capitulo 50 Maratón 2/3

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- O… ok, ya nos vamos.

- Adiós, cuídate.

*Fin de llamada*

- ¿pasó algo? – Justin se apegó a mí.

- no, nada. – Fingí una sonrisa – tengo hambre. – comenté antes de levantarme.

- igual yo. – Hizo una mueca y miró a su alrededor. – Mira. – Había un McDonald  – compremos algo allí. – Asentí y nos dirigimos a ese lugar.

Cuando llegamos, no había tantas personas.

- ¿Qué quieres comer? – Me preguntó Justin al sentarnos.

- una Hamburguesa estaría bien. – Le sonreí

- está bien.

Justin fue a pedir la comida, mientras que yo empecé a pensar como seria nuestra relación a distancia. Tal vez no resulte, como la otra vez. Ese era mi miedo, que Justin se enamore de otra chica y que me abandone… no lo podría soportar, no de nuevo.

Un gran nudo se formo en mi garganta, quise alejar esos pensamientos y giré mi vista hacia Justin. ERROR.

La chica, la cual atendía a Justin, le estaba coqueteando ¡y Justin le seguía el juego!, los dos estaban hablando muy animadamente. ¡Hijo de Pattie! Cuando se acerque le daré su merecido… ¡esperen! Oh demonios, como no me di cuenta antes. Eso significa que Justin puede estar con la que se le dé la gana, ya que yo no estaré aquí. Quizás me esté engañando con una chica y yo en Atlanta diciéndole cuanto lo amo. ¡Pero claro!, Casi todas las chicas con las que habla se lo quieren comer, ¡obvio! Justin es como un dios griego, como no van a querer estar con él.

Sin darme cuenta, Justin ya estaba sentado al frente mío, mirándome extrañado.

- ¿estás bien? – miré la comida y al lado de mi Hamburguesa, había un papelito con un numero de celular escrito en este.

“Llámame baby ;)

Xoxo.”

 - perfetame…– Mi voz se quebró.

Tapé mi boca para ahogar un sollozo.

- ¡hey! Princesa, ¿Qué sucede? – Me miró preocupado.

- ne… necesito ir al… al baño. – Me levanté rápidamente.

Al llegar al baño, me encerré en unos de los baños y me senté en la tapa del retrete.

¡Malditas zorras!

Seguramente pasará lo mismo que antes. Si Justin me engaño una vez, lo hará de nuevo, eso es lo más probable.

No quiero perder a Justin, no de nuevo. Lo amo demasiado. Cuanto desearía que todo fuera como antes, donde no me preocupara por nuestra relación, solo por las “amiguitas”.

Odio la idea de separarme de Justin.

Alguien entró al baño y  yo tapé mi boca para que no se escucharan mis sollozos.

- ¿___? – Era Justin.

- Ya voy. – Sequé un poco mis lágrimas y salí. – No deberías estar en el baño de chicas, Justin.

- Yo debería de decirte eso, ___. – Lo miré confundida. – Este es el baño de hombres.

Carajo.

A paso rápido quise salí de ese lugar, seguida por Justin.

- ¡Justincito! – Era la misma chica que atendió a Justin. – ¿estás listo para irnos? – Sus brazos viajaron al cuello de MI Justin y se colgó de este.

¿Qué mierda?

- ¡hey! ¿Qué te pasa? ¡Él es mi novio, hija de…! – Me interrumpieron sus carcajadas.  - ¿de qué carajo de ríen? ¿Tengo monos en la cara? – Los fulminé con la mirada. 

- ¡jajaja tu cara jajaja! Fue… graciosa – Me dijo Justin mientras se acariciaba la barriga.

Los miré confundida. Estos están locos.

- fue una broma, ____. – Me explicó la chica después que cesaran sus carcajadas. – Me llamo Romina. – Estiró su mano para estrecharla con la mía.

- aun no entiendo nada. – Confesé mientras que estrechaba nuestras manos.

- Romina es mi compañera de puesto en mi escuela, solo te quisimos hacer una broma, princesa. – Me explico, mientras me regalaba una sonrisa, la cual no devolví.

- aha… pues, fue un gusto Romina. – me despedí con la mano y salí de ese lugar, obviamente tomando mi hamburguesa que estaba abandonada encima de la mesa que, anteriormente, estaba sentada.

- ¡___! Ay, por favor, solo fue una bromita. – Justin intentó tomarme de la mano, pero se la alejé. – No te enojes, si fue gracioso.

- a mi no me resultó gracioso. – Comenté mientras que caminaba por las, ya atardecidas, calles de Stratford.  

- está bien, lo siento. – No respondí. – ¡oh, vamos! No te puedes enojar por algo tan pequeño. Nunca lo haría de verdad, la única que me importa eres tú.

- ¿y si lo haces? – Me giré y lo miré atentamente. – ¿Si te aburres de mi? ¿Si tienes ganas de probar a otra mujer?... ¿Si te enamoras de otra chica? – La última pregunta me provocó un escalofrío por todo mi cuerpo.

- ¿Por qué haría eso, ___? – Me miró confundido y a la vez dolido.

- en la fiesta me llamaron. – Justin me miraba atento. – En dos semanas entro a clases. – Su mirada se entristeció al decir esas palabras. – Mi madre me llamo diciéndome que quiere hablar conmigo ahora, es sobre volver a Atlanta… Probablemente nos vayamos antes. – Hice una mueca triste. – No quiero que me alejen de ti… te… tengo miedo a que me hagas daño de nuevo. – Mi voz se quebró, de nuevo.

- no, no volverá a pasar, mi amor. – Me abrazó. – No sería capaz de hacerlo de nuevo. Te lo juro.

- todo puede pasar Justin…. Quizás tu no, pero yo sí. Yo te puedo lastimar y no quiero hacerlo. – Empecé a llorar en el pecho de Justin.

- no lo harás, yo tampoco lo haré. Nos amamos ¿verdad? Entonces no tenemos que preocuparnos. – Acarició mi cabello.

Cuando mis sollozos cesaron, Hable.

- ¿Crees en el amor a larga distancia? – Lo miré.

Justin me sonrió y secó mis lágrimas con su dedo pulgar.

- más que en el amor a larga distancia, creo en el amor, así que no importan las circunstancias, ni los kilómetros si de verdad amas a alguien. 

Un verano con mi ex - novio «JB»-En Edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora