se apoderó en mi garganta. – Es obvio que no estoy preparado para esto, y también que nunca lo estaré. – Pasé mi mano por mi cabello en un intento de relajarme, lo cual no resultó. – Dicen que al perder seres queridos nos damos cuenta de cuánto significaban para nosotros... Nada es para siempre, y lo triste es que es verdad. Con ___ compartí muchos momentos inolvidables, momentos que me hicieron sentir el hombre con más suerte en el mundo al tener como novia a esa chica, ella me sacaba sonrisas y cada vez que me regalaba una, era verdadera. La vida no se mide en minutos, se mide en momentos. Tal vez, al reencontrarnos, mi reacción no fue la mejor de todas, ____ conoció mi peor faceta, pero, ¿Qué hizo? Se quedó conmigo, algo que me marcó de inmediato. Quizás el destino me quiso separar de ella, pero lo que siento por ____ quedará intacto. Nuestro amor es como el viento, no se ve pero se siente. Gracias por su atención.

Al terminar, silenciosos aplausos se hicieron presentes.

Bajé del altar y me dirigí a mi correspondiente asiento.

- Todo va a estar bien, campeón. – Me animó Ryan.

A mi lado Caitlin lloraba sin cesar. Que desearía hacer lo mismo, llorar sin parecer un marica. Quería desahogarme, quería salir de este lugar.

Me levanté y lentamente me dirigí hacia mi choche. Varias miradas se posaron en mí pero no me importó en lo absoluto.

Encendí el motor y comencé a conducir rumbo a mi casa.

Varios flash back inundaban mi mente, cosa que me nublaba mi visión.

"¿En qué piensas, Princesa?"

"En qué tengo el mejor novio del mundo"


"Te ves hermosa"

"Tú te ves borracho"

"Lo sé, pero yo mañana dejaré de estar borracho y tu seguirás siendo hermosa"


Aparqué el coche y me adentré a la casa.


"Te quiero, Shwaty"

"Y yo a ti, talco con patas"


Lentamente abrí la puerta de su habitación. Estaba vacía.


"Simplemente eres todo lo que necesito, todo lo que quiero."

Entré. Su aroma llegó a mis fosas nasales.


"Amarte y saber que estás a mi lado me hace sentir la persona más feliz de éste mundo, Justin."


"No creo en el amor a distancia, pero sí creo en el amor y no importa los kilómetros o circunstancias si de verdad quieres a alguien."


Estaba decidido salir de esa habitación, pero algo captó mi atención.

¿Una tanga?

Me acerqué lentamente.

Ah, no. Solo era una hoja de papel.

Observé con más detención la habitación.

Cuantas cosas no pasaron aquí.


"Me gustaría estar así para siempre"

"También me gustaría, pequeña"


"Te amo, Justin."

"Yo también te amo, ___"


Las lágrimas no tardaron en salir. Acababa de perder a la chica la chica la cual estaba enamorado.

Para siempre.

- El tiempo pasa, pequeña, pero nunca te olvidaré.



Narrador omnisciente


No recordaba nada. Observaba una y otra vez el lugar en donde estaba, pero no había resultado.

¿Dónde estoy? ¿Qué pasó? Se preguntaba, ¿Quién soy yo?

- ¿No me recuerdas?

- No, disculpa. Tampoco sé quién soy.

- Me llamo Derek Mawson y tú te llamas Mackenzie Brooks.

Derek ya tenía todo preparado, su plan estaba recién comenzando.

- ¿Y tú eres...?

- Soy tu novio, Mac

Bienvenida al mundo del Narco, princesita.

Fin.



Un verano con mi ex - novio «JB»-En Edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora